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jueves, 25 abril, 2024
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El caos social in crescendo

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Yo espero que en la próxima alineación del universo se retorne a una etapa de paz y armonía que ya se antoja impostergable. Cada vez más y conforme avanza el 2020, los sucesos actuales dibujan una sociedad decadente in crescendo y, un conjunto de personas fuera de sí cometiendo las más atroces vulgaridades humanas; ya por salud mental casi no veo noticias pues a diario me sorprende los estúpidos que pueden ser algunos integrantes del colectivo con independencia de su género, para el caso es lo mismo. No sé cuál será el límite que nos haga entender que vamos directo al caos y en algunos puntos, sin retorno. No tenemos un referente que nos motive a caminar por un nuevo sendero, más bien, la lección es destruir al semejante, abatir a la naturaleza, imponer nefastos en el poder y predicar con el ejemplo, la corrupción, hacer alarde de ella, practicar la impunidad y aniquilar a los que luchan por la defensa de los derechos humanos o protegen el ambiente, para el caso es igual, la maldad no tiene límite, se permite y ahora, se acepta y se reconoce como forma de vida. El clero y sus miserables demonios pederastas que en un tiempo mantenían cierto control, ahora han contribuido a demostrar lo vil que pueden ser con la inocencia de los niños y niñas que son confiados por miserables padres que buscan darle un toque divino a su educación, aquí, la impunidad ha reinado por generaciones, más bien, como en la política, se premia y se cambia de templo para continuar con carne fresca que ponen a su disposición; si existe el infierno, seguramente arderán como Marcial Maciel y algunos otros legionarios de Cristo que se han elevado al cielo sin castigo ni culpa, al contrario, como el caso de Maciel, por poco lo teníamos junto al niño Dios de Zóquite en el altar para venerarlo, nomás que no prosperó su beatificación gracias a los valientes que denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos todas sus chingaderas. Ya de paso, 10 indígenas nahuas pertenecientes a la comunidad de Alcozacán, Municipio de Chilapa, Guerrero, son emboscados, muertos y quemados al interior de un vehículo donde fue difícil reconocer los cadáveres por el grado de calcinación que tenían; se atribuye el evento a un grupo delictivo del sur y los indígenas de la comunidad en grupo de 2 mil, bloquean la carretera Chilapa-Hueycantenango solo para exigir que las autoridades les entregaran los cuerpos, nomás que como no apellidaban extranjero, no se hizo mucho borlote en los medios como el generado por la jalada de la rifa del avión presidencial; así de jodido está el escenario social, pues hay que decirlo, los huérfanos de los músicos indígenas asesinados, de edades entre 8 y 10 años, se han enfilado a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores y lucharán contra el grupo delictivo que ultimó a sus padres; mi solidaridad, plegarias y mantras con mis hermanos indígenas ubicados en el sótano de la justicia y de los Derechos Humanos, muestra clara del estado de Derecho fallido que la 4T, no ha podido siquiera intentar reestablecer. También y en otro orden de maldades, una recién nacida es abandonada por su progenitora y cuando la encuentran en un lote baldío, las larvas de mosca le habían devorado sus ojos; en los pocos días de visita a este mundo, esa pobre inocente, padeció la terrible experiencia de encontrarse con un espécimen femenino que arderá junto con los legionarios, pues nada justifica el acto. Así, armas en las escuelas en varios municipios, niña que hace sus fiesta de cumpleaños con la temática de sicaria con invitados simulando ser secuestrados o víctimas, tapados del hocico con tela canela o gris y toda la cosa y, así, barbaridad tras barbaridad que indican a cabalidad que estamos es una espiral descendente hacia la conformación de una nueva sociedad caótica impregnada de dolor, de tristeza, de desesperanza, pues no hay líder, ni guías que adviertan el pésimo escenario al que nos enfrentaremos cuando estemos viejos, cuando hayamos heredado un futuro incierto lleno de retos, enfermedades, crisis existenciales y degradación ambiental. El mañana que nos espera pero no es nada halagüeño y nuestros hijos, pagarán junto con nosotros la factura del caos, término que repito porque los sinónimos no representan con claridad lo que quiero decir. Ojalá las larvas me traguen la lengua, que me equivoque y todo mejore por el bien de todos. ¿Y Usted que hace para no contribuir al caos? ■

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*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos y
Secretario General del Consejo Zacatecano
de Protección al Ambiente
[email protected]
[email protected]

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