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jueves, 18 abril, 2024
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Explotación intensiva, ambigüedades y demagogia

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO • admin-zenda • Admin •

Durante su campaña para gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna, del PRI, se comprometió a abrir un campus de la UAZ en el municipio de Pinos, Zacatecas. En una nota del 22 de agosto de 2016 en El Sol de Zacatecas el rector electo, Antonio Guzmán Fernández, declaró que, con el objetivo de “lograr la suficiencia de recursos,…, “se sacará el mayor provecho” del personal actual sin violentar sus derechos laborales” por lo que, en la “primera parte de su administración habrá “cero contrataciones””. De esto se sigue que, en lo inmediato, el campus de Pinos deberá esperar. Pero, dado que el rector electo plantea un “diagnóstico” del personal de la UAZ, con el objetivo de hacer “reacomodos”, es claro que en lo inmediato desaparecerá dependencias universitarias, porque la palabra “reacomodo” remite a una figura del contrato colectivo de trabajo UAZ-SPAUAZ que se requiere cuando tiene lugar la desaparición de centros o unidades académicas por motivo de reformas. En esos casos el personal tiene derecho a ser “reacomodado” (cláusula 41, fracción VI) en áreas equivalentes o afines. Es claro que los reacomodos, si es que en efecto de eso se trata en las declaraciones del rector electo, desplazaran a mucha gente de las Unidades y centros de la UAZ, por lo que ese “exceso” de personal será nuevamente reacomodado con la venia del SPAUAZ. Así que una vez que tome posesión el rector electo tendrá días agitados, que ya empiezan, porque se suscitó un problema en la preparatoria IV, que tuvo repercusiones en cinco preparatorias más, debido a que existen docentes cuya carga no ha sido asignada correctamente, o no ha sido asignada en lo absoluto, porque, al parecer, personal que antes no ejercía la docencia ahora lo hará. Por ese problema se pararon las actividades del lunes 22. Lo curioso del caso es que en otras preparatorias, notoriamente las preparatorias 1, 2 y 3, no se paró, ni siquiera por solidaridad. Es claro que entre los docentes de la preparatoria hubo una fractura en relación al asunto de las cargas de trabajo. El punto a resaltar es que la idea de un diagnóstico del personal académico tiene por fundamento la esperanza de que existan espacios en donde los docentes no ejerzan adecuadamente su labor, por lo que esos espacios resultaran susceptibles de desaparición y su personal podrá ser reacomodado en otros lugares donde sí hagan falta. El problema de fondo, sin embargo, no es tan simple, porque un diagnóstico no necesariamente arroja los resultados que uno espera, en particular, no es claro que existan espacios donde la gente “no trabaja”, y en el caso que los haya, no es obvio que en otros espacios existan vacantes que puedan ser cubiertas. El caso de la preparatoria IV parece ser la regla antes que la excepción, porque si es el caso que todo el asunto se suscitó porque se integró a la docencia personal que antes no la ejercía, lo que queda claro es algo ominoso, y que los dirigentes prefieren no mencionar: la reducción de la carga laboral y el despido. La reducción de la carga laboral y el despido son las únicas maneras de verdaderamente lograr que un presupuesto que no se incrementa, ajuste para todos los compromisos adquiridos. Si hay producción de deuda, como es el caso con la UAZ, es porque en efecto el presupuesto no ajusta. Y esa situación no se puede alterar mediante “reacomodo” del personal, porque los reacomodos no liberan a la institución de su obligación de pagar los salarios del personal, así que en conjunto los simples reacomodos no optimizan nada. Si se quiere ajustar sin incremento del presupuesto, debe haber despidos y reducción de la carga de los docentes. Por otra parte está el asunto de los campus que prometió el candidato Tello. Si se quiere abrir nuevos campus resultará necesario crear nueva materia laboral, que no podrá se ocupada en su totalidad por los docentes reacomodados a menos que haya un incremento general en la jornada de trabajo frente a grupo de los docentes. Por ejemplo, si un docente de tiempo completo tiene hoy cuatro grupos, se le puede incrementar uno para que pueda haber la posibilidad de expandir la materia laboral sin contrataciones. Obviamente todo lo dicho plantea problemas muy grandes que implican la modificación del contrato colectivo de trabajo. Así que lo dicho por el rector electo, si es en serio, implica que deberá haber supresión de unidades y centros, despidos e incremento de la jornada de trabajo frente a grupo, lo que conlleva modificaciones al contrato colectivo. Así que si son serias sus declaraciones es mucho lo que tiene por hacer. Ahora, si leemos bien dice que no habrá contrataciones en la “primera parte” de su administración. Eso es ambiguo. ¿Cuánto dura esa “primera parte” y quién determina ese tiempo? Es claro que esa primera parte puede durar mucho, poco o casi nada, dependiendo de cómo se le presenten los problemas. Por otra parte, si existe una generosa ampliación del presupuesto ordinario estatal todos esos planes tendrían poca razón de ser. ■

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