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viernes, 19 abril, 2024
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Ellos y Nosotros

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Por: ESTHER MARIELA CONSUEGRA DÁVILA* •

A un año, en que nos faltan 43 y muchos miles más,  ese ente llamado Estado, ha sido incapaz de aliviar la tensión generada desde el gremio estudiantil y otros sectores de la sociedad civil, ante un caso que en el sistema político mexicano no se muestra como novedoso pero que en el contexto actual se conjuga lastimosamente con otros factores como el de tipo económico, violencia exacerbada a causa del maridaje entre el Estado y el crimen organizado, caldo de cultivo para la desaparición de todos.

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No se muestra un asidero posible para que dicha tensión sea canalizada y pueda provocar un cambio estructural dentro del sistema largamente cooptado por la corrupción de las élites y la descomposición acelerada del tejido social, que encamina a México al límite de la protesta social y que paradójicamente tampoco genera cambios sociales de fondo que alivien el conflicto estudiantil, u otras luchas sociales generadas por las demandas de un largo rosario de calamidades como la marginación, desigualdad en el México de ellos y el otro que se derrumba a diario a razón de sangre, despojo, injusticia, el país de nosotros, de todos.

La tensión permanente e históricamente acumulada en varias zonas, especialmente en el sur indígena del país, el sur y el México de Aguas Blancas, Acteal, Michoacán, Tlatlaya y otros que en suma con el caso Ayotzinapa, dan muestra de un estado incapaz para dar cauce a las demandas de nosotros, las demandas de todos, conduciendo a la represión y el exterminio, desmontando el aparato discursivo de ellos y el Mexican Moment con una visión de futuro hacia la modernización económica, el sueño de ellos.

Detenciones, mentiras históricas, farsas mediáticas, cinismo y ofrecimientos para grandes pactos nacionales no alivian la tensión y el sufrimiento de los padres; la denigrante y única verdad es que este país está hundido por la corrupción de ellos, que ante la calamidad sólo se prepara para persistir y reciclarse hacia futuros y próximos comicios electorales que abren la puerta para que la tensión sea llevada al límite y el oportunismo político convierta la desaparición de los jóvenes en un asunto de arreglos e intercambios, para la desarticulación de la oposición y la escatológica ganancia política del régimen en turno.

Mientras, a 365 días sin los 43 que nos faltan, en plazas pro-independentistas, pantallas de plasma, papel periódico y demás basura mediática nos ofrecen cínicamente discursos de justicia, informes de expertos, reuniones y verdades históricas para enredarnos en la vorágine y vacuidad declarativa y así lentamente olvidar, callar y aceptar; mientras ellos, los otros, siguen hablando sobre el fortalecimiento de las instituciones para ‘‘asegurar la vigencia plena del estado de derecho en el país’’ y muchas otras frases largamente repetidas, todas como un telón de fondo que cubre el gran teatro nacional de la distribución autoritaria de impunidad, corrupción, clientelismo, exclusión, inequidad, todo lo ruin de unos cuantos; pero incluso con todo ello, los otros, nosotros, no olvidamos.

 

* Estudiante del posgrado en Ciencia Política, UAZ.

 

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