Con una sesión que reunió a destacados activistas y educadores, el Seminario Permanente de Universidades en la Construcción de Paz comenzó con una reflexión sobre el papel de la juventud y la educación en la construcción de una paz duradera.
El encuentro se destacó por la participación de dos jóvenes líderes, Aleida Ruiz Sosa y Jesús Azael Pámanes Pérez, quienes compartieron sus experiencias y proyectos de paz en diversas comunidades de México y otras partes del mundo.
La sesión se centró en el concepto de paz positiva, un enfoque que va más allá de la mera ausencia de conflicto. A diferencia de la paz negativa, que se limita a la eliminación de la violencia, la paz positiva busca la promoción activa de la justicia social y la resolución efectiva de problemas sociales.
La primera intervención estuvo a cargo de Aleida Ruiz Sosa, activista y bailarina originaria de Oaxaca. Aleida compartió su lucha por los derechos de las niñas y las mujeres, una causa que ha abrazado con pasión desde su adolescencia. A través de su campaña “Que las niñas sean niñas y no esposas”, ha logrado sensibilizar a comunidades en varios estados de México sobre los peligros del matrimonio infantil, un fenómeno que sigue afectando a muchas menores en el país.
Jesús Azael Pámanes Pérez
activista zacatecano y promotor
de la lectura, presentó su
proyecto “Zacatecas Letras y Esperanza”,
el cual ha impulsado en las zonas rurales
y marginadas del estado.
Su labor, que ha abarcado desde la creación de talleres hasta la organización de eventos artísticos como el ballet clásico, ha sido reconocida internacionalmente, obteniendo premios como el Premio Nacional de la Juventud 2021 y el Premio Internacional de la Paz Infantil entre muchos otros.
“Mi campaña consiste en llevar a las comunidades, aquí ya hemos visitado más de 35 comunidades de Oaxaca, llevar clases de ballet clásico, llevar talleres, no solo con el objetivo de que las niñas se vuelvan bailarinas o se vuelvan pintoras, sino con que ellas y al mismo tiempo sus padres, sus madres, vean que hay otro foco de esperanza, otra oportunidad, que tienen un camino para acceder realmente a una mejor realidad” agregó.
Posteriormente, Jesús Azael Pámanes Pérez activista zacatecano y promotor de la lectura, presentó su proyecto “Zacatecas Letras y Esperanza”, el cual ha impulsado en las zonas rurales y marginadas del estado. Pámanes Pérez, quien proviene de un contexto de pobreza y violencia, destacó la importancia de la educación como un pilar fundamental para la construcción de la paz. A través de su proyecto, ha logrado acercar la lectura a comunidades alejadas, ofreciendo a los jóvenes y adultos la oportunidad de reflexionar sobre sus realidades y generar cambios significativos en sus entornos.
Durante su intervención, narró cómo la escritura terapéutica le permitió superar los retos personales que enfrentó durante su infancia, marcada por la violencia y la pobreza. Como voluntario, impulsó talleres de escritura dirigidos a jóvenes, para ayudarlos a expresar sus emociones y reflexionar sobre su situación. Además, su iniciativa ha crecido a través de la “Biblioteca Móvil: La Esperanza”, un proyecto que busca acercar libros a las comunidades más alejadas de Zacatecas. Este proyecto no solo promueve la lectura, sino que también utiliza la escritura como una herramienta para sanar y reconstruir el tejido social.
El impacto de “Zacatecas Letras y Esperanza” ha sido significativo, alcanzando a miles de personas en diferentes municipios. Con un enfoque integral se tiene como objetivo sembrar una cultura de paz a través del acceso a la cultura, creando espacios de reflexión y empatía.
El seminario también destacó la importancia del voluntariado como una herramienta clave para la construcción de paz. En su intervención, Pámanes Pérez enfatizó el poder transformador de la acción individual y colectiva, señalando que las pequeñas acciones pueden generar grandes cambios en las comunidades.