Con 28 años de carrera judicial, Ma. del Carmen López Fabián, actual jueza de distrito, se presenta como candidata al mismo cargo que hoy ocupa (siendo la única con tal perfil), en el marco de la nueva reforma judicial que establece la elección popular de jueces. Su experiencia, trayectoria académica y compromiso con los derechos humanos marcan el eje de su propuesta ante la ciudadanía.
López Fabián inició su carrera judicial como secretaria particular de un magistrado, ascendiendo a través de diversos puestos como actuaria proyectista, secretaria de juzgado y secretaria de tribunal colegiado, hasta llegar al cargo de jueza de distrito, al que accedió mediante concurso por oposición.
El cual explicó, implica la realización de exámenes rigurosos en los que se evalúan diversos aspectos fundamentales para el ejercicio judicial. Entre ellos, se encuentran el conocimiento jurídico, el razonamiento lógico y el manejo de metodologías para la adjudicación de derechos y la protección de derechos humanos.
Por lo que señaló que actualmente las personas juzgadoras deben aplicar diversas perspectivas al momento de resolver, tales como la perspectiva de género, de vejez, de niñas, niños y adolescentes, de pueblos indígenas, de personas migrantes y de medio ambiente. Esta metodología, enfatizó, ha sido desarrollada por la Suprema Corte de Justicia a lo largo de décadas y es indispensable dominarla para desempeñar adecuadamente la función jurisdiccional.
“Soy una mujer que no solo tiene formación académica, sino experiencia en defender los derechos fundamentales de todas y todos”, afirmó.
Su formación académica incluye una licenciatura en Derecho, tres maestrías, tres especialidades y seis diplomados, además de una amplia variedad de cursos de actualización. “He hecho infinidad de cursos a lo largo de 28 años para estar actualizada y preparada para la función jurisdiccional”, destacó.
Frente al nuevo modelo de elección por voto popular, López Fabián reconoce el cambio de paradigma como un reto. “Ya no es por concursos de oposición… sino por ser más carismática, más simpática, más conocida”, expresó con franqueza. Criticó la disminución de requisitos para acceder al cargo: “Para ser secretaria de juzgado te piden tres años de ejercicio profesional, y ahora para ser juez solo necesitas una licenciatura. Eso es un gran riesgo”.
A pesar de sus reservas sobre la reforma, asume con determinación el nuevo escenario: “Más allá de que yo esté conforme o no con una reforma, lo cierto es que ya se aprobó… y si yo quiero seguir defendiendo los derechos de las personas, tengo que ir a elección popular”.
Su propuesta se basa en continuar lo que ha hecho durante casi tres décadas: proteger los derechos humanos con enfoque técnico y humano. “Cuando veo un expediente veo la vida de una persona, veo los bienes, veo los derechos”, señaló. Asegura que su actuar como jueza ha sido guiado por una metodología rigurosa e integral. “No es nada más un solo factor lo que delimita nuestra decisión… hay que ver cada caso en particular”, explicó.
Asimismo, subrayó la importancia del trabajo de los jueces de amparo como vigilantes de otras autoridades. “No es mi función investigar delitos… mi trabajo es vigilar que las autoridades que resuelven conflictos se apeguen a la ley y a la Constitución”, aclaró, señalando que muchas de las quejas ciudadanas se centran más en la procuración de justicia que en la impartición.
López Fabián destacó también la transformación tecnológica en el Poder Judicial como una herramienta para mejorar la prontitud y la transparencia en la impartición de justicia. “Ahora los expedientes están digitalizados… tenemos un sistema nacional donde se suben todas las sentencias en versión pública”, explicó. Aseguró que esta interconexión con otros sistemas judiciales locales ha permitido agilizar trámites y facilitar el acceso a la justicia.
De cara a la ciudadanía, la jueza hace un llamado directo: “Necesitan una jueza con experiencia, una jueza con conocimiento especializado para proteger sus derechos”. Añade que más que un número en la boleta, ella representa una historia y un rostro. “Soy una mujer preparada, una mujer que se ha esforzado mucho para llegar a este cargo, y que ahora… con todo el valor que se requiere, va a pedir el voto de la ciudadanía para seguir defendiendo sus derechos”.
María del Carmen López Fabián aparece como la opción número 03 en la boleta amarilla, con la convicción de que su rostro representa no solo trayectoria, sino también una vocación inquebrantable por la justicia.