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viernes, 26 abril, 2024
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“Quisiera no seguir cantando mis canciones, pero el país sigue igual o peor”: Palomares

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ El capitalismo cada sexenio deja una cuota de pobres, afirma el cantautor

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■ “Somos un país adormecido y apendejado por los medios y el consumismo”, opina 

“A mí me gustaría no cantar mis canciones que escribí hace 40 años, me gustaría hacerlo porque no tiene sentido cantarlas. Porque fue algo que ya se resolvió, pero lamentablemente las canciones siguen más vigentes que nunca. Pues el país, desde 1968 a la fecha, sigue igual o peor”, dice Gabino Palomares, cantautor, compositor, interprete y activista desde 1972.

Subrayó que el sistema capitalista tiene un fundamento de desigualdad, de concentración de la riqueza, en unas pocas personas. Y esto aumenta el número de gente pobre, y cada sexenio deja una cuota de pobres.

Se pensó que el fraude electoral, algo que ha hecho el Partido Revolucionario Institucional (PRI), cambiaría con el arribo del Partido Acción Nacional PAN, y tampoco fue así, ni con los gobiernos de izquierda.

Y esto refleja que ningún político ha roto con la estructura priísta. Siguen la corrupción, la impunidad, como en los casos de periodistas asesinados, ejemplo reciente el asesinato de Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada en el estado de Chihuahua.

Indica, que estos problemas, se han  agravado con un “Frankenstein” hecho por el mismo gobierno, llamado narcotráfico. Y éste fue permeando en las estructuras del poder político y económico, y actualmente nadie puede controlar.

Dice que estas situaciones se complican por la ineficiencia de los gobernantes, y la globalización que ayuda a quienes tienen el poder de acaparamiento. Reconoce que su generación tuvo la esperanza de que cuando la izquierda fuera gobierno, las cosas cambiarían, pero no fue así.

Por ello es importante la participación de la sociedad. Aunque esto es complicado por los medios de comunicación. “Porque somos un país adormecido y apendejado por los medios y el consumismo, vivimos una generación del vacío, que no ha hecho feliz a los mexicanos” dice el cantautor.

Y en este sentido, los ciudadanos deben buscar una vida más humana, distinta, donde los seres humanos puedan dedicarse a actividades productivas y reconfortantes que eliminen la superficialidad.

Gabino Palomares contó cómo nació su vocación de cantar y contar lo que pasa en México. Recuerda que mientras estudiaba ingeniaría química en la ciudad de San Luis Potosí, visitó con asociaciones cristinas de beneficencia el altiplano potosino.

Cuenta que le impactó la extrema pobreza en la que vivían los habitantes del semidesierto de aquella entidad, a quienes les apoyaron con pipas de agua. En ese entonces, ya tenía una inclinación por la poesía.

Además de que impartía clases de literatura y de música, algunas de sus influencias musicales en ese entonces eran Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa y Oscar Chávez, quienes lo influenciaron para escribir canciones.

Confiesa que comenzó a tocar la guitarra en un grupo de una iglesia. Pero más que buscar cantar canciones católicas, lo que en verdad le gustaba era aprender temas para llevar serenatas a las muchachas.

Para ese tiempo ganó un segundo lugar en un concurso de canción universitaria, con el tema Mi Desierto, en el cual el artista plasmaba sobre los problemas de pobreza en el altiplano de San Luis Potosí.

A partir de ahí comenzó en el camino de la música y empezó a escribir más temas. Su temática era la crítica social, más no política. Entre estos temas, dedicaba canciones a la doble moral cristiana que vivió en San Luis Potosí.

En la universidad conoció al comunicador Julio Hernández “El Astillero”, columnista de La Jornada. Estuvieron juntos en movimientos como el del campamento Tierra y Libertad, donde Palomares tuvo su primera participación política.

Vinculó la poesía de la guerra civil española con la música. Y en esta poseía encontró otro concepto del mundo a través del arte, no sólo de crear por crear. Y esos poetas le mostraron una manera diferente de vivir la palabra.

Palomares llegó en el año de 1975 a la Ciudad de México. Como todo artista, soñaba con llegar a la capital, y poder tener espacios, salir en la televisión; y dar a conocer su arte, y ganar dinero por ello.

Sin embargo, se dio cuenta de que su estilo no embonaba en el esquema de canciones comerciales que buscaba la industria disquera. Pero a la par, se encontró con un movimiento latinoamericano de artistas y cantantes, causado por el exilio latinoamericano.

Para el artista fue una sorpresa que su propuesta fuera bien aceptada. Y de repente le llegaron invitaciones para participar en eventos como tomas de tierra, protestas, movimientos estudiantiles entre otros, y ahí encontró un canal para mostrar sus canciones.

Había cantantes del movimiento de la música nueva, como José de Molina, Oscar Chávez, Los Folkloristas. Y muchos de ellos, estaban relacionados con los artistas e intelectuales del exilio latino.

Amparo Ochoa escuchó el tema de Palomares llamado “La maldición de la Malinche”, el cual le gustó. Y fue ella quien lo comenzó a interpretar en otros espacios. Fue así que se comenzó a conocer al cantautor.

De pronto se vio cantando en lugares como El Palacio de Bellas Artes o el Auditorio Nacional, ante miles de personas. Menciona que tuvo suerte, de haber llegado en un momento en el que este movimiento estaba en su apogeo.

Dice que la revolución cubana, fue un acontecimiento importante para toda América Latina. Recuerda que en el 76, llegó a México la primera delegación cubana, en la que venían dos jóvenes a quienes nadie conocía.

Esos adolescentes desconocidos eran Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, a quien Palomares tuvo la oportunidad de atenderlos. De ahí surgió una amistad, que se convirtió en invitaciones para cantar en Cuba.

Explica que en México se vivió un proceso de la nueva canción, la cual nació del Partido Comunista, de organizaciones de izquierda y de la vinculación con organizaciones sociales, políticas, estudiantiles y sindicales de todo el país.

En este desarrollo ideológico y en el año de 1985 se constituyó el Comité Mexicano de la Nueva Canción. Y esto fue un parteaguas donde hubo una gran diversidad de artistas de diferentes géneros musicales.

Entre ellos, grupos de música folclórica como Los Leones de la Sierra, hasta grupos de rock como El Tri de Alejandro Lora. La intención era crear música que no fuera comercial, y que hablará de la realidad del país.

Ahí surgió una polémica, que era entrar o no a los medios masivos de comunicación. Y para Palomares era tan importante tener presencia en este ámbito, como seguir con la lucha social y seguir en este tenor

“Y así es que seguimos unos en esto, de ‘tercos’ como dice Oscar Chávez. Nos quedamos con festivales internacionales, e instituciones como Conaculta nos toman como parte de las expresiones artísticas nacionales y de eso vivimos”, señala el activista.

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