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jueves, 28 marzo, 2024
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Persiste la manera burocrático-corrupta de hacer política: Paco Ignacio Taibo II

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Por: ALMA RÍOS • Araceli Rodarte •

■ En la derecha el poder se compone de una red de negocios unidos a grandes empresas, dice

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■ Ciudadanizar no es respuesta, sino reajustar el proceder político a las necesidades sociales

Proponer un esquema en que por un lado están los políticos y por otro los ciudadanos es falaz.  Pues “la política es una obligación, una necesidad y una consecuencia de un fenómeno de conciencia que se gesta en múltiples espacios de la sociedad”.

La contradicción real que entorpece las soluciones a los grandes temas del país debe verse entre una manera burocrático-corrupta de hacer política, íntimamente ligada con las leyes y el aparato del Estado, herencia del modelo priista de gobernar y las necesidades de la sociedad, comentó Paco Ignacio Taibo II.

El escritor participó en la emisión del programa de La Jornada Zacatecas TV, Synergia, dedicada a analizar la relación entre participación ciudadana y la estructura partidista y de gobierno conformada actualmente.

El autor de Yaquis. Historia de una guerra popular y de un genocidio en México (Planeta, 2013), su más reciente publicación, propuso sustentar el debate en un “corte más profundo”: derecha e izquierda. Y luego en un análisis autocrítico de esta última “en su relación con el cambio”.

“La derecha ha instrumentado una representación política extraordinariamente sólida, con muchos años de tradición, un enraizamiento económico muy fuerte: El gobernador es tranza, su frase motivadora es: ¡Uca, uca, el que lo encuentre se lo emboruca!”

El tejido del poder se compone comenta, de una red de negocios vinculados a grandes sectores del mundo empresarial que viven y colaboran de esta corrupción porque les beneficia en el presente y les traerá “futuros generosos”.

Esta estructura recibe dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o de la jerarquía del aparato conservador. Se encuentra clavada en el PRI por todos lados y el PAN cuando fue gobierno reiteró las mismas prácticas y tradición.

De este último añade, “su civilismo original se disolvió como si les hubieran caído 70 camiones de Fab limón encima de la cabeza”.

En la izquierda es más complicado el fenómeno. En el caso del PRD a escala nacional, la pérdida de identidad es un fenómeno de “múltiples caras”, afirma.

Es el “primer partido laborista” pero no por su asociación con la política socialdemócrata al estilo británico sino por haberse convertido en una estructura de 17 mil  “trabajadores” que suman senadores y diputados federales, legisladores locales, ediles de “corporaciones municipales”; comités partidistas, nacional, estatales y municipales; hasta los ayudantes de los ayudantes y “el cargaportafolios”.

“Los Chuchos” construyeron un partido basado en el corporativismo. En esta relación te doy-me das que es una perversión de su relación original con el movimiento ciudadano, agrega.

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Ante la posibilidad de que controles ciudadanos bloqueen esta estructura, propuesta a modo de pregunta por Marco Antonio Torres Inguanzo, conductor de la emisión, Taibo II respondió que éstos se hubieran corrompido.

“Es un problema de política. Un concepto de hacer política. Y está íntimamente relacionado con las leyes, el aparato del Estado modelo mexicano (…) que va destruyendo toda propuesta ideológica”.

Hoy tú discutes con un compañero de estos aparatos y no puedes hablar de política con él. Habla de conspiraciones, porque adoptó el modelo mental del priísmo, de que no existe movimiento social ni contracciones sociales. No hay lucha de clases, hay conspiraciones. Este güey me quiere chingar…y entonces el otro y entonces no sé qué”.

Ante este vacío, la política real la ejercen “miles de gentes en el país”. Pequeños grupos de izquierda marginal, los zapatistas, los maestros, los electricistas, los Yaquis, enumera.

“Nosotros en Morena estamos haciendo política, mal o bien, pero estamos haciendo política todo el rato. Al margen de este monstruo perverso que ya no es izquierda, ya es cualquier cosa.

Entonces ciudadanizar no es una respuesta, la respuesta es reajustar el comportamiento político a las necesidades de la sociedad”.

Y para lograrlo se requiere darle forma organizativa a las tensiones, problemas y visiones de la propia sociedad. Este es “el gran debate en el seno de la izquierda”.

Al respecto del tema de la organización en torno a movimientos sociales puntualizó por su parte Torres Inguanzo, se ha caracterizado por su impotencia para contener el avance neoliberal en México.

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La palabra que describe este fenómeno de los últimos 40 años en el país agregó Taibo II, no es sólo impotencia, sino otra “más fea”: desincronía.

“No solamente en los partidos se ha generado y crecido una mentalidad burocrática, el propio movimiento en muchos sectores ha creado una mentalidad particular que le impide asociarse socialmente (…) Y esta desincronía de los movimientos nos debilitaba por todos lados.

Si hoy un profesor universitario zacatecano no puede ver que su conflicto y el de los trabajadores de seguridad social es el mismo… si no lo puede ver, hay que construir unidad desde abajo para que lo vea…”.

Ante esta “desincronización” de los movimientos sociales afirmó sin embargo, que la “raza no son tontos terminan entendiendo estas cosas y reflexionando”.

En su opinión la estrategia unitaria que llevará a un cambio profundo en el mediano plazo sería “una victoria electoral asociada con un paro nacional y una moratoria de impuestos”.

En este sentido reiteró la necesidad de que los movimientos sociales se asocien con los partidos políticos “de la nueva izquierda”.

Este último concepto se refiere manifestó, a uno que privilegia “el servicio social movimientista más que el conflicto del triunfo electoral”, en él sitúa al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Un partido de estas características debe desbaratar la lógica de las cuotas de los grupos y sumar a “los ciudadanos que saben” acerca de las problemáticas de cada uno de los sectores. De fallar en este intento en el caso de Morena, se disolverá en los próximos 15 años, augura.

“Tienes que construir estas lógicas de representación basadas en otra manera de gobernar y discutir otra manera de gobernar. Hasta ahora donde hemos gobernado lo único que hemos hecho es gobernar su aparato. Trotsky lo decía con gran lucidez: ¿Quién es propietario de la silla donde te sientas? ¿Tú? ¿O la silla es propietaria tuya?”.

El reto es construir un modelo de partido cuyos elementos programáticos surjan de abajo hacia arriba y se involucren con los movimientos sociales y sumar “un tipo de representantes que no estén ahí por razones económicas o de cuotas.

“Entonces tienes que apelar de nuevo a la política y a la conciencia. Es lo único que nos ha salvado una y otra vez, la política y la conciencia.

Se deben introducir elementos socialistas en la vida cotidiana. Lo colectivo y no lo privado. “O sea hay una tarea inmensa y llevar al poder a amplios grupos representativos del movimiento social, esto ¿garantiza? No garantiza. Nada garantiza nada”.

Estas opciones deben construirse y revisarse todo el tiempo y pensarse dialécticamente propone, “jugar” tanto en el terreno del movimiento social como en aquel que busca los espacios de poder: “dialéctica, (es) otra palabra que la izquierda ha olvidado, piensa linealmente”.

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Pero si la izquierda ya no piensa dialécticamente “la ofensiva neoliberal” tampoco, apunta. De tal manera que “no les entra en la pinche cabeza. La ven como una progresión  de medidas que van construyendo su modelo de rapiña. Pero no se dan cuenta que cada medida genera cosas, entre otras, el descontento social profundo”.

Esto que le llama “echar gasolina al fuego” desde el gobierno lo amarra con el caso de las Reforma Hacendaria y cómo le pegará a la clase media baja, para señalar que aún falta la reacción de la población cuando se dé cuenta “de la madriza económica que nos quieren meter”.

En una descripción de los políticos neoliberales añade, “yo nunca había visto los cuatro jinetes de quépocalipsis como ahora los veo, tomaditos de la mano y se peinan bien. El Peña Nieto y sus amigos usan trajes de tres piezas. Eso siempre me dio desconfianza. Yo que soy prángana siempre me dio desconfianza ver a estos gueyes con zapatos de 5 mil pesos.

Pero no sabía que estaban apestando a azufre de esta manera. Lo habíamos dicho en la campaña pero no acabábamos de creérnoslo: son las fuerzas del mal. Son de un antipopular ferviente.

Son de los que traen vidrios tintados no para que no los vean. Ese es el pinche pretexto. Es para no vernos.

Sí, estos automóviles de vidrio tintado que recorren las ciudades repletos de funcionaritos que van a comer de lujo, transportan el demonio, en ese sentido.

¿Qué nos queda? ser de izquierda. Y cuando se pregunta, pero oye esto está muy confuso, muy oscuro. Yo digo pues sí, pero en las mañanas te levantas y yo digo quiero ser un escritor simpático que escribe un chingo de libros a toda madre. Y el espejo me dice, pues sí pero te chingaste porque hoy el jamón de pavo se volvió chatarra y hay que dar la guerra…

O los maestros de primaria en la cuadra donde estás… tienes que ir a visitarlos para darles una plática sobre quién era Pancho Villa. Entonces el espejo que actúa como Frankenstein…o sea, yo soy de izquierda porque no me dejan de otra, chingá!”.

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