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jueves, 28 marzo, 2024
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La excelencia y algunos vicios

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Por: JORGE HUMBERTO ARELLANO •

En la más reciente modificación al Artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 15 de Mayo de 2019, se reforman, adicionan y derogan algunas disposiciones de innovaciones anteriores. Dentro de los nuevos lineamientos, causó gran perplejidad entre los actores dedicados al trabajo educativo el inciso i de la fracción II, en el que se expone: “Será de excelencia, entendida como el mejoramiento integral constante que promueve el máximo logro de aprendizaje de los educandos, para el desarrollo de su pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad”. Posiblemente la razón del desconcierto de un gran porcentaje de los asistentes a las reuniones de organización y “análisis” de la Nueva Escuela Mexicana, se deba al carácter grandilocuente que puede presentar el término “excelencia”.

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Aunque el mismo inciso de la fracción II determina el sentido que le da el actual gobierno federal al término, muchos protagonistas del quehacer educativo se “fueron con la finta” y algunos preguntaron alarmados el cómo se accede al ser excelente, o cómo pretende el nuevo régimen federal arribar a fines óptimos en el proceso educativo. La respuesta inmediata, aunque evadiendo la interpretación del término fue la siguiente: “no es más que lo mismo, haremos lo de siempre y el gobierno no generará las condiciones”. Posiblemente tengan razón quienes expresan su escepticismo, pero una pregunta salta a primera instancia: ¿por qué, entonces, el fracaso educativo particularmente estatal, en el entendido que la aplicación de sus conocimientos pedagógicos y didácticos ha prevalecido como principal eje rector cuya finalidad es el formar ciudadanos para echar a andar los engranajes de un país desarrollado en todos los aspectos?

El error evidente que se mostró a los ojos y oídos de los no tan escépticos fue el de no analizar a conciencia las ideas emanadas de la fracción del artículo, en las que fácilmente se descubren algunos conceptos: mejoramiento integral, pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad. Entre las alharacas se llegó a escuchar “sentido de pertenencia”, concepto que a mi entender resulta fundamental para iniciar un proceso educativo de excelencia. Mientras algunos interpretan el sentido de pertenencia como la relación que existe entre el educando y un centro de diversiones, olvidando el quehacer fundamental de la educación, fomentando deportistas, cantores y bailarines, “talentos” en general, otros nos quedamos con la idea de construir una escuela integradora de todos los esfuerzos involucrados, mediante la magnificación de estrategias y actividades didácticas que generen el gusto por la escuela, no sólo para el alumno, sino también para la madre y padre de familia. A mi entender a eso se refiere el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad; pero implica trabajo extra, por no citar una conciencia especialmente desarrollada para percibir las anomalías que atentan contra la vida social. Las conclusiones a las que llegó el colectivo reunido, no pasaron de simple información a las madres y padres de familia.

Existe una gran diferencia entre los términos “calidad” y “excelencia”. Mientras que la primera ostentaba un tinte de carácter sospechosamente empresarial, de acuerdo a la definición, la segunda, conlleva una extensión más humanística, con más carga en cuanto a las consideraciones que involucran la participación de todos los agentes participantes en el proceso. Utilitarismo contra humanismo; mano de obra barata contra el desarrollo integral de las facultades del ser humano, comprometiendo a los participantes a esmerarse en el logro del objetivo, para generar mejores condiciones de convivencia en todos los aspectos de la vida en sociedad, y por lo tanto contribuir al abatimiento de los males sociales que nos aquejan. Al menos en teoría y en el discurso eso es lo que pretende la nueva administración federal.

Pero queda claro que el gobierno debe garantizar la participación de agentes capacitados que faciliten no solo la supervisión del proceso educativo. En el plano de la región 1 federalizada del estado, Zacatecas, más allá de la admisión, promoción y reconocimiento del personal que ejerza la función docente, directiva o de supervisión, se requiere de un constante monitoreo, de parte de las autoridades educativas, para combatir vicios derivados de la ignorancia, la incompetencia y la corrupción, que en el pasado reciente han afectado, hasta el intento de aniquilamiento, el desempeño de fuerzas educativas transformadoras cuyos logros evidentes generan malestar en sus grupos de poder, cuyo principal objetivo es el tráfico de influencias, a nivel jefatura de región, supervisión y algunas direcciones escolares (siempre documentos de por medio). Como el despertar de una pesadilla de tres años, la región educativa número 1 federalizada del estado, ha erradicado un mal innecesario que causó mucho daño institucional a muchas escuelas de la demarcación. El prepotente y soberbio jefe de región fue reducido a la ignominia después de su destitución; sólo queda observar muy detenidamente el desempeño de otro individuo que percibe salarios de supervisor educativo (sin méritos) en secundarias generales.

Desde el punto de vista del acceso a las condiciones sociales emanadas de los aspectos filosóficos del artículo tercero constitucional, bienvenida la Nueva Escuela Mexicana, con todos los esfuerzos que conlleva; bienvenido, también, el nuevo jefe de la región 1 federalizada, Jesús Miguel Zamora López, en cuyo equipo se reconocen las intenciones de un trabajo institucional que coadyuvará al sentido de pertenencia de los entes involucrados en el proceso educativo.

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