En un contexto de transformación laboral a nivel nacional, con la búsqueda de una reforma constitucional que reconoce dos días de descanso por cada cinco de trabajo; es decir, una jornada laboral de cinco días, esto en términos prácticos se traduce en una reducción de 48 a 40 horas en el límite legal por semana, el doctor Edgar Zayago Lau, director de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), ofreció para La Jornada Zacatecas, una perspectiva sobre los posibles efectos de la reforma laboral en el estado.
Ante la posibilidad de que las empresas tengan que contratar más personal para cumplir con la demanda generada por la reforma, señaló que el cambio en los costos dependerá de factores específicos.
Estos indicadores destacan los tipos de contratos que se ofrezcan, la necesidad de capacitación, la productividad de los trabajadores y el nivel de automatización de las empresas.
«El aumento en los costos no es uniforme», afirmó, «ya que depende del contexto social, del sector en que se ubique la empresa y del dinamismo económico de cada región». En el caso de Zacatecas, un estado con una capacidad productiva limitada, este impacto podría ser mayor, dado que muchas empresas operan con márgenes estrechos y con dificultades para expandir sus operaciones.
Respecto al posible efecto de la reforma en las ganancias empresariales, mencionó que México históricamente ha basado su competitividad en salarios bajos y largas jornadas laborales, una situación que, según la OCDE, pone a los mexicanos entre los trabajadores con más horas de trabajo en el mundo.
«Las empresas han priorizado mantener bajos los costos laborales, sacrificando en muchos casos condiciones de trabajo dignas y una mayor innovación en sus productos», señaló el académico. En este sentido, la reforma laboral, al mejorar las condiciones salariales y reducir las jornadas, podría presionar las ganancias a corto plazo. Sin embargo, sugiere que esta transformación podría impulsar la productividad y generar valor agregado en los bienes y servicios producidos en el país.
Según el experto, un desafío importante de la reforma laboral, es el sector informal.
«Los trabajadores del sector informal no se benefician directamente de las disposiciones de la reforma, como la reducción de la jornada laboral o los derechos laborales asociados, como el pago de horas extra».
El reto, subraya, está en reducir la informalidad y formalizar el empleo, algo que no solo depende de las empresas, sino también de la capacidad del Estado para implementar políticas públicas que promuevan este proceso.
En cuanto al impacto en la productividad, destacó un problema estructural en el estado: la limitada capacidad productiva del estado y la falta de suficientes empleos formales.
«Zacatecas tiene una alta tasa de migración y desempleo en comparación con otros estados», explica. Esto se debe en parte a que no hay suficientes puestos laborales para absorber la oferta de trabajo existente.
La reforma laboral podría agudizar este problema a corto plazo, ya que las empresas podrían enfrentar dificultades para adaptarse a las nuevas normativas sin comprometer su productividad.
Sin embargo, enfatizó que la clave está en reorganizar el espacio productivo del estado, mejorando la infraestructura económica y fomentando la inversión para aumentar la capacidad de generación de empleo.
Frente a estos desafíos, propone que las empresas de Zacatecas deben reconstituir su espacio productivo para enfrentar la reforma sin comprometer su productividad o ganancias. «Es fundamental que las empresas adopten estrategias para cumplir con la normativa laboral y respetar los derechos de los trabajadores, al mismo tiempo que expanden su capacidad de oferta laboral», subraya.
Asimismo, uno de los aspectos positivos de la reforma, según Zayago, es su potencial para mejorar la calidad de vida de los empleados. La reducción de la jornada laboral permitiría a los trabajadores dedicar más tiempo al descanso y a su bienestar personal, lo cual podría traducirse en una mayor motivación y productividad.
«Menos horas de trabajo no significa menor eficiencia. Al contrario, los trabajadores con más tiempo para descansar y cuidar su salud mental tienden a ser más productivos», argumentó.