Moscú. El Museo del Poder, inaugurado hace dos semanas en San Petersburgo, amaneció este martes cerrado al público después de que una veintena de elementos de las fuerzas especiales del Servicio Federal de Seguridad (siglas en ruso del FSB, el sucesor del KGB soviético) irrumpieron anoche en su modesto local para sustraer cuatro cuadros de una polémica exposición.
Las obras agrupadas bajo el título de “Los gobernantes”, del pintor Konstantín Altunin, provocaron la ira de las autoridades que ordenaron cerrar el museo hasta que concluya la Cumbre del G-20, que reunirá en la ciudad del Neva a numerosos jefes de Estado a comienzos de septiembre próximo.
La clausura podría ser definitiva si una corte dictamina que el recinto se utilizaba para difundir “ideas extremistas”.
El presidente Vladimir Putin, en camisón, y su primer ministro Dimitri Medvediev, en ropa interior de mujer, son los protagonistas del cuadro “Travestis”, mientras Kiril, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa aparece en otra obra con tatuajes de mafioso en el pecho, entre varias calaveras sobresalen Lenin y Stalin.
Los otros dos cuadros confiscados están dedicados a los diputados Yelena Misulina y Vitali Milonov, cuyos nombres figuran entre los mayores impulsores de restricciones contra la comunidad gay de Rusia.
Altunin, el autor de los cuadros, llamó hoy “auténtico robo” la intervención de las fuerzas de seguridad y anunció su intención de emigrar “lo antes posible” a Dinamarca.
