Afirma que se requieren cambios en los máximos órganos de las escuelas
La universidad debe articularse en mayor medida con la sociedad y con los conocimientos que ésta genera para enfrentar la crisis civilizatoria estructural, afirmó René Ramírez Gallegos, ex ministro de Educación de Ecuador, durante su intervención en el quinto Seminario Internacional de Estudios Críticos del Desarrollo.
Manifestó que “necesitamos una universidad más humilde, que recupere y se articule con algo que sucede en América Latina y que a veces es menospreciado bajo los propios sistemas coloniales de los sistemas de innovación social”.
Afirmó que toda innovación social se ha producido generalmente en los movimientos sociales y por fuera de los sistemas académicos y, sin embargo, no ha habido articulación de parte de las instituciones de educación superior.
Por ejemplo, mencionó que, frente a problemas civilizatorios estructurales como el ecocidio, en Argentina se han propuesto los derechos de la naturaleza, y frente a la crisis humanitaria, la xenofobia y políticas antiinmigrantes, en América Latina y el Caribe se ha propuesta la ciudadanía universal.
Asimismo, Ramírez Gallegos señaló que frente al racismo y el colonialismo, en Latinoamérica se ha planteado la construcción de Estados plurinacionales e interculturales, mientras que se ha propuesto, en el tema de combustibles fósiles, mantener el flujo donde hay amplios aspectos de biodiversidad.
Indicó entonces que esa articulación es la que es necesaria impulsar desde la universidad a fin de incorporar ese conocimiento que se genera ren la sociedad, porque dentro de las instituciones de educación superior se habla arrogantemente de la “extensión” o “extensionismo”, pero desde ahí se observa claramente la visión que se tiene respecto al no reconocimiento de la pluralidad de saberes.
En ese sentido, dijo que se requieren cambios en los máximos órganos en la toma de decisiones de las universidades, para ver cómo se incorpora la sociedad dentro de las instituciones de educación superior.
“Tenemos que pensar otra función social de la ciencia: esta ciencia que debe pasar de la acumulación del capital a la generación de un conocimiento hacia los derechos humanos, universales. Es decir, conocimiento para el bien público. De la ciencia para la guerra a la ciencia para la vida. De la ciencia del consumo sin fina la ciencia para la sostenibilidad ambiental, cambio de comportamientos, justicia intergeneracional”, expresó Ramírez Gallegos.
Consideró además que se debe pasar de la ciencia exclusivamente inductiva a una ciencia más deductiva, o bien de la ciencia monodisciplinaria a una ciencia interdisciplinaria que contemple las humanidades.
Concluyó que la pregunta para los académico, al interior de las universidades no es pensar hacia dónde va la ciencia, “sino hacia dónde queremos que baya nuestra historia, y en ese cambio de la historia, preguntarnos qué tipo de conocimiento y de universidad necesitamos”.
