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sábado, 5 julio, 2025
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Las elecciones españolas y Podemos

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Por: RICARDO BERMEO •

El proceso político español vivirá hoy, un cambio histórico este domingo (el 20D), día de elecciones generales: el fin del bipartidismo PP y PSOE. Más allá de esa certeza, la situación se encuentra totalmente abierta. Una tendencia que de confirmarse en las urnas puede ser decisiva, parece apuntar a que Podemos, formación política encabezada por Pablo Iglesias, con la ya famosa remontada, registrada demoscópicamente, lograría no solo frenar la caída en las preferencias electorales de los últimos meses. Sino, y eso es fundamental, modificaría el lugar que ocupará, algo aún incierto, según los diversos análisis, que han señalado la existencia de entre 6 y 8 millones de indecisos, quienes a días de los comicios todavía no definían por quién votar. Esa cifra deja abiertos los posibles resultados. Puede suceder cualquier cosa. Pero quizás, gracias al spring final, bien logrado, Podemos logre dar el sorpasso electoral, pasando de cuarta fuerza política, por debajo de Ciudadanos (tercera fuerza según la mayoría de las en cuestas, todavía dos semanas antes del 20D, que vivió una campaña de “patinazos” que le llevaron a perder alrededor de 600 mil electorales, siempre según sondeos), para llegar a colocarse como tercera fuerza. Incluso según algunas encuestas finales, Podemos, quizás consiga situarse por encima incluso del PSOE colocándose –eventualmente como segunda fuerza política (un auténtico terremoto, y un escenario complejo). Como sea, estas elecciones constituyen el fin del régimen político de la transición y apuntan al posible inicio de una transición que profundice la ruptura democrática.

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España se ha convertido en un laboratorio, donde la experimentación política y las alternativas en juego, han alcanzado a convertir a esta “sociedad en movimiento” especialmente a partir del 15M, en un referente europeo. En efecto, de nuevo se confrontan (como antes en Grecia, con toda la carga de su malograda trayectoria después del giro de Alex Tsipras, indefendible a pesar de su habilidad política innegable, y de algún margen que se abre si el cambio político español permite alinear a otros actores,
para que Grecia pueda ser una oposición que se oponga a las políticas impuestas por la Troika), tres salidas políticas europeas a la crisis –que todo parece indicar continuará de la mano de las políticas de austeridad impuestas desde Bruselas-: la primera es la de centro izquierda, -con la socialdemocracia que parece tocada de muerte- y un centro derecha, ambos implicados en la aplicación de las políticas neoliberales; la segunda es la de la extrema derecha con el posible triunfo electoral del FN de Marine LePen-, basada en una mezcla de políticas de odio hacia los inmigrantes, exacerbadas con la “crisis de los refugiados”, y los brutales atentados de París, peligrosa instrumentalización del “choque de civilizaciones” de Samuel Huntington, y, junto a ello, un nacionalismo su puestamente disruptivo, pero que, a mi juicio, más bien, representa un cortocircuito fabricado contra la eventual articulación a escala europea de los movimiento democrá-ticos contra la Europa de la guerra y del capital; detrás del nacionalismo a ultranza, se advierte la voluntad política de avecindarse con el más brutal neoliberalismo, como lo demuestra el fascismo ucraniano.

La tercera salida, es la que representa en un sentido amplio, incluso más allá de Podemos, esa “sociedad en movimiento” en que España se ha convertido, con todo y sus reflujos. Se abre la posibilidad de que -a escala nacional y europea- se articulen las rupturas democráticas y los procesos constituyentes, capaces de enfrentar con éxito a las poderosas elites financieras, y sus corifeos políticos que aplican con diligencia, las políticas neoliberales.

Y en este punto se vuelven de nuevo a abrir otro tipo de bifurcaciones, que ahora -en pleno proceso electoral- han quedado en la sombra. Después de los límites demostrados por Syriza en Grecia, (o, Islandia). Pero, también, pensando en América Latina, después de las derrotas electorales, del kirchnerismo, de Maduro en Venezuela, y del “fin de ciclo” de los gobiernos progresistas latinoamericanos.

Una lectura más detenida del proceso electoral español, muestra puntos muy relevantes para lograr la “revolución democrática” como algunos denominan al objetivo central de la actual experiencia española; un frente de lucha abierto en contra de las “democracias corruptas” que nos interpela directamente en nuestra búsqueda de alternativas efectivas al “no nos representan” también en Zacatecas.

La contribución de las confluencias electorales, Valencia, Cataluña, Galicia, etc., en las elecciones generales, parecen indicar que la hipótesis de Ahora en Común, era correcta; fracasó, pero logró trascender –parcialmente-. Un proyecto de autoinstitución (o constituyente) de la sociedad capaz de tener éxito, pasa -necesariamente- por desbordar los límites de la democracia representativa, basándose en la construcción de contrapoderes que (retro)alimenten –permanentemente- la autonomía de los movimientos sociales, sin sacrificarlos -como es regla general al privilegiar exclusivamente una visión estadocéntrica. En esta paradoja –aparente- se juega nuestro futuro.
Cierre de campaña: https://www.youtube.com/watch?v=sE61Xhu9RSc y https://www.facebook.com/coor
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