8.8 C
Zacatecas
jueves, 28 marzo, 2024
spot_img

Lula y nosotros

Más Leídas

- Publicidad -

Por: EMIR SADER •

Todas las mañanas, la gente del MST, aquí, en el campamento en que nos concentramos, al lado del edificio de la Policía Federal, donde Lula está preso, se reúne en la calle más cercana a ese edificio, y grita:
¡Buen día, Lula!
Lula lo oye, como dijo a su abogado, que puede visitarlo todos los días. Yo mismo, en el comercio de los 9 gobernadores, cuando hablé, pedí, al final que la gente gritara:
¡Yo soy Lula!
La gente coreó, porque sabe que es la única forma de contacto directo con Lula. Lula, que vive de conversar con la gente, de hablar, de oír, que piensa mientras habla, que se alimenta de ese contacto, que alimenta a todos con su palabra, su aliento, su sonrisa, su abrazo, tiene prohibido hacerlo. Está en un local donde no tiene contacto con nadie, salvo con las visitas.
Está autorizada la visita de los abogados, de los familiares una vez a la semana – los miércoles -, pero a los 9 gobernadores, que se acogerieron a la ley que permite la visita de amigos, se les prohibió encontrarse con Lula. Todo tipo de arbitrariedades son cometidas contra Lula, intensificando la persecución.
En ese mismo día, los bienes del Instituto Lula fueron bloqueados, después de que la cuenta bancaria del Instituto ya hubiera sido bloqueada. Todo tipo de proceso recae sobre el Instituto, mientras que el Instituto de Fernando Henrique Cardoso sigue gozando de todos los privilegios. Quieren asfixiar todo lo que tenga que ver con Lula.
El campamento, donde se concentran miles de personas, principalmente del MST y de la CUT, con sus barracas para dormir, sus carteles, vino para estar cerca de Lula y tratar de sacarlo de la mazmorra donde los chacales lo tienen encerrado. Vienen de todas las partes de Brasil, se organizan con sus cocinas, sus baños, las reuniones de discusión política, los comicios.
Pepe Mujica y Pérez Esquivel deben venir el día 18. El grupo de parlamentarios ingleses también vendrán. Rafael Correa igualmente. Diariamente dirigentes políticos, personalidades del mundo artístico, intelectuales, pasan por el campamento.
Mientras tanto, el absurdo jurídico, el golpe jurídico que tiene a Lula preso sin crimen ni prueba alguna en su contra, transita por las instancias del laberinto del judiciario. Se aplaza para la próxima semana la discusión de la reafirmación del precepto constitucional de la presunción de inocencia, que no fue utilizado en contra de Lula. En caso de que el Supremo Tribunal Federal no se reafirmase, Lula podría beneficiarse. Hay presiones diarias sobre los jueces, especialmente sobre Rosa Weber, que decidió en contra de Lula, pero que dijo que votaría a favor del restablecimiento de esa norma constitucional.
Lula lee en su celda y manifiesta a su abogado su profunda indignación con lo que le está pasando.
Uno piensa que Lula ha pasado por muchos desafíos y que siempre los ha sorteado. Basta con pensar los 13 días de viaje de pau-de-arara (camión donde las personas se quedan sentadas en los costados, con un palo en el medio para sujetarse) de Pernambuco a Sao Paulo, cono sus 8 hermanos y su madre – Dona Lindu -, con la misma camiseta, comiendo vaya a saber qué cosas, para imaginarnos todo lo que él ha pasado. Él, que solo tomó café con leche a los 7 años, que ha pasado las peores miserias que un bino brasileño puede pasar, ahora, a los 72 anos, esta sometido de nuevo a duras pruebas. A sabiendas que su destino es el destino de Brasil, porque si él no vuelve a estar libre, si no puede ser candidato, no se restablecerá la democracia en Brasil, no tiene sentido discutir que otro candidato pueda representar a esas inmensas fuerzas populares que se reconocen en Lula.
Las primeras encestas, desde su prisión, muestran que Lula sigue aumentando, ahora con más rapidez, el apoyo popular que tiene, hasta el punto de que Folha de Sao Paulo ha decidido sacar su nombre de las encuestas que hace, de forma igualmente arbitraria, para no seguir midiendo el sentimiento popular hacia él.
En el campamento, entre nosotros y Lula, hay una fila de policías que nos impiden acercarnos al edificio de la Policía Federal y a los muros del odioso edificio blanco donde lo tienen encerrado. Pero nunca estuvimos tan cerca de Lula, nunca él estuvo tan presente entre nosotros.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -