Hoy es 15 de mayo. Imposible no referirse a este día como la fecha en la que se celebra el Día del Maestro. Para honrar a esta figura se escogió a San Isidro, el llamado “santo labrador” por aquello de “San Isidro Labrador pon el agua y quita sol”. El adjetivo para identificar a los enseñantes viene porque en el pasado se creía que los educadores eran los sembradores de la semilla con la que se formaban niños y jóvenes, los que bajo el cuidado del maestro crecerían como plantitas bien cultivadas prestas a rendir los mejores frutos. Estos frutos ya sazonados se reflejarían con el tiempo en personas virtuosas y ciudadanos útiles a la familia, la sociedad y la patria. El símil con el santo labrador y su misión es acertado cuando como resultado de su labor, compromiso y entrega se observan logros educativos satisfactorios. Nació como esclavo en la época clásica, siguió siendo un criado al servicio de la aristocracia y la nobleza en el Medioevo, se transforma en maestro con el desarrollo de los gremios, pasa a ser preceptor durante la modernidad ilustrada hasta convertirse en profesor cuando comienza a formarse en las escuelas Normales decimonónicas. Tal ha sido grosso modo su trayectoria histórica.
En la actualidad con una enésima reforma educativa en marcha, los desafíos para los maestros son considerables. Para muestra basta conocer el informe dado a conocer recientemente del INEE tomado de la encuesta Talis 2013 realizada en 34 países. Talis se define como Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje auspiciado por la OCDE. México al ser miembro del club de los ricos por obra y gracia de Salinas, participó en la encuesta que se hizo en seis entidades entre las que no está Zacatecas. La encuesta se aplicó a 26 mil profesores y dos mil directores (La Jornada, 14/5/2015) Entre algunos de los indicadores del informe que elaboró el INEE con base en los números de la encuesta Talis están los siguientes: La enseñanza tradicional y memorística heredera de la escolástica sigue sentada en sus reales en muchas escuelas. No predomina una enseñanza activa ni el trabajo en equipo no obstante que ya están presentes las TIC cuyo empleo todavía es limitado. Si bien puede verse como un avance relativo, los maestros dedican un seis por ciento más tiempo a las labores de enseñanza que en 2008. Sin embargo los trámites burocráticos y labores administrativas siguen absorbiendo el 11 por ciento de su horario de trabajo, llegando a emplear más tiempo a tareas no educativas que sus pares de otras naciones
La labor docente sigue siendo insatisfactoria y no lo suficientemente valorada y reconocida socialmente para sus principales protagonistas, al considerar la mitad de los maestros encuestados que su labor no es bien apreciada. Seguramente amplios sectores sociales siguen viendo a las escuelas como guarderías y a los maestros como guardianes o vigilantes de sus hijos y no a educadores. En el caso de los maestros de Secundaria (Reforma, 15/5/2015) según opinión de sus directores son los que más discriminan y los que con mayor frecuencia faltan y llegan tarde. Será porque abundan los que para tener mayores ingresos tienen más de un destino laboral entre otras de las causas de este problema.
En lo que pareciera una paradoja resulta difícil explicarse cómo es que a partir de la evaluaciones sobre el desempeño de los alumnos reflejadas en pruebas y exámenes en donde aparecemos entre los de abajo, el informe señala que los maestros mexicanos son los más evaluados, los que reciben mayor retroalimentación resultado de la evaluación para mejorar su práctica docente y por si faltara algo, los que reciben más capacitación por encima del promedio de los 34 países miembros de la OCDE. También a diferencia del resto de los países los mexicanos a semejanza de la población de nuestro país, los profesores de estas latitudes son los más satisfechos con su trabajo con un porcentaje de 97.8. Tenemos maestros que no obstante están mal pagados, mal comidos y bien trabajados en una alta proporción en general se dicen aplastantemente satisfechos. Y que además disfrutan trabajar en su escuela un 94. 6 por ciento. Aunque gusto y felicidad no significa necesariamente vocación en una profesión tan exigente como la magisterial.
De lo anterior se desprende que la enseñanza en nuestras escuelas sigue siendo pasiva al apoyarse en buen medida en la práctica de los maestros de revisar los cuadernos con las tareas y el que uno de cada tres maestros considera que es más importante que el alumno aprenda el contenido específico de los temas o lecciones que los procesos de pensamiento y razonamiento en los alumnos. Memorizar antes que pensar. Muchos siguen enseñando como a ellos les enseñaron. Los habitus propios y herencia de una cultura pedagógica se reproducen.
El éxito de la reforma educativa peñista, cuyos logros siguen sin aparecer dependerá en buena medida de la actitud y compromiso que muestren los maestros acuerpados mayormente en el SNTE liderado actualmente por quien fuera uno de los más cercanos a la cacique defenestrada. De llegar a buen puerto, los alcances de esta reforma se verán en un mediano plazo. Por lo tanto la mayoría del magisterio sindicalizado está, sigue bajo control gracias a esa hegemonía pasiva que ejercen sus representantes formales. ■
