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jueves, 28 marzo, 2024
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Gracias Soledad Luévano

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Por: GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ •

Sin duda alguna debo de dar crédito a la senadora María Soledad Luévano Cantú porque, gracias a su ayuda, la investigación acerca de las constructoras involucradas en la renovación de la carretera Fresnillo-Valparaíso encontró una ruta lógica inigualable. De los “cuatro fantásticos” que operaban en el sexenio de Miguel Alejandro Alonso Reyes, la Cuarta Transformación adoptó a dos.

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Así bautizó la legisladora en octubre de 2015 a los constructores más favorecidos por el exgobernador acusado de corrupción. En primer lugar, Raúl Ávalos Villareal de la casa de materiales y constructora AMASA. Según los cálculos de la senadora, el empresario recibió contratos de obra pública por el orden de los 385 millones de pesos.

Dos años antes, en la elección de julio del 2013, Jorge Álvarez Maynez delataba que el entonces candidato priísta, Roberto Luévano Ruiz había eligido las instalaciones de AMASA para instalar su casa de campaña, en el municipio de Guadalupe. Desde el bunker tricolor el partido recibió una cuantiosa suma de bultos de cemento para repartir entre sus adeptos.

En el segundo puesto, José Guadalupe Bañuelos Robles, “el mayor patrocinador de la campaña de Miguel Alonso”, aseguraba Soledad Luévano. Y no sólo el empresario, también su familia, participaron en la captación de obra pública en donde utilizaron “decenas de empresas” de entre las que destacan Grupo Constructor Plata S.A. de C.V. y Rumbo Constructora S.A. de C.V.
De formar parte del clan alonsista con obras emblemáticas como el Ecoparque Bicentenario y la remodelación de las instalaciones de la Feria Nacional de Zacatecas, a recibir 59 millones 817 mil 156 pesos de parte del Gobierno de México para participar en la ampliación y renovación de la carretera Fresnillo-Valparaíso ¿cuánta credibilidad le queda al discurso “anti-corrupción de la senadora?

Tan poca como que, en marzo de 2019, Soledad Luévano presentó uno de los pocos puntos de acuerdo que ha gestionado en su paso por el Senado, con la finalidad de “denunciar la existencia de actos de corrupción en las oficinas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en el estado de Zacatecas, durante el periodo 2012-2017”.

El periodo coincide con la gestión de Luis Alonso Peschard Bustamante. Un dato ofrecido por la senadora traspasa su propio exhorto. En la página 7/11 de su documento explica:
“…se ubica a Jorge Raúl Aguilar Villegas quien bajo la dirección de Peschard Bustamante tenía a su cargo la Subdirección de Obras y cuya empresa beneficiada con contratos, de nombre Farenheit Construcciones y Supervisión, S.A de C.V, se dedicaba a realizar obras para puentes y caminos, destacando que, en las autorizaciones para obra con esa empresa, Aguilar Villegas otorgaba su anuencia en su carácter de subdirector de obra.”

Como lo advertimos en la investigación publicada en Agenda Política, en mayo del 2019 la Cuarta Transformación incluye a Farenheit Construcciones y Supervisión en la reconstrucción del camino Puente Pajaritos en el km 0+420: Camino San Martín de Pajaritos, con presupuesto por casi 4 millones de pesos. El conflicto de interés denunciado no importó en lo más mínimo.

Cómplices y comparsas. Y la lucha de poder por el control de la obra pública en Zacatecas, con una bolsa por dos mil 250 millones de pesos que solicitaron al presidente de la república los senadores Ricardo Monreal Ávila, Geovanna Bañuelos de la Torre, Claudia Edith Anaya Mota, José Narro Céspedes y la propia Soledad, según reza uno de sus comunicados.

En “beneficio de Zacatecas” esa bolsa suma mil millones para la autopista Zacatecas-Aguascalientes en su segunda etapa (puesto que la primera etapa ya cuenta con $400 millones para ampliar a 4 carriles la vía libre de Cosío a Ojocaliente). Y otros mil 250 millones a la autopista Zacatecas-Guadalajara, así como las ampliaciones en Fresnillo-Valparaíso y Fresnillo-Jerez.

El tercer lugar de los “cuatro constructores fantásticos” lo ocupan los hermanos Andrés Miguel y José Luis Granados Enciso. Supuestos prestanombres de Juan Alonso Reyes, y que gozaron de contratos por 180 millones de pesos.

Y en último, pero no menos importante, el empresario favorito de los gobiernos estatales: Pedro Lara Rojas. Severamente maltratado por la “Chata” Chole al señalarlo de “constructor consentido” en los sexenios de Amalia Dolores García Medina y Miguel Alonso Reyes, la senadora explica muy bien cómo opera el constructor.

Aprovechando las coyunturas electorales, Lara Rojas busca apostar por el caballo ganador. Así lo hizo en 2012 cuando invirtió en la campaña de Enrique Peña Nieto, lo que le permitió congraciarse con el priísmo dolido por los gastos suntuosos de “Ciudad Gobierno”. Pues bien, la elección 2018 no fue excepción para inyectar dinero a las campañas.

En acuerdo con Ricardo Monreal Ávila para empujar el sello presidencial de Andrés Manuel López Obrador (el próximo hombre que repartiría obra pública), Pedro Lara buscó acomodo en la Cuarta Transformación mientras concluía la construcción de la glorieta y puente a desnivel de la calzadas Pedro Coronel y Solidaridad, para Alejandro Tello Cristerna. Su apoyo fue pagado con un contrato por 7 millones 749 mil 948 para dar mantenimiento a la vialidad que llega al rancho Puebla del Palmar, en Fresnillo. ■

Twitter: @GabrielConV

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