La Gualdra 433 / Río de palabras
Mire patrón, yo no jui a la escuela, pero siempre tuve la mano verde.
Aquí lo que se daba era el girasol. Viera visto qué retebonito se veía de cerca: hileras de tallos bien paraditos, con sus casquitos atentos al general el sol. Y de lejos la loma toda anaranjadita. Rete bonito, le digo, pero eso sí, harto trabajo. Hartísimo.
Primero me pagaban la docena a treinta pesos, pa luego vender ellos a diez o quince la unidá. Una vez vi en una florería un arreglo, bonito, no se lo voy a negar, pero tenía nada más seis girasoles, una docena de rosas y un poquito de nube. No le miento: costaba novecientos pesos.
Por eso cuando me ofrecieron yo no vi el mal en cambiar de flor, de veras patrón, y luego la loma toda roja, se veía re bonita. Yo no sabía, patrón, que la amapola era mala.