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viernes, 29 marzo, 2024
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UAZ: institucionalidad dinámica

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Por: RENÉ LARA RAMOS •

Benjamín Romo Moreno escribió: “Dentro de la confusión que existe en las responsabilidades propias de la naturaleza de las partes de la relación laboral: la patronal y la sindical, ahora se agrega la de la representatividad y la gestión, pero lo más grave, la de la capacidad de decidir sobre la aplicación de los recursos provenientes de la Federación”.

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¿Con ella –la confusión– se trata de confundir a los universitarios, a la opinión pública y a las autoridades federales, para ocultar la lucha por el poder en la UAZ? Pospuesta a raíz de una huelga inédita por el espíritu universitario que la sostuvo, útil hasta para medir fuerzas y aspiraciones de grupo. Antes, en la manifestación en Plaza de Armas los universitarios fresnillenses fueron el  contingente significativo. Al estallar la huelga, el Rector Silva se posicionó y pudo negociar con las autoridades correspondientes. Realidad o no, lo anterior fue coherente con uno de los riesgos de levantarla. Si su duración no lo debilitó, ni lo hizo caer, ¿lo benefició? ¿Hubo condiciones para intentarlo? ¿Las acciones recientes indican que las hubo o sólo la pretensión? Si no se hizo entonces, ¿la actual situación universitaria permite intentarlo? ¿Condensación de ideología, política y cobertura cultural para intentarlo, son variantes?

La semana anterior, un grupo de universitarios, confrontó a la UAZ consigo misma, sin recurrir a su institucionalidad para realizar acciones propias de la Universidad en su conjunto y sus instancias representativas. Abiertas, a lo que es su obligación, regir a la UAZ, atributo del Rector y de las instancias representativas existentes para proponer, analizar, deliberar, decidir y regirla. Propias para recibir la expresión de los universitarios y proceder a su procesamiento colegiado como son los Consejos Académicos y el H. Consejo Universitario, y otras instancias creadas para procesar expresiones individuales y colectivas sobre distintos problemas universitarios. La fuerza de lo universitario es superior a la sola expresión individual y sin eliminarla, la procesa. Un grupo de universitarios, al margen de un mandato expreso del H. Consejo Universitario, no puede pretender el reconocimiento de alguna instancia del poder federal sobre un asunto de interés general universitario, sin antes promoverlo al interior de alguna Unidad Académica, por una razón, aquella dimensión de organización universitaria es la instancia colectiva básica de los universitarios, para dar el debate y la confrontación política académica universitaria. Si fuera insuficiente, se pasaría a presentar el asunto ante el H. Consejo Universitario, allí dar el debate y construir o encontrar solución o soluciones.

Sin ello, la autonomía universitaria queda en cuestión, como capacidad institucional universitaria para resolver o encontrar salidas a problemas universitarios, como luchar por un financiamiento suficiente y puntual. Sin proceder de esa manera, ¿para qué la autonomía, si no sirve a los universitarios para procesar en sus órganos rectores problemas internos como el organizarse para dar la lucha por el financiamiento? ¿No sería perder lo más, por lo menos? Lo importante es trabajar académica y organizadamente con imaginación, pertinencia y propuestas, para tomar parte, mediante el trabajo académico, en la modelación de un futuro político e ideológico más consistente que el anterior y el presente. En la UAZ, sólo de ella misma procederá su fuerza y relevancia, para qué buscar confrontarla con instancias de Gobierno Federal, si es aquí, en las aulas, laboratorios y unidades académicas, donde se debe ganar la consistencia académica y política para arribar a las instancias de representación y autoridad universitaria, mediante un proceso electoral universitario, que debe transcurrir y operar sin corromper a los electores, pues requiere ser superior para contribuir a mejorar la mentalidad de lo que es o debe ser una universidad honesta y potente en lo académico, lo político y administrativo.

¿Qué hacer con el actual Rector? Con la legalidad universitaria en la mano, obligarlo a trabajar y a cumplir sus responsabilidades institucionales, si no lo hace. ¿Dónde están las propuestas, cuyo carácter académico y potencia universitaria, obligarán a Silva a apoyarlas? Hay que hacerlas llegar al H. Consejo Universitario. ¿Dónde están las propuestas de brigadas que desde la óptica del servicio universitario, atiendan a los marginados o excluidos de Zacatecas? El H. Consejo Universitario conocerá, deliberará y mandatará qué hacer para aterrizarlas.

Por qué conformarse con tener escuelas en municipios lejanos, si éstas no se convierten en núcleos de difusión universitaria de logros académicos interdisciplinares y adecuados para beneficiar a los más pobres de la región. ¿Hacer eso no es rentable, en política? Puede no serlo, aunque con ello se trata de aprender y  transformar o, ¿cuál es la potencia del ser, el saber y la tecnología universitaria, si no, el desempeño profesional, con sentido social? Por supuesto, que sean exitosos. Mientras, en su estancia universitaria pueden aportar a la sociedad y a los más pobres, en servicio, asunto que el Rector Silva debe respaldar y atender. Lo puede mandatar el H. Consejo Universitario. ■

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