La carrera empezó. Igual que una carrera por los 100 metros planos, en un suspiro tendremos un ganador. La carrera reina del atletismo termina en un promedio de 10 segundos y el récord mundial es de 9.58 segundos, es decir, los mejores atletas se preparan toda su vida para una carrera que dura apenas un segundo.
De la misma forma, la carrera de los 5 aspirantes y la aspirante por ser el o la coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación, y eventualmente convertirse en la o el candidato a la presidencia de México por Morena, durará sólo 70 días.
En estos poco más de 2 meses, tienen que recorrer los 32 estados de la República, levantar ejércitos de personas para tocar puertas, y convencer a las mexicanas y mexicanos para que, en caso de que les pregunten, digan el nombre promovido.
Plazas, calles, caminos, carreteras, brechas serán recorridos para impulsar el ejercicio democrático, impulsado por Morena, desde nuestros estatutos. De acuerdo con los estatutos del partido, existen dos métodos para definir a sus candidatas o candidatos a puestos de elección popular, una de ellas es la insaculación, es decir, un sorteo, y la segunda es la encuesta, la cual servirá para definir al o la aspirante a suceder a Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.
Así, Morena quiere acabar con el dedazo. Durante el siglo pasado, en México, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernaba en todos los rubros políticos, se popularizó la práctica que realizaban los presidentes de la República para designar directamente a su sucesor. Se piensa en la idea de que el gran elector señalaba a su sucesor, por eso “el dedazo”.
Nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, no ha hecho nada para tratar de imponer a su sucesor o sucesora, incluso ha impulsado el uso de la encuesta como método para que el o la mejor posicionada sea quien encabece los esfuerzos por conseguir nuevamente la presidencia de México para la 4T.
Es decir, quien coordinará la Defensa de la 4T, y será candidato o candidata, y eventualmente presidente o presidenta de México, será definido por el pueblo, a través de encuestas en las que Morena no será la única que aplique el ejercicio demoscópico. La Comisión de Encuestas de nuestro partido hará una encuesta del 28 de agosto al 3 de septiembre y los resultados de ésta determinarán quién, de entre los seis aspirantes, será nuestro coordinador de defensa de la 4T. La novedad es que, además de esta encuesta, cuatro empresas encuestadoras levantarán la misma encuesta durante los días arriba señalados.
Hoy no estamos ante el escenario de una elección. Los aspirantes y la aspirante tienen 70 días para tratar de ganar una encuesta, en la cual sólo participará, al azar, una muestra significativa de la población del país, es decir, los recorridos buscan influir en quienes, eventualmente, pueden ser encuestados, lo cual dista mucho del trabajo a realizarse en una elección constitucional, donde todas y todos los ciudadanos visitados son, de antemano, electores.
Este ejercicio conlleva una gran responsabilidad, pues los recorridos de posicionamiento están vigilados por los grupos opositores, quienes buscarán derrumbar en tribunales nuestro trabajo ante la pobreza política de quienes no han podido, en seis años, esgrimir correctamente una idea, un posicionamiento, una plataforma política y mucho menos, una candidata o candidato capaz de participar seriamente en la carrera por la presidencia.
Estamos en medio de un proceso histórico de sucesión presidencial, mismo que afianzará los avances democráticos construidos con el trabajo, el sudor, las lágrimas y la sangre de millones de mexicanos y mexicanas, además de ratificar la necesidad, ratificada en las urnas, del pueblo de México, de continuar con el proceso de transformación impulsado por Morena y aliados, encabezados por Andrés Manuel López Obrador.
Que no quede duda. ¡Vamos a Ganar!