En estos tiempos de confusión del papel que los universitarios, en tanto miembros de una sociedad a la que nos debemos y de la cual debemos ser ejemplo de dignidad, solidaridad, y lucha por la defensa y el respeto de los derechos no solo de las minorías sociales o universitarias, sino de las afectaciones colectivas a las mayorías, existe en la masa crítica de la Universidad Autónoma de Zacatecas, una confusión o temor sobre el papel que debemos tener como ciudadanos, como universitarios y como formadores de las futuras generaciones, ante las afectaciones e injusticias cometidas sin tomar en cuenta que esta gran duda o temor se trasmite directamente hacia los alumnos en las aulas por quienes debemos ser el ejemplo de responsabilidad, solidaridad, lucha y dignidad ante quienes reciben de nuestra parte, su formación académica.
La mayoría de los universitarios sobre todo los que formamos el Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas, olvidamos los derechos y obligaciones que nuestro marco normativo establece, y que nos da la posibilidad de blindarnos ante determinaciones de autoridad que vulneren nuestros derechos establecidos en la norma correspondiente, lo que nos hace responsables de permitir que dichas normas se violentes y vayan quedando como letra muerta, al no atender puntualmente lo que en ella se establece.
Ante el conflicto creado por una decisión administrativa de la autoridad universitaria, de rescindir unilateralmente el contrato laboral a un importante número de trabajadores académicos agremiados y miembros del SPAUAZ, se deben tomar en cuenta para salir de la confusión existente y en defensa de los afectados, algunas consideraciones.
El estatuto vigente del SPAUAZ, que por cierto lo formamos todos los docentes y no solo el comité ejecutivo, en el apartado “A”, de su declaración de principios, hace mención a la obligación de luchar por el mejoramiento permanente de los intereses económicos, sociales y profesionales de sus agremiados.
La misma norma, en su apartado “D”, obliga a los miembros del SPAUAZ, a pugnar por que se garantice la estabilidad y permanencia en el empleo, la profesionalización de la docencia y la superación académica de sus agremiados.
En consecuencia, tan solo estos dos apartados de nuestro cuerpo estatutario, nos aportan los elementos necesarios que nos exigen como docente universitarios y miembros del SPAUAZ, a defender los derechos laborales de los compañeros rescindidos, lo cual implica una obligación no solo para las instancias de autoridad del SPAUAZ, llámense Asamblea General, Plebiscito Sumarios de Delegaciones, Coordinadora de Delegados, Comité Ejecutivo, y Asambleas Delegacionales, sino a todos los integrantes por igual.
Por su parte y solo por mencionar algo del clausulado del Contrato Colectivo de trabajo UAZ-SPAUAZ vigente, mencionaremos que la cláusula 16 establece que “Toda medida tomada por cualquier autoridad que afecte el salario o la relación laboral de un trabajador y que no haya sido precedida de los procedimientos señalados en este Contrato queda automáticamente sin efecto, bastando para ello la reclamación por escrito del Sindicato o del afectado para que proceda el pago inmediato del toral del salario retenido, la reinstalación en caso de despido y la restitución de los derechos afectados”.
Por lo tanto, con solo dar cumplimiento a la obligación contractual de esta cláusula, daría por terminado el conflicto existente sin perjudicar a nadie.
Compañero docente universitario, ante el fundado temor existente del papel que como docente universitario y miembro del SPAUAZ debes tener ante el conflicto en que se verá envuelta nuestra universidad a partir del lunes 31 de julio, y tomando en cuenta las consideraciones estatutarias y contractuales mencionadas anteriormente, queda clara cual es no solo el papel que como universitarios debemos tener, sino la obligación de cumplir y hacer cumplir tanto lo establecido por los “Estatutos que norman la vida interna del SPAUAZ, como del Contrato Colectivo de Trabajo UAZ-SPAUAZ, que norma las relaciones laborales entre el sindicato y la Universidad Autónoma de Zacatecas.
La lucha por los derechos laborales y prestaciones sociales de los compañeros rescindidos, no es algo que deba de reflexionarse mucho, es nuestra obligación, porque no es solo por ellos, es por todos nosotros, sin importar filiación, grupo o expresión política a la que se pertenezca o no dentro y fuera de la universidad.
La solidaridad ante la exigencia de solución a la violación de la dignidad laboral de los compañeros rescindidos que habrá de llegar hasta el extremo de un huelga de hambre por parte de los afectado, no debe ponerse en duda, es un valor que no solo debe expresarse discursivamente, sino que debe hacerse vida y no solo por los universitarios, sino por la sociedad zacatecana. ■
*Docente de la UAP/UAZ
