■ Uno de los personajes zacatecanos de mayor trayectoria, inició su oficio a los 17 años
■ Entre sus clientes estaban Fernando Pámanes, Francisco E. García y Antonio López Aviña
Jesús Macías Félix, uno de los últimos peluqueros que existen en la capital, lleva más de 51 años dedicándose a este oficio, el cual aprendió de su padre, Jesús Macías Flores. En la práctica de este oficio, dijo, conoció a miles de zacatecanos que acudían a cambiar su apariencia con él, de los cuales, algunos aún son sus clientes. “Las peluquerías eran lugares donde los hombres acudían a socializar y a enterarse de noticias”, refiere.
Orgulloso, señaló que aprendió el oficio por necesidad de su padre, quien también era peluquero, aunque no fue motivado por el gusto de hacerlo, pues se casó a los 17 años y las responsabilidades del hogar lo obligaron a aprender los estilos y tipos de corte de cabello en los caballeros.
Recordó que su padre le inculcó la disciplina y a tomar las medidas de higiene necesarias para realizar un corte de cabello, pues no le permitía usar la máquina de cortar y le exigía que hiciera los trabajos sólo con tijeras y peine.
Sus primeros cortes los realizó en una peluquería que se encontraba en el mercado González Ortega, justo donde actualmente se encuentra el café Acrópolis, ayudando a un señor que cortaba el pelo a personas que pertenecían a la clase alta de la sociedad zacatecana de aquellos tiempos.
En ese entonces, su patrón cobraba cerca de 10 pesos por cada corte, pero Jesús, por su inexperiencia, cobraba nada más 5 pesos y fue con este oficio como pudo sacar adelante a sus 8 hijos.
Reconoció que lo más difícil fue la barbería, pues tenía que preparar las navajas mediante un proceso especial para que tuvieran filo. Después, se preparaba el jabón, y se metían las toallas a un calentón.
Estas toallas, que debían permanecer a altas temperaturas, se sacaban con un guante y se colocaban sobre el jabón a los clientes, pues con esto se ablandaba el vello facial. Después, se rasuraba la barba siguiendo su trayectoria y posteriormente se hacía en sentido contrario.
Otros clientes complicados eran los que usaban barba cerrada, además de los adultos mayores, a quienes, dijo, tenía que acomodarles la piel para evitar lastimarlos y poder realizar una rasurada perfecta.
Satisfecho, Jesús mencionó que nunca ha lastimado a nadie al realizar su trabajo, y que únicamente le hizo un rasguño a un cliente en una ocasión. Se distrajo por poner atención a un juego de futbol que se transmitía por radio: “me acuerdo que empataron los equipos, y al momento del gol me emocioné, pero sólo fue un rasguño”.
Después de aprender la profesión, Jesús decidió emprender su propio negocio y rentó un local en el primer cuadro del Centro Histórico. También practicaba futbol y basquetbol en sus ratos libres, lo que le ayudó a conseguir más clientela. Encargó un par de sillones especiales para su peluquería, los cuales fueron traídos de la ciudad de Guadalajara. Además, se hizo de un calentón y una máquina para aspirar el cabello de los clientes.
En aquella época, señaló, se escuchaba a grupos como Los Beatles y al Rey del Rock, Elvis Presley, por lo que muchos zacatecanos que acudían a su peluquería a solicitar cortes al estilo de los rockeros.
Dejó en claro que ni las modas ni los cortes modernos le afectaron, pues la mayoría de sus clientes tiene la misma edad que él. Así, actualmente atiende a algunos de forma personal en sus domicilios por causa de enfermedad.
“Si llegaban chavos ‘disco’ que me pedían cortes muy modernos, y no faltaba que llegara uno de pelo lacio rebelde, pidiéndome que se lo enchinara, pero no hago milagros sólo corto el cabello”, dijo entre risas Jesús.
Otra moda de aquel tiempo era utilizar el pelo chino ondulado y largo, como lo usaba el jugador Leonardo Ovalle, además de flet tap, el cual era un corte tipo militar que requería mucha concentración, pues se tenía que dejar plano el cabello utilizando un cepillo.
La rasurada con navaja de afeitar dejó de utilizarla cuando se alertó a la población sobre la llegada de la influenza A/H1N1, hace más de 4 años, pues además de tomar medidas de prevención, era común el uso de rastrillos y máquinas de afeitar.
El peluquero relata que durante 24 años le cortó el cabello a Francisco E. García, ex gobernador de Zacatecas, así como a Fernando Pámanes Escobedo, militar y ex gobernador del estado.
Macías llegó a ser el peluquero del obispo Antonio López Aviña, a quien le hacía trabajos a domicilio, así como de Javier Lozano Barragán, quien también fue obispo de la Diócesis. Además, fue el preferido de funcionarios y políticos, relató.
Explica que en una peluquería los hombres podían socializar, pues las mujeres acostumbraban ir a los salones de belleza. En las barberías había la posibilidad de abordar temas como política, futbol y hasta situaciones personales.
Refirió que al inicio charlaba con sus clientes, lo que posteriormente se convirtió en una rutina. Esto también lo desconcentraba en su trabajo, por lo que provocaba pláticas entre los clientes para que charlaran entre ellos y el poder trabajar cómodamente.
“Yo procuro tener revistas de política y de deportes, además de los diarios. Pero cuando se me juntaban los clientes tenía que hacerla de peluquero y de maestro de ceremonias, porque el lugar se convertía como en un club de hombres”, cuenta Jesús.
Después de 52 años de dedicarse a este oficio aún no piensa retirarse, advierte. Señaló, por otra parte, que cuatro de sus hijas han seguido esta tradición familiar, pues han forjado una carrera dedicándose a cortar el cabello, aunque lo hacen en estéticas unisex.
“Estoy satisfecho, señaló, a mi edad estoy sano, y agradecido con Dios por haber aprendido este oficio, por haberme ayudado a sacar adelante a mi familia y haber conocido a tanta gente importante en mi vida”, compartió.
