¿Qué tuvo que hacer para llegar a esa posición? ¿Acaso tiene capacidad para desempeñar el cargo? ¿Cómo es posible que embarazada siga saliendo a giras en los municipios? En ese puesto debería estar un hombre.
La violencia política en contra de las mujeres en Zacatecas existe. Es latente y queda de manifiesto en cuestionamientos y frases como las anteriores ya que éstas, lejos de ser invenciones, son posturas reales que enfrentan las mujeres que en el estado han elegido la política y el servicio público como profesión.
La diputada local, Isadora Santiváñez Ríos, lo ha vivido en carne propia y por ello contesta un rotundo “sí” cuando se le pregunta si en alguna ocasión le han negado el acceso a un puesto o candidatura por el hecho de ser mujer.
Aunque reconoce que precisamente fueron las cuotas de juventud y género las que le permitieron contender por la curul que ahora ocupa en el Congreso local, concluye que es una realidad que “por acciones, actividades, circunstancias que sólo podemos vivir las mujeres, te pueden negar ciertos accesos”.
El embarazo es una de ellas y Santiváñez Ríos en estos momentos conoce con detalle las actitudes que imperan en la cultura y el contexto actual en torno a esta condición.
“El hecho de que incluso les sorprenda que sigas con tus actividades laborales, que sigas con tu agenda. A mí me parece lamentable que a la gente le sorprenda que tienes tantos meses de embarazo y estás en gira. Pues sí, puedo hacerlo”, asegura.
Sorprende, dice, que exista la idea de que si estás embarazada no puedes seguir con tus actividades normales o no puedes continuar siendo “una persona productiva” y concluye que “es lamentable que por tu condición de mujer piensen que ya no eres opción o no eres apta para; por el sólo hecho de ser madre o estar embarazada o ser mujer”.
Lo primero que se pone
en duda es tu capacidad
Para acceder a un puesto de elección popular, las mujeres entran a la contienda por cuotas que los partidos políticos deben cumplir y no como reconocimiento a una trayectoria, esfuerzo o trabajo que hayan desempeñado.
Santiváñez Ríos recuerda, además, que es común que a las candidatas se les envíe a competir a municipios o distritos donde la batalla está prácticamente perdida y las opciones de triunfo son mínimas; “las cuotas lamentablemente en México se han usado simplemente para llenar pequeños espacios, pero no para un empoderamiento o posicionamiento real”.
Una vez que se supera esa etapa, comienza la práctica real del trabajo político y ahí “se complican enormemente las cosas”. El poner en duda las capacidades es lo primero que se hace en el caso de las mujeres que ejercen un cargo público como el suyo, señala.
Los cuestionamientos sobre “su integridad como mujer” son la segunda actitud que se sufre en este ámbito. “El por qué llegó ahí, cómo está ahí, que la hizo estar ahí” son preguntas que se formulan cuando una mujer llega a una posición de poder en la política.
En lo último en lo que se piensa, asegura Santiváñez Ríos, es en que la mujer pudo haber llegado por trabajo, capacidad, talento y esfuerzo.
Las ofensas, sobre todo ahora con las redes sociales, tampoco se enfocan a la parte profesional, sino que “hay palabras o frases específicas para insultar a las mujeres que participan en la política y que, a final de cuentas, están dirigidas a ofenderlas en su calidad de mujer, no en su calidad de representante popular”.
Aunque no generaliza, la diputada sentencia que “no podemos negar que hay personas que no les gusta y no les gusta no porque no te vean capaz o porque no sientan que puedas hacer las cosa bien; no les gusta simple y sencillamente porque estás ocupando un espacio que a ellos les corresponde”.
Ante este contexto de violencia política que existe en Zacatecas, Santiváñez Ríos afirma que las mujeres deben hacer “un doble esfuerzo” pero no para destacar, sino tan sólo para poder ser reconocidas a la par de los hombres.
