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viernes, 29 marzo, 2024
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Marco Antonio Flores Zavala, la edad de conseguir

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR • Admin •

■ Historia y Poder

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Seguramente es perfeccionista, con normas elevadas para él y los demás, es intuitivo y a menudo fluctúa en sus estados emocionales, aprendió desde pequeño a concentrarse a fin de reunir fortaleza y estabilidad interior, es uno de los personajes naturales de la ciudad donde destaca por su habilidad para expresarse, más en la historia profesional, a la que se dedica, junto a un gran equipo que se jacta de ser del éxito y haber adquirido lo suyo a través del estudio, el sacrificio y ser participativos.

Se trata de Marco Antonio Flores Zavala, la ritmicidad de su nombre en el ciclo de las letras y su nomenclatura, su significado en las resonancias hipnóticas de los símbolos, la carga numérica que lo hace desear el conocimiento y la sabiduría, ser introspectivo,  la quietud para meditar, amar los misterios, buscar entender y conocer las leyes espirituales y es maestro de historia, autor de temas notables, conferencista y de esas unidades que logran situarlo con rápida alegría por lo que hace y lo mantiene en pie.

La Universidad Autónoma de Zacatecas es la prueba de todas las lealtades puestas al filo de quien desea de verdad el bien educando e instruyendo, sin mermar ni dañar en ninguna manera el prestigio, la noble labor y el fin por lo cual está hecha para que ingresen sus hijos en la constante batalla de asegurar los progresos para la mayoría de la gente.

A este segmento de ilustres pertenece el joven maestro Zavala y la Universidad prosigue el camino inicial en la que fue  su acción más fraterna desde el siglo en que fue concebida: agitar las conciencias, descubrir, indagar, protestar, denunciar, proponer, atestiguar.

Que los turbios intereses y la necedad del egoísmo por el alabo a la imagen o el culto a las personalidades que solo son organismos parásitos que no dudan en perpetuar las cadenas del servilismo más rampante para asegurar bonos y prebendas, está siendo desterrada por las nuevas encomiendas que su mismo sendero proclama: enseñar con provocación, con realeza, como la que estima su excelencia, la real neta, la verdad lacerante, la que no quiere vanidosos ni ególatras, mucho menos seguir con la fama pública de que los universitarios son en su mayoría los ilustres comodinos venciendo el vasallaje y arribando a la alcurnia.

Aquí se trata de otro orden, de otra posibilidad y oportunidad para que la historia se popularice.

Está en la plenitud para poder lograrlo.

¡La edad de alcanzar!

Tiene 24 letras en su nombre: tendrá siempre la protección del sexo opuesto.

Tiene la clave personal seis: testarudo y discutidor, inflexible, interesado por asuntos cívicos, políticos y hogareños.

Brillante profesor universitario, maestro por naturaleza, tiene el don de trasmitir conocimientos, su misión en la vida es prodigarse, su familia obra en el como un equilibrador de sus emociones y puede que haya asumido  mucha responsabilidad aun desde pequeño y sin  ser cerrado y enseñar a los demás todos los conocimientos que haya adquirido. Y es que es perseverante, equilibrado y justo.

Tiende a ser líder para los demás.  No tratar de perseguir afanosamente la riqueza, pues esto hará que se aleje de lo espiritual y no logre la armonía que el número requiere, es decir, la prosperidad para todos, el firmamento de la igualdad, el infinito del júbilo compartido.

La verdad leerlo es un auténtico placer por la gran multitud de datos que posee, firmeza estructural, conocimiento amplio, sus libros son populares, también su confianza en sus compañeros colegas que impulsan la nueva territorialidad de la historia zacatecana, la que impone y deslumbra, la que enseña y denuncia. ■

¡Maestro!

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