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miércoles, 24 abril, 2024
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3 pasos para empezar a detener la barbarie

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Por: Ernesto González Romo •

Vivimos en una sociedad que poco a poco se acostumbra a la barbarie, ya nadie se sorprende de que todos los días amanezcan personas muertas, secuestradas o desaparecidas, incluso muchas personas se molestan cuando los taxistas salen a las calles para exigir justicia.

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México se ha convertido en un cementerio clandestino y la sociedad está deseosa de un cambio, pero está más deseosa de no tener que mover un solo dedo para que las cosas cambien, no podemos seguir así, tenemos que hacer algo, por eso les propongo 3 acciones simples para empezar a cambiar:

1.- No debemos aplaudir.

En medio de esta crisis de seguridad, seguimos llenando de aplausos los eventos públicos, pero ¿de qué aplaudimos? Nuestro país vive una crisis de seguridad, la economía está estancada, los gobiernos municipales y estatales están quebrados y llenos de deudas, las acciones de gobierno están manchadas por el diezmo y el tráfico de influencias ¿Entonces? ¿De qué aplaudimos? Debemos dejar de regalar aplausos, si los políticos quieren nuestros aplausos, que se los ganen.

Y en esto no valen las escusas, eso que yo aplaudo porque trabajo en gobierno o porque soy empresario o porque me van a dar una despensa, es inaceptable, festejar las omisiones de autoridades incompetentes, es aceptar la crisis que vivimos.

2.-No debemos difundir tonterías.

Hace unos días, Alejandro Tello dijo que con esta crisis de inseguridad, los ciudadanos que están involucrados en la delincuencia, son los únicos que deben tener miedo, lo más triste es la cantidad de personas que comparten esa visión y que ayudaron a difundir semejante estupidez, ya sabemos que la sociedad es imperfecta y que los seres humanos somos propensos a romper las reglas, justamente por eso creamos instituciones, contratamos a servidores públicos y les pagamos un salario para que hagan prevalecer el orden público.

Culpar a los ciudadanos y escudarte en la perdida de los valores, son escusas muy recurridas por las autoridades incompetentes, pero apoyar estas teorías es olvidar que además del aumento en la violencia causada por el crimen organizado, también ha crecido la delincuencia común, motivadas por la incompetencia de policías que no pueden diferenciar entre faltas administrativas y delitos, ministerios públicos incapaces de armar carpetas de investigación sólidas, jueces que se dedican a firmar las sentencias elaboradas por sus secretarios y que juntos han creado un modelo de impunidad que nos tiene viviendo entre la barbarie cotidiana.

Cuando el 99% de los delitos que se comenten quedan impunes, queda más que claro  que el sistema de procuración e impartición de justicia ha colapsado. Así que dejemos de justificar a las autoridades, ellos tienen la obligación de cumplir y hacer cumplir la ley, si no pueden, que renuncien.

3.-Debemos ser solidarios con las víctimas.

¿En qué andaría? ¿Qué habrá hecho? Esas no son las preguntas adecuadas, lo que debemos preguntar es ¿hasta cuándo las autoridades harán su trabajo? Ya se nos ha hecho costumbre cuestionar a las víctimas de los delitos, en vez de exigirle a las autoridades que hagan su trabajo, gastamos miles de millones de pesos en seguridad y nos empeñamos en pedirle respuestas a los muertos, eso debe cambiar, debemos ser más solidarios con las víctimas y con sus familias porque sin importar lo que haya hecho, nadie merece que atenten contra su integridad física.

Si seguimos difundiendo chismes y diciendo que “seguramente andaba con los malos” tarde o temprano nosotros seremos ese cadáver al que nadie le quiere hacer justicia, porque al criminalizar a las víctimas, fomentamos que las autoridades sigan simulando y  este círculo de impunidad, tarde o temprano nos alcanzará.

Son pasos sencillos para empezar a cambiar, no podemos permitir que las autoridades nos sigan diciendo que la crisis está en nuestra cabeza, tenemos que tomar con seriedad nuestro rol de ciudadanos.

Déjenme ponerles este ejemplo, imaginen que ustedes contratan a un electricista para reparar los cortos de la casa, le dan el material y le pagan por adelantado…  Pero en vez de ponerse a trabajar, el empleado dedica su tiempo a culparlos a ustedes por las fallas en el sistema eléctrico y en el colmo del descaro, les dirá que las fallas eléctricas están en sus cabezas, pero en vez de indignarse y exigir el trabajo, ustedes deciden aplaudirle y darle la razón, ¿suena ridículo? Pues eso es lo que estamos haciendo con nuestras autoridades, les pagamos, les damos miles de pesos en presupuesto y les permitimos que nos culpen por sus ineptitud, por eso, si queremos que las cosas empiecen a cambiar, tenemos que dejar de aplaudir, tenemos que dejar de difundir tonterías y tenemos ser solidarios con las víctimas. No hacerlo, tarde o temprano nos convertirá en la victima. ■

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