La Gualdra 258 / Castillo de sal si puedes
Da miedo abrir el periódico, o ver las noticias televisivas. Por mi parte para soslayar un poco la violencia y la corrupción decidí disfrutar las Olimpiadas y la verdad ha sido una delicia ver a Phelps, Simone Biles, Bolt o Katie Ledecky; todo iba muy bien hasta que me topo con un atleta mexicano concursando con un uniforme parchado y con Misael, boxeador mexicano que para llegar a Río tuvo que botear a fin de poder comprar su pasaje de avión, y como contraparte, el director de la CONADE acompañado de su novia quien portaba el uniforme de los deportistas (Hugo Boss) por el simple hecho de ser la novia del señor que administra los dos mil millones de pesos -que anualmente da la federación a la CONADE-. Si no cabe duda que nuestros impuestos están trabajando, para el enriquecimiento y el regocijo de unos cuantos.
Todos los días para llegar a mi trabajo tomo un ruta siete, uno u ocho, cuando llueve prefiero ir en taxi, por la sencilla razón de que la mayoría de los camiones se gotean, aparte de que están sucios, destartalados y una buena parte de los choferes manejan temerariamente. Los taxistas nunca encienden el taxímetro, cobran lo que quieren y lo que ya es el colmo es que ahora mientras manejan leen y contestan mensajes de texto; muchas veces me he preguntado si llegaré con bien a mi destino. La solución es ir caminando porque no veo que las autoridades quieran poner un alto al abuso y mal servicio. Todos los partidos políticos trabajan para su propio beneficio y el de sus “amiguis” o parientes y los ciudadanos sólo existimos para ellos cuando requieren nuestro voto o nuestros impuestos para cubrir sus sueldos y dietas millonarias. Sí, los ciudadanos estamos malhumorados y temerosos ¿qué hacer?
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