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jueves, 18 abril, 2024
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La nula soberanía alimentaria de México es insostenible, afirma el director de ANEC

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Por: RAQUEL OLLAQUINDIA • Araceli Rodarte •

■ Reforma del campo ya se dio, con la posibilidad de expropiar tierras en favor de particulares

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■ Si no se modifican las políticas, en 2030 se importará 80% de los alimentos que consume el país

La reforma del campo se dio ya con la energética  y, concretamente, con la posibilidad de expropiar las tierras ejidales y comunales para entregarlas a las empresas particulares extranjeras del sector de los hidrocarburos y la electricidad.

El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), Víctor Suárez, aseguró que este hecho se consumó en el artículo octavo transitorio de las leyes en materia energética.

Durante su visita a Zacatecas con motivo del foro El campo y la soberanía alimentaria, organizado por el Frente Popular de Lucha de Zacatecas, expuso que este hecho sólo demuestra que, tanto para el presidente Enrique Peña Nieto como para el Congreso de la Unión, “el campo no es prioritario, no es importante y es totalmente secundario”.

Sobre todo, añadió, “si las empresas no pueden llegar a un acuerdo económico para el uso de ese territorio, el gobierno establecerá un procedimiento de expropiación de tierras a favor de la empresa privada”.

Esto, comentó, trastoca profundamente la Constitución mexicana, pues en lugar de cumplir con el mandato de expropiar sólo si hay un motivo de utilidad pública, se quitan las tierras a los mexicanos en beneficio de la iniciativa privada. Al respecto, concluyó que “esta es la reforma del campo que ya se dio, lo demás es demagogia”.

Suárez, además, enumeró otras cinco “amenazas” que están implícitas en la reforma del campo de Peña Nieto. En primer lugar, reiteró la “agresión” que supone privatizar de manera acelerada el ejido y la comunidad.

La segunda amenaza se trata de la firma de “más tratados de libre comercio, más monopolios, más dependencia del exterior”. El director ejecutivo de ANEC nombró el Tratado Transpacífico que se está “negociando en secreto” y será más lesivo incluso que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

De igual forma, se refirió a la intención de legitimar la siembra comercial de maíz transgénico; también al despojo de los recursos naturales que son propiedad de los ejidos, como los minerales, el petróleo y el gas, así como el agua y la biodiversidad; así como a la continuidad de un modelo asistencialista y clientelar “para romper la resistencia social”.

La situación del campo mexicano y, sobre todo, de la nula soberanía alimentaria de México es insostenible, sostuvo Suárez.

Explicó que la dependencia que se tiene de alimentos del exterior es de 45 por ciento, cuando antes del TLCAN no llegaba a 15 por ciento. Subrayó que, si no se modifican las actuales políticas, en 2030 se estará importando 80 por ciento de los alimentos que consume la nación.

Puntualizó que, en el contexto internacional que predomina en la actualidad, continuar siendo dependientes y no autosuficientes en materia alimentaria “es un suicidio”.

Ante estas condiciones y, principalmente, frente a las amenazas de la reforma de Peña Nieto, Suárez enumeró también los fundamentos de la agenda campesina que se ha elaborado.

Estos son, entre otros, la obtención de la autosuficiencia alimentaria, sin transgénicos ni monopolios, y los buenos precios y una certidumbre en la comercialización. También el respeto a los modos de vida, cultura y recursos de los ejidos, y a los derechos de organización autónoma.

En cuanto a las acciones que se han planteado para lograr estos cambios, Suárez comentó que hay una necesidad de realizar asambleas en los ejidos y comunidades del país para discutir las cinco amenazas de Peña Nieto y los elementos de la agenda campesina, a fin de obtener actas de asamblea que sirvan, por ejemplo, para exigir una consulta sobre la reforma del campo y la energética en 2015.

También informó que en el mes de diciembre, cuando se conmemoren los 100 años de la entrada de los ejércitos de Francisco Villa y Emiliano Zapata a la Ciudad de México, se buscará que las asociaciones campesinas de toda la República y la ciudadanía en general tomen la capital de México para reivindicar sus derechos.

Aun así, finalizó, las condiciones actuales sólo cambiarán cuando la sociedad quiera. Concluyó que, “si la ciudadanía quiere entretenerse con futbol y no enfrentando los problemas graves que tiene cotidianamente y los que tiene en el mediano y largo plazo, no vamos a ser capaces de derrotar a un gobierno al servicio de las corporaciones, de la corrupción y de la inseguridad”.

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