La Gualdra 645 / Cine / Música
Tanta era la improvisación de los primeros bocetos del Extraño mundo de Jack, que el compositor de la película, Danny Elfman y el productor, Tim Burton, asentaron sus ideas en breves reuniones dentro de una cocina.
“Cuando Tim (Burton) vino con la idea, fue algo así como: ‘¿Cómo empezamos este musical? […], así que sólo… ¡improvisamos! Cada canción estaba escrita en orden porque yo sabía sobre la historia que me él me estaba contando. Me mostraba imágenes y me describía al personaje […], era como contarle la historia a un niño, como un cuento para dormir. No sabíamos cuántas canciones íbamos a escribir [y] terminamos escribiendo 10 canciones, pero no era nuestra intención crearlas […]. Estábamos improvisando […], éramos sólo Tim y yo en la cocina, literalmente. La parte graciosa de la historia es que la cocina era de la escritora, Caroline Thompson (miembro del elenco), quien era mi novia en aquel tiempo”, explicó el compositor con el tono de voz de ese niño al que le compartieron la historia del Rey Calabaza.

Un día antes de Halloween, Danny Elfman se presentó en Monterrey en el Festival Santa Lucía 2024, donde dio un espectáculo musical junto al elenco de las voces originales y del doblaje en español latino de The nightmare before Christmas, una cinta que, en el momento de su estreno en 1993, fue cuestionada por la prensa debido a que “torturaban a Santa Claus”, aunque el compositor les aclaró en ese entonces, que era mentira, ya que “sólo fue secuestrado”.
No era la primera vez que Elfman pisaba suelo mexicano. Relató, en las instalaciones del estudio Victoria Records, que ya había visitado Guadalajara con su familia, en específico, para disfrutar del Día de Muertos.
Aunque en un principio la conferencia estaba destinada a dar más detalles de su show Danny Elfman in concert live to film, el diálogo se convirtió en una master class bilingüe donde el exintegrante del grupo de rock The Mystic Knights of Oingo Boingo, dio a conocer una pequeña dosis de la fórmula para crear la banda sonora que incluye This is Halloween en su repertorio: improvisación.
Además de que mencionó que el Halloween era una de las fechas más especiales, el artista destacó que en su momento tuvo que entrar junto con Burton al mundo de Disney para darle difusión al proyecto, luego de darse cuenta que quería explorar otros géneros musicales.
La premisa de la cinta sigue al personaje principal Jack Skellington, quien es conocido también como El Rey Calabaza y es el líder del Pueblo de Halloween. Pero una noche tras su regreso del mundo de los humanos, Jack comienza a tener una crisis existencial por hacer todos los años la misma tarea. Por esa razón, hasta llegar a un bosque donde hay varias puertas con diferentes símbolos de distintas festividades, entre ellas, Navidad. Él se adentra a ese mundo y conoce a Santa Claus y sin medir la consecuencia, decide encargarse de este año de la Navidad suplantando a Papá Noel, sólo para darle un nuevo sentido a su vida. La improvisación, incluso en las acciones del personaje, está viva desde el primer la concepción de la película, incluso para la selección de las voces.

“Cuando la escribí, yo sólo hice un demo grabado con mi voz haciendo todo […] Nunca pensé que iba a ser el elenco de las voces. Así que lo que hice fue hablar con un grupo ecléctico de cantantes con diferentes cualidades […]. No la escribí para un tipo de persona en específico. Sólo fue un tanto como: ‘Vamos a intentar esto’ o, ‘Ok, eso funciona’ […] Estuvo muy improvisado y de esa manera es como me gusta trabajar”, mencionó Elfman, además de explicar que él quería darle la voz al Rey Calabaza porque conectó con mucha profundidad y veía un reflejo de sí mismo: quería dejar de ser un músico de una banda para trabajar en algo diferente. Tan diferente fue que, incluso, el compositor mencionó que “tardó una década” en que la obra fuera comprendida y mejor recibida, es decir, empezó su apogeo a partir del 2003.
Y a pesar de que la película es una representación de la improvisación, la recepción de la cinta, así como lo mencionó Elfman, fue gradual, pero dejó huella en varias generaciones. Contó la anécdota cuando Burton y él visitaron Tokio por la película Charlie y la fábrica de chocolate, y notó que casi en todas las jugueterías se encontraban muñecos de Jack y de su interés amoroso, Sally.
Esa improvisación que también se desenvolvió con la recepción de la película fue lo que más destacó, porque constantemente expresaba lo feliz que le hacía ver que la obra seguía marcando infancias de generación en generación en varios países del mundo.

Antes de cerrar, agradeció a todos por hacer una realidad que aún continúa dentro del legado y que pasó como una película de culto para muchos, y para otros más, una bonita experiencia sobre qué es vivir Halloween y la Navidad de la forma más disruptiva posible: improvisando.