En la creación y operación de la Escuela de Odontología un rol especial ocuparon los estudiantes integrados en la llamada Sociedad de Alumnos, quienes a través de actividades diversas reunían dinero para la adquisición de materiales de laboratorio o la contribución en la instalación de espacios académicos como la Clínica dental en la que realizarían prácticas. En 1965 mediante oficio la Sociedad de Alumnos pedía respuesta inmediata a la Rectoría sobre los recursos reunidos y aportados. He aquí el intercambio de correspondencia que da cuenta de ello.
Oficio 43/1965, Nos permitimos recordarle que lo estipulado fue: que la rectoría nos daría 2.50 pesos por cada peso que nosotros aportáramos. Como hemos colaborado con la cantidad 5 mil pesos en efectivo, más un televisor valuado en la cantidad de 4 mil pesos, nosotros nos vemos obligados a exigirle que a la mayor brevedad posible nos arregle la clínica dental, ya que hemos sufrido en los diferentes trabajos de la clínica por no contar con las instalaciones adecuadas. Nosotros vemos más que una exigencia, es una necesidad.
A lo cual, el Rector respondió: “Recibimos su oficio número 43, el que seguramente por falta de conocimientos y de educación no se encuentra a la altura de las circunstancias ni de la calidad de los alumnos del Instituto; en primer lugar cierto es que la institución recibió la cantidad de 5 mil pesos en efectivo pero hasta allí. Se dice que nos han enviado un televisor de 4 mil pesos, el cual desde luego está a su disposición ya que dicho televisor no se puede vender, en primer lugar en virtud de que no se tiene conocimiento del precio exacto del mismo, ya que se nos dejaron de entregar sistemáticamente las facturas, mediante las cuales se prueba la legítima propiedad del aparato; por lo tanto en esa virtud no se puede considerar el aparato como aportación.
Ahora bien de las sustancias, aparatos y materiales que fueron adquiridos en el mes próximo pasado, se verificó una erogación independiente de los libros que se han adquirido de 14 mil pesos, que como ustedes ven no cubren los 5 mil pesos, el gasto erogado por ese sólo concepto independientemente de los conceptos que en un momento oportuno podrán citarse.
Sin embargo, no por el imperativo de las exigencias de su misiva sino por la obligación que esta Rectoría tiene de cumplir con una tarea que se ha fijado y echado a cuestas, esperemos que en el curso de este mes quede totalmente establecida la instalación del Laboratorio, en la inteligencia de que esto no se ha realizado conforme a nuestros propósitos en atención a que el personal con que se contaba no se ha presentado, ya que la construcción de la residencia de Petróleos ha absorbido a todos los trabajadores con detrimento inclusive de las obras que el Instituto ha venido realizando”.
En 1965, la Escuela de Odontología tenía problemas ante la insuficiencia de aulas para atender el incremento en el número de alumnos de nuevo ingreso y la continuación de los cursos del plan de estudios. El propio Rector, en el informe 1965 -1966 al frente del ICAZ, enfatizó “…en virtud del incremento en la matricula la Escuela tiene la necesidad del establecimiento de más unidades, aunque en honor a la verdad requiere fundamentalmente de un nuevo edificio ya que el que ocupa actualmente además de ser anacrónico no cumple con el funcionamiento necesario para su vital desarrollo. …habremos de preocuparnos en lograr subsidios específicos para el establecimiento de una nueva Escuela. Además informar que la vinculación entre maestros y alumnos de la Escuela es digna de elogio y en especial la decidida actividad que en ella se realiza; por ello hay que considerar que esta Escuela con seguridad y sin pretender colocarnos en una posición que no corresponda, será una de las mejores de la República, pues es palpable no sólo la actividad académica sino un gran sentido social que ha venido desarrollando. Con seguridad que el tiempo reconocerá la labor desarrollada por maestros y Director de la Escuela de Odontología”.
En 1966 concluyó la primera generación y para celebrar se realizaron diversos actos sociales. José Rodríguez Elías, gobernador del estado, fue el padrino de Juan Manuel Flores, Julio César Treviño y Daniel Ramírez, los tres primeros cirujanos dentistas egresados.
Alcanzaba la escuela la mayoría de edad arropada por alumnos y docentes responsables. La escuela inició en 1962 con maestros como Rubén Acevedo, Francisco Márquez, Francisco Esparza, Emilio Varela, Luis López Saucedo y Ezequiel Haro. A partir de 1963 se incorporaron Jaime Michel, Enrique Argüelles, Rosalba de Varela, Josefina Falcón, Manuel Varela, Pedro Maldonado, Jesús Pérez Carranco, Ma. del Carmen Marqués (encargada de la clínica), Ma. Concepción González (laboratorista), José Antonio Ponce, Juan Manuel Gallardo, José Luis Juárez (primer tiempo completo en 1965), Benjamín Arellano, José de Jesús Martínez (segundo tiempo completo en 1966), Rogelio Chávez y José Luis Chávez. ■
*Docente Investigador de la Unidad Académica de
Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia.
*Docente Investigadora de la Unidad Académica Preparatoria.
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