Estambul. Tras el fracasado intento de golpe de Estado, con un saldo de 265 muertos, el Gobierno turco inició hoy la «limpieza» en las filas militares anunciada por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y procedió también con dureza contra los jueces.
Erdogan anunció una «limpieza absoluta» de las Fuerzas Armadas y calificó el intento de golpe de Estado de la noche del viernes de «bendición de Dios» porque permite saber qué posición tiene cada uno.
El intento de golpe de Estado por parte de unidades militares turcas fue condenado en todo el mundo. Jefes de Estado y de Gobierno de democracias occidentales advirtieron además que ahora se deben respetar las instituciones democráticas.
La cadena CNN Türk informó de la detención del juez del Tribunal Constitucional Alparslan Altan. De fuentes del gobierno trascendió que también su colega Erdal Tezcan estaría en custodia.
Además, según la agencia estatal de noticias Anadolu, se ha detenido a diez miembros del Consejo de Estado turco, uno de los más altos tribunales del país.
También fueron destituidos 2 mil 700 jueces, casi un quinto del total estimado de 15 mil jueces en Turquía. A todos se los acusa de apoyo al golpe de Estado.
El jefe del sindicato de jueces Yargiclar, Mustafa Karadag, dijo que no sólo fueron detenidos presuntos simpatizantes del intento de golpe sino también críticos de Erdogan que no tuvieron ninguna participación en la asonada.
Según cifras oficiales, en una primera intervención también fueron detenidos más de 2 mil 800 golpistas de las filas del Ejército. Cinco generales y 29 coroneles fueron relevados de sus cargos.
Según cifras oficiales, en el intento de golpe de Estado murieron al menos 265 personas (161 civiles o miembros de las fuerzas de seguridad fieles al Gobierno y 104 golpistas). Más de mil personas resultaron heridas.
Los golpistas declararon que querían restablecer la democracia, los derechos humanos y el orden constitucional.
En una sesión especial del Parlamento de Turquía, el primer ministro turco, Binali Yildirim, agradeció a la oposición y a los ciudadanos turcos por su apoyo. Además declaró el 15 de julio, día en que se inició el intento de golpe, como futuro «Día de la Democracia».
Tanto el partido islámico-conservador AKP de Erdogan como los partidos opositores representados en el Parlamento -CHP, MHP und die kurdische HDP – se posicionaron en contra del intento de golpe.
Erdogan señaló que debe decidir el Parlamento si se recurrirá a pena de muerte. En un discurso ante sus seguidores en Estambul, sostuvo: «Que todos los reclamos sean valorados, analizados y discutidos en un derecho en un país democrático».
Pero aclaró que en el caso de la pena de muerte eso debe ser valorado en el Parlamento. «Tampoco es necesario pedir autorización a nadie», dijo en referencia a AI y varios políticos que advirtieron de la posibilidad de que se reinstaure la pena de muerte.