En una entrevista exclusiva con el docente investigador de la Unidad Académica de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), José Luis Guardado Pérez, se analizaron los factores determinantes en la fluctuación del peso mexicano. Se destacó que, además del inesperadamente amplio triunfo de Morena, el fortalecimiento del dólar, la inversión extranjera, las remesas y las exportaciones jugaron roles significativos.
«La coyuntura electoral siempre trae consigo un elemento de incertidumbre, y el resultado tan holgado de Claudia Sheinbaum no fue la excepción», comentó el Dr. Guardado Pérez al inicio de la conversación. «Este triunfo inesperadamente amplio, que incluyó la mayoría calificada en ambas cámaras legislativas, provocó movimientos en el mercado cambiario mexicano».
Explicó que la sorpresa en los mercados se debió no solo a la certeza del triunfo de Sheinbaum, sino a la magnitud del mismo y su impacto potencial en la política económica futura. «Los inversores y analistas ajustaron rápidamente sus expectativas, lo que se reflejó en la depreciación inicial del peso frente al dólar», señaló Guardado Pérez.
Subrayó que más allá de la coyuntura electoral, la dinámica internacional engloba el fortalecimiento del dólar en los mercados de divisas globales. Además, destacó que la inversión extranjera, las remesas y las exportaciones están robusteciendo los flujos de dólares hacia el país, ejerciendo una influencia crucial en la estabilidad del tipo de cambio, a la par de las disparidades en las tasas de interés entre México y Estados Unidos.
Sugirió que no debería sorprender si en el futuro el dólar regresa a niveles previos a las recientes fluctuaciones. Aunque señaló la dificultad de prever exactamente los movimientos futuros del mercado, indicó que la presión alcista sobre el tipo de cambio parece haber disminuido, observándose actualmente una tendencia descendente.
No obstante, el experto expresó optimismo sobre los fundamentos económicos de México, resaltando indicadores como el bajo desempleo y el robusto consumo interno. «Estos factores ofrecen una base sólida para la recuperación y estabilización del tipo de cambio a mediano plazo», afirmó Guardado Pérez.
En cuanto a las expectativas futuras, sugirió que una vez que se aclaren las políticas económicas y se reduzca la incertidumbre inicial, es probable que el mercado cambie su enfoque hacia la evaluación de los fundamentos económicos del país. «El tipo de cambio podría estabilizarse hacia niveles más previsibles y alineados con los flujos de inversión y comercio internacional», concluyó.
Con este análisis en mente, los mercados y observadores económicos podrán tener una visión más clara de cómo podrían evolucionar las condiciones económicas en México en los próximos meses, especialmente en términos de estabilidad cambiaria y crecimiento económico.