- México no está tranquilo, ni puede estarlo, sino inquieto. Una inquietud que observa civilidad y respeto, por lo humano y lo institucional, cuando a su gente se toma en cuenta como el origen instituyente de lo instituido. No basta lo social solo, sin la lucha por desplegar un orden por él instituido. El poder es eso: algo social que la gente tornó en instituido. ¿La polis, el calpuli? fueron construcciones no instituidas para siempre, duraron mientras fueron vías para la concurrencia y convivencia en sus respectivas sociedades y tiempos; o articuladoras imprescindibles para definir lo común o público y lo privado. Cuando en lo cotidiano no fluye esta básica función (política) de lo social, la gente por lo regular no espera y tarde o temprano, harta de esperar, irrumpe de mil modos como protesta, primero sin violencia. Excepciones hay, dependientes de tradiciones, culturas y ejercicios tan disímbolos, como las autoridades o procedimientos que la gente se da u observa para designarlas con la relativa libertad que permiten las tradiciones u ordenaciones. Por ello, habrá autoridades legal y consuetudinariamente constituidas o “de facto”, y su ejercicio o justificación existencial institucional será la misma: regular o administrar la riqueza y el poder: comunitario, social, político, económico, cultural y sus problemas.
- En las sociedades, lo que, se supone, deberían de hacer las mujeres, depende de cómo estén inscritas en la respectiva cosmovisión prevaleciente, donde nacen y habitan. Su comunidad, sociedad, las enmarca y ubica en un micro universo donde finalmente todos deben desplegarse. Por ello, aunque las cosmovisiones son innúmeras, su existencia está sujeta por la particularidad cultural e histórica prevaleciente donde existan. Con todo, los rangos de libertad o sujeción individual variarán de forma abierta u oculta, soterrada. A este hecho siempre lo acompañó el misterio y el poder, para bien o para mal. Desde la fascinación sexual que generaban como sujetos/objetos de placer, sin siquiera reconocer a la mujer como sujeto, hasta abyectas formas del sufrimiento al que se les sometía por una pretendida superioridad masculina, gracias a la virilidad fálica; veces, sin más “argumento” que la fuerza y el daño, para someterlas.
La utopía machista soñaba con hacer perene ese sometimiento, sin nunca querer ver la humanidad femenina de la mujer o esforzarse por disfrutarla con entereza, desde un ser masculino más humano, lejos ya de no sólo intentar o forzar someterla desde la utopía fálica machista, sin consistencia.
¿Esto tiene algo que ver con la economía y la política? Cómo sea, guarda relación con el Poder y la lucha por el Poder. ¿Quién doblega a quién? Por encima de: ¿quién coopera, ama y disfruta con quién, la política, la vida y el amor, además del sexo?
- ¿MVS doblegará a Carmen Aristegui y el régimen político a Nestora Salgado? Haga sus apuestas desde las fortalezas y debilidades de cada una. Por favor, no olvide el realismo político irrealista del hoy Procurador General de la República, experto en mitos, pitos, flautas y machincuepas sobre el inhumano, asocial y contrapolítico caso Atyozinapa. Desgracia nacional inscrita en el cosmos de la República por un autoritarismo lamentable, aún impune.
Lunes 18 de mayo, 2015, 13:20: Dialogan MVS y Aristegui en instalaciones de la radiodifusora. Por Alfredo Méndez y Ciro Pérez: México, DF. // La periodista Carmen Aristegui fue recibida por empresarios de la empresa MVS en punto de las 11 horas de este lunes, confirmaron los abogados de la comunicadora. Ambas partes dialogan sobre los motivos que llevaron a la empresa de telecomunicaciones a romper la relación contractual con la periodista, aunque a decir de abogados de MVS, la postura de la compañía no variará un centímetro. ¡Ups, vaya rigor!
“La reunión se dio en cumplimiento a lo ordenado la semana pasada por el juez federal Fernando Silva, y el único objetivo es respetar la garantía de audiencia de la señora Aristegui, mas no una reinstalación inmediata”, informó un abogado de MVS que pidió anonimato. (Esta narrativa muestra esperanza.)
- “Orgullosamente vengo representando a nuestra Policía Comunitaria, para pedirle a todo el pueblo que se una en esta lucha. Estamos hartos de lo que ha estado pasando en nuestros municipios con nuestra gente. En Olinalá hemos alzado la cara, señores, nos defendimos y estamos en la lucha”.
La voz de Nestora Salgado es firme. Ha tomado el micrófono frente a un pelotón de ciudadanos de Buenavista, Alpoyeca, en el estado de Guerrero, que van uniformados con camiseta verde. Es la policía comunitaria, fenómeno cada vez más extendido en ese y otros estados de la República Mexicana.
“Le pido a las señoras, a los padres. Hay muchos que se quedan en sus casas escondidos, señores, les falta valor o decisión. Salgan a defender a sus hijos, señores. Vean en los periódicos aunque no dicen todo lo que es, pero analícenlo. Cuántos niños, cuántos jóvenes, cuántas personas muertas cada día. ¡Ya basta!”. ■
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