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viernes, 19 abril, 2024
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Por: TUTUY LUNA • Admin •

El Club de la Pelea

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Romperemos la primera regla del club de la pelea “nadie habla sobre el club de la pelea”.

El club de la pelea es una película dirigida por  David Fincher, basada en la novela del mismo nombre escrita por Chuck Palahniuk, no fue un gran éxito de taquilla, costo 66 millones de dólares a los estudios Fox, después de fracasar en taquilla se convirtió en una película de culto cuando salió la versión en DVD, la náusea por la vida que plasmo Fincher en esta película rodada en 35mm, atrapó a fanáticos de todo el mundo; platicar sobre esta película es difícil ya que no es una recomendación, es más como una plática entre fanáticos un análisis de la nauseabunda visión de Palahniuk de la sociedad, si no has visto la película o leído el libro no es buena idea leer este articulo por 2 situaciones: la primera, no lo entenderás la segunda te vas a enterar que Tyler Durden es en realidad un alter ego del interlocutor del que jamás se menciona el nombre, sabiendo esto, es responsabilidad de cada lector seguir la lectura de este artículo.

“Sólo cuando perdemos todo, somos libres de hacer lo que queramos.”

“La publicidad nos hace codiciar autos y ropa. Trabajos odiosos para comprar mierda que no necesitamos.”

“Nuestra guerra espiritual. Nuestra gran depresión son nuestras vidas.”

Tayler Durden, durante toda la película, recita aforismos sobre la utópica sociedad donde no existe el materialismo, este personaje ha sido comparado con Zaratrustra de Nietsche o con el extranjero de Camus, lo encasillan en una filosofía nihilista, será por eso que se convirtió en un obscuro personaje de culto, por esa utópica vida que quería compartir, podemos imaginar la sociedad como la describe Tyler: sin ser esclavos de un sistema financiero que nos hace como clones, nos programa para que vestimos igual, escuchemos las misma música, comamos lo mismo y pensemos lo mismo. En 1996 cuando Palahniuk publicó la novela no estaba tan avanzado el Internet, no teníamos el mundo en la palma de la mano, pero ya se visualizaba un cambio, se nos llamó generación X, recibimos el nuevo milenio, el futuro como lo llamaron antes, como lo quiso describir o imaginar mucha gente, un futuro maravilloso con avances científicos inimaginables o con la cura de una estúpida gripe, pero este tipo de autores visualizaban a la sociedad en realidad como es ahora, de alguna forma presintieron que seriamos una sociedad sin opción a elegir nada, dejamos de ser personas para ser un número más, una estadística, que no es capaz de elegir con que color de ropa sale a la calle, con una vida apegada a lo dicta la Internet, nunca pensamos que lo que en realidad nos esclavizaría sería una aplicación que llevamos en el teléfono, que nos dirá que se come, que se viste de que se puede hablar; al final así fue como dejamos de ser seres independientes, para convertirnos en un perfil de Facebook, nos integramos a este gran y estúpido circo, en que ahora más que en ningún momento buscamos la aprobación global, nos importa tanto lo que piense gente atrás de una pantalla que vivimos una vida falsa a través de esas ventanas, que nos están esclavizando, al final no fueron los muebles de Ikea los que nos hicieron unos robots, fue una tecla en la pantalla que dice “Like”.

Después de leer la novela y ver la película dos veces para escribir este artículo, después de leer sobre el autor y el director llegue a esa conclusión, que la final sí se vislumbraba una esclavitud, pero no fue el sistema financiero porque, ni siquiera necesitamos las cosas, ni siquiera necesitamos una vida, con que podamos aparentarla es suficiente, no pensé que leer a Palahniuk me llevara a reflexionar estas cosas, en realidad quería escribir sobre la bata rosa de Tyler Durden, que tenía unas tasas de café pintadas, sobre datos de los actores la dirección de Fincher sobre la madre de Marla y cómo aparece en la novela, pero al final quise compartir lo que me dejó escuchar las frases y los aforismos de esta novela, me costaba mucho trabajo iniciar el texto y lo borré muchas veces porque todo me llevaba a pensar en qué nos está pasando como seres humanos y cómo están viviendo las nuevas generaciones, que a pesar de tener una ventana al mundo y poder  formarse un criterio amplio sobre las cosas, la vida y las situaciones, porque al final para eso exploramos el mundo, para eso nos autodestruimos o tocamos fondo, pero ahora parece que los medios abrieron una ventana hacia nosotros y nos convirtió en esclavos del mundo virtual, dejamos que nos impongan música sin sentido y sin alma, estamos dejando que mueran las artes dejamos en los estantes los libros para leer qué estupidez dijo ahora el presidente o si le pusieron cara de burro otra vez, no puedo visualizar un futuro, no sé cómo serán las próximas generaciones tal vez necesitemos un proyecto Mayhen para liberarnos de Instagram, Twitter o de Facebook, no sé qué tan difícil sea regresar a la sociedad a que se conviertan en seres humanos, esta sociedad y como la vivimos me recuerda la cucaracha en el libro de La metamorfosis de Kafka, nos estamos convirtiendo en una extraña cucaracha, que por ahora recibe cuidados pero esa misma transformación nos está convirtiendo en un bicho que está agonizando y que al final no le va a importar a nadie. Me salí completamente del tema que estaba escribiendo, trato de mostrar algo con lo que escribo por eso recomiendo películas y libros, pero esta vez en este momento que estoy escribiendo esto para ustedes, sentado en mi computadora, me sentí un esclavo y no del sistema, del gobierno o de la sociedad, me sentí esclavo de la Internet, me sentí una persona sin vida y sin futuro, recordé las reuniones con mis amigos donde estamos todos mirando una luminosa pantalla que nos domina y nos rige la vida, ahora todos somos personas públicas le pertenecemos a la sociedad virtual, a una sociedad que nunca le daremos gusto y que nunca va a ver por nosotros, les gustaría que fuéramos la persona a la que humillan en un video o que la descubren siendo infiel, somos tan insensibles que a esa sociedad a la que le rendimos como a un dios, le gustaría que fuéramos la próxima persona asesinada en la calle para poder tener que comentar mientras desayunan en la cafetería de cualquier oficina en la que trabajan.

Bueno al final me salí del tema me surgieron estas ideas mientras transcribía el resumen de El club de la pelea, les recomiendo la película, la novela, por supuesto el soundtrack y una serie llamada Mr Robot, basada también en esta novela y pues para eso leemos, vemos y escuchamos, para formarnos un criterio, ahí está mi opinión, espero les guste, esta vez fue del alma a las letras o tal vez fue la música grunge que estaba escuchando mientras escribía la que me alteró.

#BlackDog ■

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