Este 15 de junio, México celebra el Día del Padre, una fecha dedicada a honrar a quienes ejercen la paternidad con amor, compromiso y responsabilidad. Sin embargo, más allá de los homenajes y los regalos, es importante reflexionar sobre una realidad que persiste en muchas familias mexicanas: la paternidad ausente.
El modelo tradicional de paternidad en el país ha estado marcado, en muchos casos, por la ausencia, ya sea emocional, afectiva o económica. De acuerdo con datos de organismos nacionales, miles de niños, niñas y adolescentes crecen sin la presencia o el apoyo sostenido de su padre, lo que representa no solo una falta afectiva, sino también una vulneración directa de sus derechos.
“Los obligados a proveerlos
pueden ser padres, madres,
cónyuges, concubinos, hijos,
adoptantes o adoptados,
dependiendo de lo estipulado
en los códigos civiles y familiares”.
Uno de los aspectos más críticos de esta situación es el incumplimiento de las obligaciones alimentarias. El concepto legal de «alimentos» va mucho más allá de la simple manutención económica: incluye todo lo indispensable para el sustento de quien tiene derecho a recibirlos, como alimentación, habitación, vestido, asistencia médica y educación.
Los obligados a proveerlos pueden ser padres, madres, cónyuges, concubinos, hijos, adoptantes o adoptados, dependiendo de lo estipulado en los códigos civiles y familiares de cada entidad federativa.
En teoría, el deudor alimentario puede cumplir con esta obligación mediante el otorgamiento de una pensión alimenticia o integrando al acreedor alimentario al núcleo familiar. No obstante, en la práctica, es común que algunos deudores evadan su responsabilidad de forma deliberada.
Entre las estrategias utilizadas están el cambio constante de domicilio, ocultar ingresos reales, pactar con patrones para registrar sueldos menores o trabajar informalmente para evitar descuentos automáticos de sus ingresos.
Frente a esta problemática, el Estado mexicano ha implementado medidas para garantizar el derecho a una alimentación adecuada, como lo establece la Constitución. Una de estas estrategias es la creación de registros públicos de deudores alimentarios morosos, tanto a nivel nacional como estatal.
En Zacatecas, en septiembre de 2021, se reformó el Código Familiar del Estado para crear el Registro de Deudores Alimentarios Morosos, el cual permite inscribir a personas que han dejado de cumplir con sus obligaciones alimentarias. Este registro incluye información clave como nombre completo del deudor, su CURP, RFC, los datos del acreedor, el número de pagos incumplidos, el monto adeudado, el juzgado que ordenó la inscripción y el expediente judicial correspondiente.
“En teoría, el deudor
alimentario puede cumplir
con esta obligación mediante
el otorgamiento de una pensión
alimenticia o integrando al
acreedor alimentario al núcleo
familiar”
Además, este registro tiene implicaciones legales importantes. Sirve como prueba en el delito de abandono de familiares, permite inscribir la deuda en el Registro Público de la Propiedad y establece preferencia en el pago de adeudos alimentarios. Asimismo, permite emitir constancias tanto de puntualidad como de morosidad, lo que puede impactar trámites personales, como obtener créditos, empleos o incluso permisos migratorios.
A nivel nacional, también se instauró el Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias, que busca centralizar la información de quienes deben pensiones alimenticias y promover su cumplimiento, priorizando el interés superior de la niñez.
El Día del Padre es una oportunidad para reconocer la labor de aquellos hombres que, día con día, están presentes en la vida de sus hijos e hijas, contribuyendo a su bienestar y desarrollo integral.
“Garantizar que las niñas,
niños y adolescentes reciban
lo que por derecho les
corresponde es una
responsabilidad de todos”
Sin embargo, también es una fecha que debe invitarnos a mirar críticamente el contexto social en el que se ejerce (o se evade) la paternidad en México.
Garantizar que las niñas, niños y adolescentes reciban lo que por derecho les corresponde es una responsabilidad de todos: de las autoridades, de las instituciones, de los jueces, pero, sobre todo, de cada padre que ha decidido traer una vida al mundo. Porque ser padre no se celebra solo un día al año; se demuestra todos los días, con acciones.