Tal parece que será todo lo contrario – ¡de ahí la paradoja!- mientras que todos nos trasmiten una felicitación de un feliz año ya sea en forma directa o a través de watsapp, facebook, twitter o de otras vías a través de las famosas redes sociales, contrastantemente las autoridades gubernamentales y otras instituciones autónomas o no, en la voz de sus representantes y a través de los medios de comunicación nos predicen todo lo contrario… “será un año difícil, un año complicado etc.”
A quien hacerle caso, ni a unos ni a otros, a nuestro sentido común que nos recuerda que en las últimas décadas – ya casi cuatro – siempre hemos escuchado las mismas frases, “este será un año complicado en extremo, las cosas serán difíciles etc.” anunciando nubarrones más fuertes aun de los que nos están acompañando en este inicio del 2020, frio, lluvias, ventarrones extremos y en fin una suerte de aviso por parte de la naturaleza de lo que se aproxima y para lo que tenemos que prepararnos, pero ¿Cómo?
Cuídate nos dicen nuestros cercanos cuando ven que estamos siendo víctimas de alguna enfermedad, ¿cuídate? Pero la realidad es que hagamos lo que hagamos las enfermedades y los achaques están ahí sin que podamos hacer nada o demasiado poco para evitarlos, Salud Dinero y Amor nos dicen otros, pero el dinero cada año es más difícil de conseguir – al menos que nos metamos de políticos – la salud con los años nos abandona y ya no se diga el amor que a ciertas edades prácticamente es solo una añoranza de los tiempos pasados – si es que alguna vez existió y no fue solo una quimera –
Es decir una enorme disculpa para todos que ven el futuro con una cara optimista, olvídense de estos pensamientos pesimistas pero de alguna forma realistas de lo que sucede, o es que alguien recuerda – es una pregunta – que en alguna ocasión hayamos iniciado un año con la predicción de que la economía se encuentra bien, que la seguridad aún mejor que claramente se anuncian buenos y nuevos tiempos sin que sea una promesa mentirosa de algún político que quiere ocultar la realidad debajo de una alfombra de mentiras a las que ya nadie cree.
La última vez que escuche una frase optimista en cuanto a un futuro feliz que nunca se dio fue al Sr. López Portillo por allá en los fines de los setentas y los inicios de los ochentas a raíz del descubrimiento de grandes recursos petroleros aquellos de Cantarell que enriquecieron a unos cuantos políticos y claro a los miembros de las mafias de PEMEX pero que en nada beneficiaron al resto de los mexicanos.
Yo recuerdo aquellos tiempos porque yo estaba realizando un Felow en Neurocirugía Pediátrica en Toronto cuando hasta aquellas tierras llego López Portillo con todo su sequito como si fuera un Jeque Árabe, e impresiono a propios y extraños con un magnánimo concierto de la orquesta sinfónica armada por su esposa y que cerraba impresionantemente sus conciertos con el Guapango de Moncayo, y claro a los mexicanos estudiando por allá era prohibitivo acceder al concierto por los altos costos de ingreso al mismo y por qué los boletos se repartieron entre aquellos a los que el consulado le dio la gana, a lo mucho que pudimos los estudiantes acceder fue a los magníficos bailables por parte del Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara – recuerdo que tal vez fue la autónoma no lo sé bien – donde yo quede prendado por la belleza de una de las jóvenes del ballet a la que seguí y con la que pude platicar en el hotel donde se hospedaba invitándola a salir – y claro que no acepto –
Pero esa fue otra historia, el punto es que fue hace 40 años la última vez que recuerdo que los tiempos nos auguraban cosas buenas por venir, cosas que nunca llegaron, o llegaron solamente para la oligarquía que nos ha gobernado desde entonces, para las elites empresariales siempre dispuestas a realizar negocios sucios con las elites políticas, y claro para personas como Sasha Montenegro, entonces amante del López Portillo y que hasta la fecha recibe cuantiosas cantidades por parte del erario mexicano por concepto de una pensión que le toco a ella gozar en las ultimas décadas de frente a la pobreza muchas veces extrema – de aquella que se conoce como alimentaria – de 10 a 20 millones de mexicanos.
Y mientras en el plano nacional reaparece el Presidente de la Republica después de 5 días de vacaciones, y mientras el EZLN se pronuncia con todo en contra del proyecto del Tren Maya y AMLO responde que lo que pasa es que no están bien informados, en estas tierras nos amanecemos con la noticia del conflicto – de nuevo – en Cieneguillas a raíz de un partido de fut bol que no solo veían los reclusos sino también sus familiares – niños incluidos – con un saldo de muertos que un mismo periódico – el universal – no sabe si fueron 1 o 14, en una misma edición se mencionan ambas cifras, mientras que las autoridades locales salen a decir que investigan el caso ¿de veras? Y Derechos Humanos sale a pronunciarse al respecto diciendo que los reclusorios deberían estar en auto revisión por oficio, y ¿el gobernador? En vacaciones claro, merecidas, quien sabe; lo dudo.
Sobreviviremos porque no hay mal que dure 100 años diría el dicho, a estas alturas me cuestiono si sobrevivir es algo bueno, la realidad es que tendremos que nadar a contra corriente, algunos llegaran a la otra orilla otros no y no estoy seguro de que aquellos que lleguen serán los afortunados, pero eso es algo que se decide en algún otro lugar y a los mortales no nos queda de otra que seguir pedaleando cuesta arriba, y claro, poniendo nuestro mejor esfuerzo aunque no siempre nuestra mejor cara, nuestro granito de arena para que las cosas estén al menos un poco mejor que antes, es un esfuerzo que podemos, que debemos hacer y tal vez la frase con la que iniciemos el 2020 sería la de.
UN – lo menos – INFELIZ AÑO 2020.
