ruselas. Una manifestación contra el terrorismo y el odio recorrió hoy Bruselas para dar fe de la existencia de una Bélgica muy diferente a la de los atentados terroristas y luego de los disturbios protagonizados por grupos de ultraderecha que dieron la vuelta al mundo.
La gente viaja en el tranvía con rosas blancas en la mano. En la Estación Norte de Bruselas, los soldados vigilan armados con fusiles.
La parada es el lugar de encuentro para una marcha que reunió a unas siete mil personas que se manifestaron contra el racismo y a favor de una sociedad pacífica tras los atentados terroristas del 22 de marzo, cuando extremistas musulmanes explotaron bombas en el aeropuerto y el metro y mataron a 32 personas.
«No hay palabras para lo que ha pasado», dice François Clarinval, de unos 50 años y miembro de la federación islámica CSM, uno de los organizadores del evento.
Originalmente la marcha iba a tener lugar el 27 de marzo, pero fue pospuesta por motivos de seguridad. Clarinval es un belga musulmán y para él lo más importante es que la gente comprenda que el islam no es equivalente al terrorismo.
Clarinval sonríe con tristeza cuando se le pregunta si personalmente tiene miedo de sufrir más racismo tras los atentados.
«Lo que yo siento no es importante». Las cifras muestran que sigue aumentando la xenofobia presente hace tiempo, así como la violencia contra los musulmanes, pero él no pierde la fe. «Tengo esperanza».
También Leona, de 66 años, tiene esperanza. Junto con su marido hizo el viaje en tren de 20 minutos hasta Bruselas desde Malinas.
«Quiero una sociedad afectuosa en la que todos tengan los mismos derechos», dice.
A su lado camina un señor de edad con un cartel que dice: «Estoy contra el miedo». Unos niños corretean alrededor, jugando. El sol se ha ocultado tras unas espesas nubes.
A pocos metros está Olivier, de 22 años y que reparte pegatinas lilas de su Partido del Trabajo (PTB, izquierda). «Fuck Isis, fuck Racism» (Que se jodan el EI y el racismo) se lee en ellos, y más abajo, en letra pequeña, «la solidaridad nos hace fuertes». Isis era la abreviatura inicial del Estado Islámico (EI) antes de ponerse este nombre. También él destaca que el islam no es terrorismo, y que está hoy aquí para que todos lo entiendan.
La manifestación es un símbolo asimismo contra lo que pasó pocos días después de los atentados en Bruselas. Entonces unos 400 hooligans de ultraderecha irrumpieron y destrozaron una manifestación pacífica en memoria de las víctimas en el centro de la ciudad. Esa no es nuestra Bélgica, sino esta de hoy, era el lema de muchos de los participantes.
El comunicado que llamaba a manifestarse lo resumía de forma similar: «El mayor peligro que trae el terrorismo es que el miedo, la presencia militar en las calles y la desconfianza hacia los demás se vuelvan algo normal (…) No permitiremos que eso pase».
