Israel tiene un PIB per cápita de 55 359 dólares por año por habitante, el segundo más alto en el Medio Oriente, después de Qatar (82 887 dólares) y antes de Emiratos Árabes (47 993 dólares), Kuwait (38 123) y Arabia Saudita (27 941). Los vecinos de Israel son muy pobres, Egipto tiene un PIB pc de 4 504 dólares, Jordania 4 666, Siria, Líbano y Palestina ni siquiera alcanzan registro.
El 28 de diciembre del 2022 volvió a ser Primer Ministro de Israel Benyamin Netanyahou, quien había sido destituido en 2021 acusado de corrupción, pero prometió volver al poder, y lo logró habiéndose aliado con los supremacistas judíos y los ultra-ortodoxos, para conformar el gobierno más derechista de la historia de Israel. Los aliados de extrema derecha habían reivindicado puestos claves y así el supremacista judío Itamar Ben Gvir, fue nombrado ministro de la Seguridad Publica y el ultranacionalista religioso Bezalel Smotrich fue nombrado gobernador de las colonias israelíes en los territorios ocupados. Ambas figuras militan en favor de la anexión de una parte de la Cisjordania.
Los medios y las redes no dejan de bombardearnos con publicidad israelí, machacándonos que Israel es un ejemplo para el mundo con una situación económica envidiable, con una de las tasas de crecimiento más grandes del mundo durante el COVID (6.1 %), el segundo polo tecnológico del mundo, después de Silicon Valley, sin problemas de empleo ni penurias energéticas a pesar de no ser un país petrolero…
Pero el sábado 7 de octubre 2023, inexplicablemente fueron burlados por Hamas los sofisticados sistemas de seguridad de Israel, con su “domo de hierro”, dispositivo de defensa antiaérea del Estado Hebreo, incursionado en 15 puntos diferentes de uno de los muros más infranqueables del mundo, -con el que Israel mantiene en gueto a los palestinos que viven en Gaza-.
Muy raro que Israel haya sido sorprendido y haya tardado horas en reaccionar. También raro que Hamas haya hecho una operación suicida, porque evidentemente debía de imaginar que la respuesta sería implacable, porque entre Hamas y el ejército israelí hay una diferencia abismal, y era y es imposible ganarle una guerra. Lo único bueno del atentado fue que con esto han resurgido los movimientos de solidaridad con Palestina incluso en el propio mundo occidental “aliado de Israel”. En mismo Harvard, una treintena de grupos de solidaridad con Palestina, en un comunicado publicado el 8 de octubre acusaron al estado hebreo, “el régimen de apartheid”, como único responsable de la violencia en curso, señalando que la población de Gaza durante decenios ha vivido en una prisión a cielo abierto y justificando el 7 de octubre.
Y ciertamente el conflicto Israel Palestina, no comenzó el sábado 7 y para lo menos que va a servir es para refrescar la memoria de cosas que en occidente se han escondido. La franja de Gaza es una región aislada de Palestina, que Israel ha convertido en un Gueto, separado por un muro, donde los palestinos llevan años viviendo en la penuria en su propia casa sometidos al bloqueo de Israel, que ha llegado al extremo de dosificarles y sabotear el acceso a los servicios básicos; entre otras cosas les rellenaron de cemento los pozos de agua que surtían la ciudad, para hacerlos depender del suministro de Israel. Nadie puede salir ni entrar si no es con un permiso especial.
Y a pesar de que Israel es una potencia mundial, hay analistas pro-judíos que consideran que la víctima es Israel. Francisco Gil White, asegura que “Israel no reprime a los palestinos en Gaza”, y como argumento dice, que “…Israel no está en Gaza desde el 2005 y es gobernado por Hamas..” como si Israel necesitara estar dentro de Gaza para oprimir a los palestinos, o como si la opresión fuera culpa de Hamas por no saber gobernar a su pueblo.
Ante lo sorpresivo del ataque se pueden conjeturar cosas similares a las que surgieron tras el ataque a las Torres Gemelas en 11 de septiembre 2001: como que fue un auto-atentado, fabricado para iniciar la escalada de otros eventos, obviamente, no importando el costo en vidas y destrucción. Israel, con el bombardeo de respuesta al 7 de octubre, está obligando la evacuación de palestinos de Gaza, según eso, para que el ejército israelí entre a exterminar a Hamas. En los hechos se ha iniciado el soñado desalojo de Gaza. Incluso en las redes algunas opiniones judías sugieren que en Gaza se puede hacer un gran parque de diversiones.
Y a nivel internacional hay turbulencias: el dólar y el precio del petróleo han repuntado y hay tensiones por la probable reacción del mundo árabe, China, Rusia …
Hamas, no es una perita en dulce, pero ha sido y es el grupo o corriente político-militar dispuesta a luchar contra la opresión que ha reinado en Palestina, y particularmente en Gaza. Y aunque se dice que no hay democracia en Palestina y que la única democracia en Medio Oriente es Israel, Hamas ha ganado las elecciones en Gaza, lo que da cuenta del hartazgo de los palestinos de Gaza.
No todos los judíos son iguales. Ha habido pacifistas ejemplares como Albert Einstein, humanistas como Berni Sanders, ex precandidato a la presidencia de los Estados Unidos, quien ha criticado fuertemente la ocupación en Palestina. No hay que promover el antisemitismo, pero hay que levantar la voz en contra de la segregación.
Indiscutible que Israel sea una potencia mundial y los judíos del mundo sean exitosos. Bien por ellos. Desgraciadamente, lo que menos tiene el estado de Israel bajo el mando de Netanyahou es un ápice de humanismo.
Si eres una potencia económica y ya estás super-bien, si no ayudas a otros a vivir, al menos deja vivir. ¡Pos no que eres la raza más inteligente del mundo!