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viernes, 29 marzo, 2024
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Mandragore, la banda zacatecana de death metal influida totalmente por el nihilismo

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Por: ARACELI RODARTE SOLÓRZANO •

  • Nació hace 18 años y recientemente lanzó Light leads to nowhere, su cuarto álbum de estudio
  • Este disco está acompañado por una serie de productos a la venta, entre ellos dos estilos de cerveza creada por Fresno Cervecería, cuyos nombres son Death Skull y Black Beast
  • Con dicho material discográfico, el cual refiere que la luz siempre lleva a la destrucción, la agrupación se renueva tanto en imagen como en composición
  • “Ahora ya puedo decir que es death metal melódico con muy pocos matices de black metal y un poco de thrash”: Eduardo Castañeda, guitarrista y fundador
  • Mandragore, nombre que nació de las palabras mandrágora y gore, ha basado su lírica en Lovecraft, Schopenhauer y Nietzsche
  • Light leads to nowhere se integra de 13 piezas; el arte fue hecho por Isack González
  • La letra de este disco fue compuesta en su totalidad por Eduardo, quien lo hace de lleno por primera vez
  • Mandragore se presentará el próximo 14 de diciembre en el Stage Pub Bar “Amsterdam Spot”

Con una trayectoria de 18 años; cuatro discos de estudio que se mantienen en un estilo conceptual con temática nihilista, el último de ellos, Light leads to nowhere, recientemente lanzado y acompañado de una serie de productos, y el ingreso total de su miembro fundador a la composición de la lírica, basado en filósofos y escritores, Mandragore, banda zacatecana de death metal cuyo nombre nació de la fusión del misticismo de la mandrágora y el significado de gore, presenta ahora una imagen y composición renovadas, pero conservando su esencia.

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Mandragore nació en 2001, en Zacatecas, Zacatecas, con Eduardo Castañeda, Juan Luis González y Rogelio Hernández. A lo largo de su carrera, ha tenido varios cambios en su alineación, de manera que ahora está integrada por Eduardo, en la guitarra, quien es el único que ha permanecido en la banda desde su surgimiento; Lalo Rosales, en el bajo; Joel de la Rosa, en la batería; Gerardo Pérez, en la guitarra, y, de manera temporal, Rubén Méndez, en la voz.

Desde su creación, se ha mantenido en el mismo estilo, el death metal, subgénero que, sin embargo, la agrupación no buscaba tocar, ya que deseaba más hacer doom metal, estilo que, dijo Eduardo Castañeda en entrevista exclusiva, “medio logramos con algunos temas, pero se escuchaba un poco más black metal porque queríamos tocar rápido”. Al final, resultó el death metal, “sin querer, pero es lo que más se ajustó a nuestro estilo y a nuestras influencias. Nos dimos cuenta que sin ponerle etiqueta, la tendencia fue tocar death metal, ahora ya mejor estructurado, debido a la historia y la trayectoria”.

El nombre de Mandragore nació de dos palabras: la primera es mandrágora, planta de origen europeo cuya raíz tiene forma de un humano encorvado, y la cual era usada en la Edad Media como anestésico para amputar miembros gangrenados y de la que se pensaba que tenía características mágicas; a ello se suma que es una planta alucinógena. La segunda es gore. “Nos gustó mucho el concepto enigmático”; sólo le cambiamos la última a por una e, para formar la palabra gore como segunda parte del nombre, es decir, gore como “concepto, en inglés, de brutalidad, y queda ad hoc​ por la música que tocamos. Simplemente nos gustó la fusión de esas dos palabras”.

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Mandragore tiene cuatro discos de estudio, “y ahora ya puedo decir que es death metal melódico con muy pocos matices de black metal, un poco de thrash, pero por fin estamos seguros de qué tocamos”, afirmó Eduardo.

La agrupación comenzó su carrera con un demo grabado en 2002, el cual se titula Mandragore y se integra, entre otras, de Perdí mi alma, “que fue nuestro intento doom”. En 2003 nació el disco Vacío; en 2005, Inhuman; en 2009, Defeated race, que fue el primero que la banda sacó con Asenath Records, disquera independiente de Monterrey, Nuevo León, y en 2019, Light leads to nowhere (el más reciente), también con el sello de Asenath Records. Asimismo, la banda ha participado en diferentes compilaciones nacionales e internacionales.

La música de este grupo se ha logrado por las influencias que sus integrantes han recibido del heavy y el thrash metal. Sin embargo, a Eduardo le gusta mucho, por ejemplo, Elvis Presley, esto es, desde el rock de los años 40 y 50. “Todo eso, fusionado, llega a ser al final, sin querer, lo que un músico quiere; actualmente”, me inclino, “en la cuestión moderna”, por “el death metal escandinavo, el que se hace en Suecia, Finlandia, Noruega, sobre todo en Suecia. Nos han influido bandas como In Flames y las clásicas Sepultura, Metallica, Megadeth, Iron Maiden, así como, en nuestros inicios, Katatonia y Paradise Lost, y en lo personal, mucho black metal como Emperor, Dimmu Borgir y Old Man’s Child –con Galder-; esta última, para mí, fue la expresión más contundente de metal para atreverme a componer”.

Respecto a la composición, Eduardo abundó que en el disco recién lanzado él escribió todas las letras, luego de que en los anteriores participaba en este aspecto sólo en algunas partes. “Al principio me costaba un poco de trabajo animarme, y es parte de la influencia también de los integrantes de otras bandas, que impulsan no sólo a componer música sino a escribir canciones”. En la cuestión de la composición musical, Eduardo siempre ha estado involucrado, pues entre el otro guitarrista y él han compuesto 90 por ciento de todo el material de Mandragore hasta ahora.

Light leads to nowhere está completamente en inglés, a diferencia de los anteriores, aunque tiene una pieza instrumental, sólo con guitarras acústicas, denominada Dios Máquina. En tanto, Vacío y Inhuman tienen canciones en inglés y en español, “sin intentar un balance; simplemente como va saliendo”. Defeated race es sólo en inglés.

Expresó que el inglés es un idioma muy versátil para escribir, aparte de que el metal es en éste. “Para mí, la versatilidad del inglés es fundamental; el sonido, la fonética del idioma queda muy ad hoc para el metal, sobre todo para géneros pesados”.

Cabe mencionar que todos los discos de Mandragore han sido conceptuales, siempre abordando la temática nihilista, “esta onda de que todo deviene en la nada”. Así, Eduardo explicó que “Vacío trata de un vacío interior, sobre todo con el vocalista de entonces, quien quería externar su vacío existencial; quedaba muy bien con el estilo de la banda. El tema era cómo alguien puede estar viviendo simplemente por vivir y deseando la muerte”.

Inhuman (Inhumano) aborda “el inhumanismo que existe en los humanos; esa cuestión de desapego, de no querer ser humanos aunque inherentemente lo somos; esa parte de nosotros que desearía no ser humano, no tener sensaciones humanas, y cómo todo eso, en determinado momento, viene a derrumbarlo todo. Aquí pegó también la cuestión tecnológica, de cómo la digitalización conlleva a una vida más apegada a las máquinas, hasta un punto donde queremos ser máquinas en vez de humanos”.

Defeated race (La raza derrotada) “va en el sentido de cómo evolucionamos a un nivel sorprendente en lo tecnológico, desde la Edad de Piedra hasta la era tecnológica, y cómo, como raza, estamos derrotándonos a nosotros mismos dándole cabida, cada vez más, al pensamiento digital, de todo lo que necesitamos los humanos para vivir con la tecnología; estamos totalmente sometidos por la tecnología, por ese tren nuevo de vida que nos esclaviza, y no se diga por la cuestión consumista”.

Por su parte, Light leads to nowhere (La Luz no lleva a ningún lado) “es la conjunción de todo lo anterior, pero dándole un enfoque más amplio, en el sentido global del concepto. Hay temas que hablan de sucesos cósmicos, por ejemplo, una supernova, una explosión de un sol que es un evento destructivo a escalas cósmicas; es una luz que empieza a brillar; los astrónomos la detectan y es un evento catastrófico, y esa destrucción lleva a la vida; es un ciclo. En las cuestiones cósmicas, la luz lleva a la destrucción; en el caso de los humanos, en la cuestión social, la luz que nos plantean los medios en cuanto a lo exitosos que debemos ser, el carro que debemos comprar, la mujer que debemos tener, cómo debemos vestir; esa luz que promete el capitalismo arrollador, de que si no tienes eso, no eres nadie; esa luz, al fin de cuentas, no lleva a ningún lado; te mueres y termina todo”.

Dicho eso, Eduardo expresó que “de nuevo, está la cuestión nihilista y también la cuestión personal en temas como la religión, que se colocan como una luz, y que, para Mandragore, es una luz muy cara, que cuesta mucho dinero, y al final no lleva a ningún lado”.

Para todo ello Mandragore se ha basado en escritores. A Eduardo le fascina “el terror cósmico de (Howard Phillips) Lovecraft; de cómo él manejaba los temas de estos entes, formas de vida primigenias de hace millones de eones de años, y cómo envuelve a sus personajes en esos temas donde nosotros somos una raza insignificante comparada con ellos”.

Además de esta influencia, en la rama filosófica, Eduardo es atraído por Arthur Schopenhauer y Friedrich Wilhelm Nietzsche; el primero, “un filósofo negativo, pero en esa negatividad está también la cuestión de ‘si la vida es muy llena de dolor, hay que hacerla funcionar’. Respecto al segundo, “me enfoqué mucho en él, pues, por ejemplo, Zaratustra es un parteaguas como personaje en la literatura, y la escuela de Nietzsche es catastrofista pero también muchas veces impulsa a hacer las cosas; tiene una visión que a veces se malentiende”.

En cuanto al estilo musical de Mandragore, Eduardo recordó que “el death metal surge de una fusión de muchos géneros, sobre todo del thrash, el punk, el heavy. Es una conjunción de velocidades, de diferentes tiempos, con voz gutural, con unos pasajes muy melódicos, porque queremos hacer un death metal donde las melodías, las armonías tienen un papel fundamental, y a pesar de que es muy brutal, esos tipos de arreglos lo llevan por otro lado, hasta a veces querer expresar pasajes de música clásica y de otros géneros que quedan ad hoc”. Abundó que “el death metal tiene esa versatilidad; siempre será metal pero dándole matices interesantes con las melodías, armonías, velocidades diferentes, riffs y ritmos cambiantes, tempos y tiempos, y, sobre todo, combinando la voz gutural con la voz limpia”.

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Los discos de Mandragore se han distribuido en otros países; los primeros dos, digitalmente, mientras que el tercero fue distribuido físicamente por la disquera, sobre todo en Estados Unidos y Sudamérica. Esto, pese a que Mandragore sólo se ha presentado dentro de la República Mexicana, respecto a lo cual Eduardo mencionó que la banda ha tenido mejor respuesta fuera de Zacatecas que en su ciudad natal.

El cuarto álbum de estudio, Light leads to nowhere, fue lanzado hace un mes por Asenath Records; se integra de 13 piezas, todas originales de la banda, mientras que el arte fue hecho ex profeso por Isack González, guitarrista de la banda también zacatecana Aurea Hybride.

En el arte de este material hay un cambio en la tipografía del nombre de la agrupación y de su logo; esto, aseguró Eduardo, tras platicar profundamente de lo que significa la banda y qué querían decir con las letras, sobre todo de este disco.

En torno a todos los cambios recientes en Mandragore, desde la imagen -tipografía y logotipo- hasta el hecho de definir con exactitud qué toca esta banda, se trata, finalmente, de una renovación. Al respecto, Eduardo asintió, y aseveró que “a 18 años de la banda, pensamos en la profesionalización. Es una parte muy importante tener una imagen más profesional, moderna y totalmente más legible para el público en general”.

El primer tiraje de Light leads to nowhere es de dos mil ejemplares, y ya está también disponible en más de 30 plataformas digitales.

La planeación de este álbum, en cuanto a composición, inició hace tres años, mientras que la grabación duró dos años. “Nos concentramos mucho en la calidad de la grabación y nosotros montamos un estudio, por lo que no pagamos por éste y no tuvimos límite de tiempo. Creo que lo minucioso que se nota en la grabación es gracias a eso. Nos tardamos mucho tiempo pero valió la pena la calidad en la grabación, mejor que en los discos anteriores”.

Aparte, se llevaron medio año de post producción, donde trabajó, como coproductor, Jeff Dune, de California, Estados Unidos, a quien la banda le envió las maquetas para que él laborara en la post producción.

Cabe mencionar que aunado a este disco, habrá pronto una serie de souvenirs de la banda, para acompañarlo, la cual tiene el arte del mismo. Entre estos productos, se lista una cerveza con su nombre, creada por Fresno Cervecería, de Fresnillo, Zacatecas.

Esta empresa le propuso a Mandragore hacer unas ediciones especiales de dos estilos de cerveza: saison y porter. La del primer estilo se llama Death Skull, y la del segundo, Black Beast. Su venta será permanente, además de que se tiene pensado hacer, de las mismas, ediciones especiales de fin de año. Eduardo subrayó que esta cerveza se creó para darle auge a la salida de Light leads to nowhere, y, como ya se refirió, las etiquetas tienen motivos del arte del álbum.

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Mandragore dará un concierto el próximo 14 de diciembre en el Stage Pub Bar “Amsterdam Spot”, donde ya se vende la cerveza con su nombre. Allí presentará su disco Light leads to nowhere, y con base en el título del mismo y a su cerveza, está la propuesta de que el evento se denomine Beer leads to hangover (La cerveza lleva a la cruda).

 

 

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