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domingo, 20 abril, 2025
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LOS HIJOS DE SALINAS Y CALDERÓN

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Por: RUBÉN FLORES MÁRQUEZ •

Para llegar a la justicia electoral se necesita principalmente la debida certidumbre y legalidad que todos los actos y normas electorales se apeguen de manera irrestricta a los principios constitucionales y las leyes electorales. 

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Es decir, sin la debida observación de la ley, omisiones o impunidad, no existe la justicia electoral o de cualquier otro rubro. Es fundamental que podamos llevar a las instituciones de impartición de justicia a una permanente exigencia sobre la generación de certidumbre en los procesos electorales, ya que se vive una crisis obvia en los OPLEs, por ejemplo, el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas. que debe ser atendida de fondo, pero contenida dentro de los tribunales electorales, la instancia ultima de autoridad para validar o no una elección. 

Históricamente nuestro país ha vivido innumerables escenarios que tienen que ver con el fraude electoral, delitos, faltas u omisiones que no habían permitido consolidar nuestra insípida democracia, y que además agraviando al pueblo no permitiéndole una libre decisión sobre quienes lo podrán representar. 

Hagamos memoria, sin ser tan exhaustivos en las referencias, podamos mencionar el fraude electoral de 1988, por parte de Salinas de Gortari, tal vez uno de los más evidentes y el menos castigado, aquel fraude se dio con un PRI que controlaba absolutamente todo, hasta la instancia que organizaba las elecciones, el régimen se enfrentaba a un movimiento de izquierda que se iba formando y unificando en la persona de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. 

Por primera vez en la historia de México era posible seguir paso a paso la información electoral a través de un sistema de cómputo y difusión. Sin embargo, aproximadamente a las ocho y media de la noche, mientras se registraba una mayoría de votos en favor del candidato del Frente Democrático Nacional, el sistema se apagó. Lo que había pasado, es que el PRI desde su autoritarismo había ideado una política consciente y sistemática para mantenerse en el poder, limitando el pluralismo, la participación de la oposición. 

En 2006 se dio otro fraude este desde las filas del PAN en manos de Felipe Calderón, ya luego con la alianza del Frente, nos dimos cuenta de que PRI PAN son lo mismo y actúan exactamente igual como conservadores, en aquella elección, la guerra sucia, una campaña financiada desde el gobierno federal que encabezaba Vicente Fox y ejecutada desde Los Pinos, acuñaron el famoso “Peligro para México”, del cual la calumnia, la mentira y la manipulación fueron protagonistas en dicha campaña. 

Con una diferencia del 0.56% de la votación y frente a la clara compra de votos, intromisión fragante del Estado en las elecciones, campañas sucias y un órgano electoral parcial, se solicitó el voto por voto, un recuento total de la elección el cual no se fue validando por el Tribunal Federal Electoral y solamente aperturó el 9% del total de casillas instaladas; sin embargo, si hubo un pronunciamiento por parte de los magistrados de la sala superior por la intromisión de Vicente Foz, en el proceso electoral, al señalar que su intervención fue la mayor irregularidad registrada, pero no ameritó la nulidad de la elecciones, ni una sanción verdadera a los actores. 

En estos dos fraudes, de tantos, podemos observar un común denominador, y fue la impunidad, desde lo más corrupto del sistema se permitió el fraude y el agravio al pueblo, fueron tiempo de obscuridad para nuestra democracia, situaciones que hundieron a nuestro país, porque quienes se perpetraron en el poder bajo estás faltas, fueron los principales artífices de la desigualdad, la pobreza y la inseguridad que se han vivido. 

A partir del 2018 con la victoria de nuestro movimiento y la llegada a la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, la vida pública se ha ido modificando para bien y el pueblo ha retomado su soberanía e injerencia única en la forma de gobernarse, solo la participación masiva ha permitido el respeto al voto y la libertad de ejercerlo, así se demostró también en las más recientes elecciones, con un voto por morena de 36 millones de personas. 

Fijándonos en la historia, es fácil dudar de la supuesta lucha por la democracia que emprenden hoy los hijos de Salinas y Calderón en Zacatecas, aludidos por la anulación en la elección del municipio, por una inexistente presión a los Tribunales Electorales, no se han dado cuenta que vivimos tiempos distintos, cegados por la ambición y la sed de poder, quieren justicia cuando fueron ellos los que agraviaron al pueblo durante años y le robaron el derecho a decidir. 

Hoy la capital zacatecana se enfrenta a un escenario, que no es nuevo, pero si relevante porque es epicentro de un anhelo que veíamos lejano quienes habíamos vivido en la oposición desde la cuna y ese era el de justicia y cero impunidad en los fraudes electorales. Qué bueno que se anuló la elección, qué bueno que se le hizo ver a los conservadores lo corruptos y mañosos que son, pero qué bueno por el pueblo de Zacatecas que tenga una segunda oportunidad para salvarse del conservadurismo criminal que representa el PAN PRI PRD.

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