Se suele confundir las necesidades y los satisfactores. Es común escuchar que alguien necesita un carro o necesita comer carne. Y no, lo que las personas necesitan es transportarse o recibir proteínas, no el carro o la carne. Los últimos son los satisfactores, que pueden ser infinitos y cambian según el lugar y el tiempo. Así las cosas, las necesidades son finitas, pocas, universales y no cambian; pero los satisfactores son variables y relativos. Por ello, también, hay satisfactores alternativos, que cubren la misma necesidad pero no es lo habitual ni lo que domina en el mercado. Por ejemplo, el amaranto puede ser una opción no alternativa para consumir proteína.
Pues bien, queda claro que la necesidad es la movilidad humana: la capacidad de transportarse con rapidez y bajo costo.
Así las cosas, se debe discernir ¿cuáles son los mejores satisfactores para cubrir la necesidad de la movilidad en Zacatecas? Y para definir eso se necesitan estudios que desemboquen en un modelo de movilidad, al menos, para la zona metropolitana de Zacatecas-Guadalupe- Fresnillo- Vetagrande. Se hizo una Ley de Desarrollo Metropolitano pero es una cosa vacía. Se requieren hacer los cálculos de tiempo de transporte, la contaminación de ruido y atmosférica, y la relación entre movilidad, pobreza y exclusión social. Pero nada de esto se ha hechos en Zacatecas: reina la improvisación por decir lo menos.
A escala local, la configuración de las áreas metropolitanas está conformando un modelo intensivo en el uso del vehículo privado subutilizado por el número de personas que transporta y derrochador de energía, y de efectos sociales perniciosos. Aunque los accidentes viales son, con mucho, la externalidad más trágica del transporte, no son menos importantes la contaminación atmosférica, la contaminación acústica y la congestión urbana. En cuanto al Área Metropolitana, la población hasta el 2010 fue más de 261 mil habitantes y se estima que para 2030 alcance más de 361 mil habitantes, lo que representará un incremento de más de 25 mil nuevas viviendas para atender el crecimiento de la población y tendrá lugar una demanda de suelo de casi 458 hectáreas en este periodo.
Por otro lado, entre 1990 y 2010, la superficie de la mancha metropolitana pasó de 2 mil 545 hectáreas a 5 mil 504 hectáreas, lo que representó un incremento de 116%; sin embargo, es la porción de Guadalupe la que registró los incrementos más significativos con casi 180% comparado con 67% que registró la parte urbana de Zacatecas en el mismo periodo. El incremento sostenido del parque vehicular privado del área metropolitana, puede explicarse por el mayor acceso al crédito y como respuesta a las carencias en el sistema de transporte colectivo. Se requiere trabajar con urgencia todo un modelo de movilidad para la Zona metropolitana porque hasta ahorita se han improvisado ‘soluciones’ de corto plazo como Uber y otros, pero que son curitas para una hemorragia que requiere atención urgente.
