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jueves, 18 abril, 2024
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Rinden autoridades homenaje a la escritora Yamilet Fajardo, como zacatecana destacada

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Por: RAQUEL OLLAQUINDIA • Araceli Rodarte •

■ Es la ganadora del premio nacional de poesía Ramón López Velarde 2013

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■ “Lo que no me queda claro es quién o de qué se ha liberado la mujer si no es de sí misma”, afirma

“En mi campo, que es la literatura, que yo he querido dejar de veras para centrarme en mis estudios pero no me deja, seguiré buscando la palabra, la palabra precisa, la palabra que diga aquello que la palabra no puede decir”.

Yamilet Verónica Fajardo Veyna cerró, con esta frase, su intervención durante el homenaje que recibió por parte de la Coordinación Estatal de Bibliotecas, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, por ser una zacatecana destacada al haber ganado el premio nacional de poesía Ramón López Velarde 2013.

Rodeada de autoridades estatales y municipales, así como por alumnos de algunos de los centros educativos en los que estudió, entre ellos el Colegio de Bachilleres del Estado de Zacatecas (Cobaez) plantel Morelos y la escuela Belisario Domínguez, la joven homenajeada aseguró que, tras reflexionar durante días sobre el “ser femenino”, a fin de poder hacer un breve escrito sobre el tema y leerlo en este evento, concluyó que “es algo sumamente complicado y sumamente difícil de tratar”.

Por ello, ante los asistentes, la autora de Susana y los viejos y La caja de cerillos, siendo esta última la novela en verso por la que fue galardonada el año pasado, dio lectura a una reflexión de Octavio Paz acerca de este ámbito, en la que se asegura que la historia del amor es inseparable de la historia de la libertad de la mujer.

Sin embargo, Fajardo Veyna expuso que “lo que no me queda claro es quién o de qué se ha liberado la mujer si no es de sí misma. Dicho de otro modo, de quién ha sido esclava la mujer más que de sí misma. Pero también el hombre es esclavo de sí mismo. Todo ser debe alcanzar la libertad para lograr la plenitud”.

La poeta zacatecana, a raíz de esta declaración, sostuvo que estas fechas en las que se celebra a la mujer no tienen que ver con su libertad, sino que “se debe a otra cosa, algo que se aclarará el día que dejemos de recordar este día; y este día podrá ser cuando cada uno aprendamos de nuestra soledad”.

En este punto, la escritora originaria del municipio de Morelos recordó las palabras de otro autor, el poeta checo Rainer Maria Rilke, quien escribió que hay que asistir a nuestra soledad porque en ella reconocemos quiénes somos ante el mundo.

Sólo de esta forma, en solitario, se podrá reconocer plenamente a la mujer en el mundo y los hechos que han desembocado en la necesidad de conmemorar al ser femenino año con año.

Tras los mensajes de Horacio Franco, presidente municipal de Morelos, y de Lucía Alonso Reyes, presidenta honorífica del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familias (SEDIF), quienes destacaron el esfuerzo y la tenacidad que llevaron a Yamilet Verónica Fajardo a ser merecedora de este homenaje, la poeta por el contrario, aseguró que el reconocimiento “no me lo merezco yo”, sino que deberían dárselo a las dos personas que le han enseñado a “ser mujer”.

La escritora zacatecana se refirió, con la voz entrecortada por la emoción, a su abuela, Catalina Trejo Galván, de quien dijo que aprendió a elaborar y contar historias, gracias a las narraciones que le hacía, pues “siempre me contaba historias de mi querido Morelos”.

También mencionó a su madre, Estela Veyna Trejo, y le agradeció “su lucha, la enseñanza que me ha dado, lo mujer que me ha hecho ser; siempre una mujer aguerrida que, pese a las dificultades, a todo lo doloroso que es la vida, me ha enseñado que hay que darle el frente, bien peinada, bien bañada y siempre adelante”.

Pero la escritora zacatecana, además, agregó la figura de su padre a la lista de personas que han sido modelo a seguir en su vida personal y su carrera profesional.

En este caso, sostuvo que “él también me ha enseñado y me ha formado a ser mujer y, por supuesto, es un hombre al que le he visto eso particular femenino que pocos hombres demuestran; pocos hombres demuestran su lado femenino y mi padre era una de esas personas. Él era una persona débil y en su debilidad me mostró su gran fortaleza”.

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