La renuncia del licenciado Korenfeld implica un revés para el Mexican Dream, que no porque no se le refiera por lo menos diez veces en cada película o episodio de serie norteamericana es menos real American Dream, con la salvedad de que es mucho mejor.
Consiste, como es bien sabido, el sueño americano, en que un ser humano cualquiera, que por nacimiento o vía pollero resida en los Estados Unidos puede, a condición de trabajar con empeño, llegar a millonario; y es la causa por la cual millones de mexicanos cotidianamente intentan, con riesgo de su vida, arribar al paraíso del dólar.
En sentido contrario, el así llamado Mexican Dream, que tiene sobre el otro la ventaja de que para ser millonario no se necesita trabajar, es la razón por la que millones de mexicanos deciden quedarse en su país; y consiste básicamente en el cultivo de relaciones de todo tipo con quienes tienen ejercicio presupuestal, o bien tienen posibilidades de obtenerlo, mediante frases como: …dicen sus colaboradores cercanos es el más interesado en que todo mundo respete la ley; con o sin proceso electoral no necesita llevar despensas, pollos o bastones para tener el aprecio y respeto de los ciudadanos; la gente lo quiere porque lo conoce y sabe que es un hombre cabal, honesto y comprometido con el destino de (aquí entra el nombre de algún estado).
Pero si dije en principio que la renuncia de Korenfeld implica un revés para el Mexican Dream fue porque un castigo tan extremo para un pecado tan venial no puede ser sino muy desalentador, matizo ahora que no es muy severo; pues cuando nos enteremos del premio que el futuro depara al hoy victimizado, el prestigio del Mexican Dream será plenamente ratificado.
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La inconveniencia de la aparición conjunta de sus veras efigies debe a los próceres conocidos como el Chamuco y el Rey de la Basura resultar frustrante en extremo; habida cuenta ni uno u otro tienen demasiadas oportunidades para mejorar por contraste sus imágenes respectivas.■
