No hay migrantes ilegales, la migración no puede ser legal o ilegal. Sólo es. Todas y todos somos producto de movimientos humanos de migración que construyeron la historia. Nuestras abuelas y abuelos se pierden en el tiempo de los flujos de personas que se fueron de donde estaban para buscar alimento, refugio, paz, prosperidad o sólo nuevos paisajes y nuevos sueños.
Nosotros no somos la excepción. Nuestra historia es la historia de pueblos que caminaron el territorio y construyeron cultura, identidad, dioses, utopías. Con ello, no podemos dejar de lado que, desde hace décadas, nuestro país está inmerso en realidades económicas, políticas, sociales y de seguridad que han obligado a millones de mexicanas y mexicanos a buscar el bienestar en otras tierras, ya sea dentro de México o más allá de las fronteras.
La pobreza y la violencia sobre la que los gobiernos neoliberales cimentaron su riqueza, expulsaron a muchas familias al vecino país del norte, donde han padecido del racismo, de la explotación y de la xenofobia de un país que se niega a reconocer que nuestras hermanas y hermanos han fortalecido, de manera importante sus economías.
La migración mexicana es un fenómeno que ha construido, con un profundo arraigo, culturas alternas en Estados Unidos, misma que ha reinventado las formas de convivencia, de hablar, de comer, de disfrutar, de amar, de caminar, de vivir. Las y los mexicanos se han convertido en sinónimo de trabajo, de compromiso y empuje.
Aquellos que la vida empujó hacia el norte, se han convertido en un factor dinamizante de todos los aspectos de la vida y no pueden hacer un crimen la necesidad de buscar mejores condiciones de vida. Al contrario, hay que construir entre todas y todos, las herramientas para ordenar la migración y con ello eficientar su impacto en ambos lados de la frontera.
Rechazamos la criminalización de todas las etapas del ciclo migratorio. Por ello, nos comprometemos a proteger a todas las personas migrantes de cualquier medida que las coloquen en situación de vulnerabilidad y de riesgo.
Así, es necesario luchar por la defensa de cada una mexicana o mexicano en situación de migración, siempre con apego al Derecho Internacional, a los derechos humanos con un enfoque humanista, pues nadie merece ser violentado sólo por querer luchar por encontrar una mejor vida. Debemos usar todos los medios de diálogo y de conciliación para sensibilizar al gobierno norteamericano acerca del impacto positivo de los millones de mexicanas y mexicanos que tienen la necesidad de estar allá.
Es preocupante que el presidente Trump justifique su decisión alegando que Los Ángeles vive una «invasión y ocupación por inmigrantes indocumentados y criminales». Por lo anterior, respetuosamente alzamos la voz para negar que las personas migrantes no son delincuentes, incluso son los impulsores del auge de la economía de California —con más de 10 millones de inmigrantes internacionales y 1.8 millones de personas en situación irregular—, la cual supera a Japón como la cuarta economía del orbe.
Solo las personas en condición migratoria no documentada contribuyen con $8.5 mil millones de dólares en impuestos para financiar los servicios públicos de California, muchos de los cuales no pueden disfrutar. En conjunto, los inmigrantes en California son responsables de más de un billón de dólares en producción económica.
Nos comprometemos a trabajar para fortalecer el trabajo coordinado entre autoridades, comunidad migrante y redes civiles para ofrecer respuestas más ágiles y efectivas en contextos de emergencia. Nos preocupa enormemente la indefensión de familias enteras que están padeciendo la detención de alguno de sus miembros sin saber qué ocurrirá con ellos. Estamos comprometidos con el impulso de las alianzas entre el gobierno que encabeza nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, instituciones académicas, liderazgos comunitarios y redes binacionales que puedan articular respuestas más sólidas ante emergencias de esta naturaleza.
Sin embargo, tenemos que hacer referencia a que el gobierno de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, ha continuado con el trabajo de la Cuarta Transformación, el cual está generando las condiciones para restablecer el tejido social y trabajar sobre las causas que causan la migración y con ello, en poco tiempo, evitar que más mexicanas y mexicanos se vean obligados a abandonar nuestro país, de la misma forma que se están estableciendo las condiciones para que otros tantos puedan volver para retomar sus vidas donde las dejaron del lado de nuestro pueblo.
No están solos, estamos con ustedes con todo nuestro corazón y nuestro trabajo.