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viernes, 19 abril, 2024
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El Covid-19 y otros desafíos

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Por: Marco Vinicio Flores Guerrero •

A dos días de que el presidente Andrés Manuel López Obrador rinda su informe trimestral, la expectación es grande, pues el domingo dará a conocer la estrategia integral para enfrentar la pandemia de coronavirus que nos ha colocado en la peor crisis sanitaria y económica que el mundo haya visto.

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Tal vez no falta razón a quienes profetizan que este 2020 será el año que transformará totalmente a la humanidad. Mientras algunos aseguran que es el fin del neoliberalismo, no faltan quienes también con firmeza auguren el advenimiento de un capitalismo más salvaje y radicalizado en todas sus formas. Como señales de que así puede suceder, hay que observar la renovada belicosidad del presidente, Donald Trump, quien anunció a principios de esta semana una recompensa de 15 millones de dólares por la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien acusa de narcoterrorismo.

Recordemos que en 1989 el presidente estadunidense, George W. Bush, acusó de ser narcotraficante al dictador de Panamá, Manuel Antonio Noriega y para capturarlo ordenó invadir Panamá, con bombardeos que causaron la muerte de miles de personas y devastó la economía. Ahora hay temor de que Trump, reconocido por su iracundia, sea capaz de ordenar la invasión a Venezuela para eliminar a Maduro e instalar un gobierno afín a sus objetivos estadunidenses de apoderarse de la riqueza petrolera venezolana.

Estos temores aumentaron el miércoles, cuando Trump anunció el inició de un gran operativo militar en el hemisferio sur, argumentando “una creciente amenaza” de narcotraficantes y terroristas que aprovechan la pandemia del coronavirus para intensificar el narcotráfico.

En conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump informó que el Comando Sur aumentará la vigilancia, las incautaciones, el despliegue de aeronaves y helicópteros destructivos, “con el objetivo de proteger al pueblo americano de la escoria de los narcóticos ilegales”.

Este panorama, en efecto, podría señalar el inicio de acciones radicales de las naciones capitalistas, con Estados Unidos al frente, a fin de resarcirse de los daños generados por la cuarentena a la que necesariamente se han sometido la mayoría de los países y cuyas economías son severamente golpeadas. Sin embargo, la historia lo demuestra, los ricos y poderosos siempre salen fortalecidos de las crisis, a veces convertidas en guerras, que a los débiles los empobrece más o los mata.

Hace una semana, en este mismo espacio, comentamos que al 25 de marzo, en el balance de los efectos del Covid-19, México registraba 6 fallecimientos y 475 casos confirmados. Ocho días después las cifras se multiplicaron: 37 fallecidos y 1,378 casos confirmados. En estas circunstancias, la expectación en torno a la estrategia que planteará el Presidente de México es mayúscula, incluso porque él mismo la alienta.

¿Cómo continuará la pandemia? Por todos los medios se ha sugerido y hasta ordenado el aislamiento, encerrarnos en nuestras casas, pero para gran parte de la población esto es imposible por la necesidad de salir a trabajar: sin salario no hay pan; otros, porque sus actividades están relacionadas con el sistema salud o porque están en los sectores cuyos servicios son imprescindibles.

Hay también miles de personas reacias al aislamiento voluntario. Persisten en acudir, sin tener necesidad, a lugares de concentraciones masivas y otros más salen simplemente por curiosidad, a ver cómo están las ciudades, los restaurantes o los supermercados. Y se ha dicho hasta la sociedad: la mejor receta contra el coronavirus es el aislamiento, el quedarse en casa.

¿Cuáles serán las propuestas presidenciales? Nuestras esperanzas están puestas en lo que Andrés Manuel López Obrador y una batería de especialistas en salud, economía, finanzas, bienestar y seguridad decidan.

Hagamos votos porque hayan planeado que el sistema de salud sea realmente vigorizado y abarque absolutamente a todos los mexicanos, tanto para soportar la actual pandemia, como para tener un futuro más saludable.

En economía deberá protegerse el empleo, su entorno legal, los ingresos y las prestaciones sociales. También deberá resguardarse toda la planta productiva, con especial atención a las micro, pequeñas y medianas industrias, que ahora son el principal sostén económico del país.

Deberán incentivarse los proyectos de inversión pública, privada y mixta para recuperar y potenciar el crecimiento, cerrándole todas las vías a la corrupción, la injusticia y el favoritismo. Las finanzas públicas deberán ser saneadas.

Sobre todo deberá establecerse un nuevo pacto social para que la salud, el bienestar y las buenas oportunidades lleguen a todos y México se convierta en un país próspero, justo, democrático, soberano y autosuficiente. ■

*Director general del ISSSTEZAC

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