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10 DE JUNIO, JUEVES DE CORPUS

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

     Durante el siglo XX cuando nuestro país se encontraba gobernado por presidentes priístas con poder hegemónico a lo largo del territorio nacional, las luchas estudiantiles cobraron importancia porque lograron conquistar derechos de los que ahora gozan muchas universidades públicas mexicanas.

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     La primera ocurrió en 1929 cuando los estudiantes de la Facultad de Derecho de la entonces Universidad Nacional de México, después de una protesta que se desencadenó por motivos académicos y administrativos que afectaban sus derechos, los universitarios  lograron que el presidente Emilio. Portes Gil concediera Autonomía a la Universidad, lo que significa independencia política y administrativa respecto de factores externos 

      El principio de autonomía implica que la universidad puede ser autogobernada, y eso permite elegir a sus propias autoridades mediante elecciones; establecer sus programas de estudios  y atender a la libertad de cátedra. A partir de aquella fecha, surge la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

     Tres décadas después en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz viene el Movimiento Estudiantil de 1968, que inició con una riña callejera entre alumnos de la Preparatoria y de la Vocacional.

      Fue un movimiento social que además de estudiantes de la UNAM; IPN;  Universidad Autónoma de Chapingo; Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo; Universidad de Puebla; y de estudiantes de otros estados como Oaxaca, Veracruz, Sinaloa, Nuevo León, así como profesores, intelectuales, amas de casa, obreros, campesinos, comerciantes, profesionales e intelectuales en la Ciudad de México, encabezados por un órgano director que denominaron Concejo Nacional de Huelga, buscaban:

 Un cambio democrático en el país, tras décadas del mismo partido gobernante.

 Mayores libertades políticas y civiles.

 Menor desigualdad

 La salida del gobierno del PRI que consideraban autoritario. 

     Aún no desaparecía la sombra de la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y México vivió otro episodio negro de represión estudiantil el Jueves de Corpus del 10 de abril de 1971, también conocido como el “Halconazo”, en referencia al grupo militar llamado “los halcones”, responsable de la muerte de estudiantes que se manifestaron en la Ciudad de México, hace 53 años.

     Su origen:

     A finales de 1970, profesores y estudiantes de la Universidad de Nuevo León, presentaron una Ley Orgánica que proponía un gobierno paritario y bajo esta nueva Ley, el 20 de febrero de 1971, llegó a la rectoría Héctor Ulises Leal Flores.

     Sin embargo, el gobierno estatal en desacuerdo redujo drásticamente el presupuesto, lo que disgustó a los universitarios y obligó al Consejo Universitario, a aprobar un nuevo proyecto de ley que prácticamente suprimía la autonomía de la institución. Los universitarios comenzaron una huelga y se pidió solidaridad a las universidades del país. La UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, inmediatamente respondieron, y los estudiantes convocaron a una manifestación masiva en apoyo a Nuevo León, el 10 de junio de aquel año. La marcha pasaría por el centro de la capital mexicana comenzando en el Casco de Santo Tomás y recorrería las avenidas Carpio y de los Maestros para salir a la calzada México-Tacuba. 

     Granaderos, miembros de la Policía e incluso tanques antimotines salieron a las calles para controlar la marcha estudiantil. Pero fue un control que se llevó a cabo de manera violenta, y desmesurada. En mitad de la protesta, la explosión de una granada era el anticipo de lo que se acercaba:

     Las calles por donde se realizaría la marcha estaban repletas de policías y granaderos quienes impidieron el paso a los estudiantes. También había tanques antimotines y vehículos militares. “Los Halcones”, el grupo de choque entrenado por la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y la CIA, atacó brutalmente a los estudiantes desde las calles aledañas a la Avenida de los Maestros, después de que los granaderos abrieron sus filas. 

     Al principio los paramilitares agredieron a los estudiantes con palos, por lo que fueron repelidos fácilmente. Sin embargo, “los halcones” contraatacaron nuevamente pero ya con armas de fuego de alto calibre. Los estudiantes se escondieron donde pudieron, pero para muchos fue inútil. La policía que se encontraba en la marcha, no intervino y sólo permanecía expectante ante la masacre. El tiroteo duró varios minutos durante los cuales, algunos transportes daban apoyo logístico al grupo paramilitar dotándolo de armas y transportes improvisados. Hubo estudiantes asesinados, y a los que sobrevivieron al ataque los ingresaron heridos a hospitales, pero ahí. llegaron “los halcones” y los mataron dentro de las instituciones médicas. 

     Estos sucesos ocurrieron ya bajo el gobierno de Luis Echeverría y, en lo general, además de la solidaridad hacia los universitarios de Nuevo León, los estudiantes en 1971 demandaban:

La democratización de la enseñanza.

El control del presupuesto universitario por los alumnos y profesores, y que este representara el 12% del PIB.

Libertad política, donde obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales gozaran de libertades democráticas reales y controlaran el régimen social.

Educación de calidad para todos, en especial para campesinos y obreros.

Estricta apertura democrática.

Apoyo a la vida política sindical de los obreros.

Fin de la represión por parte del gobierno.

     Lo exigible por los universitarios, fue también una contribución a la vida democrática del país, hoy tan asediada.

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