Ayer por la mañana, murió el fotógrafo y docente universitario, Eduardo Román Quezada “El Torque”, quien fuera, durante 1991 a 1996, titular del Departamento de Difusión Cultural de la Máxima Casa de Estudios en el estado y en el periodo 1976 a 2002, coordinador de su taller de fotografía.
En Trinomio conjugado, texto que preparó Víctor Hugo Rodríguez Bécquer, justo para la celebración del 40 aniversario del taller de fotografía de la UAZ, conmemorada por la UAZ el 19 de agosto de 2014 en el Teatro Fernando Calderón, aludió al Torque de la siguiente manera: “Eduardo y sus placas de puertas desvencijadas, de herrumbres evidentes de lo abstracto, de rostros intervenidos con más caras Coras y artefactos que portan sus modelos, de testimoniales de un foto periodismo que archiva las causas sociales, de puertas, aldabones como un testimonio perenne del paso de los tiempos”.
Román Quezada nació en Juchipila en 1952, fue el segundo de los coordinadores, del que destacó la Fototeca de Zacatecas “Pedro Valtierra” como “el espacio didáctico más longevo del estado”, al sumarse el pasado 3 de octubre a los festejos por el 40 aniversario del taller de fotografía de la UAZ, con una exposición que exhibió la obra de sus tres titulares: Cuauhtémoc Padilla, Eduardo Román y Gustavo Rivas.
“El Torque” obtuvo la maestría en fotografía en Kodak Mexicana, y fue siempre, maestro y promotor de esta vocación a la que él mismo dio seguimiento después de jubilarse, mediante el grupo Plata Sobre Gelatina et al, Fotógrafos Asociados, donde siguió compartiendo durante casi 16 años tanto con expertos como con neófitos, de manera desprendida, todos sus conocimientos, dijo a La Jornada Zacatecas, Carlos Segura Pérez, encargado del Laboratorio y Talleres de la Fototeca de Zacatecas.
“Era una persona muy abierta, nunca se quedó con nada, nunca. Todo lo compartía. Lo comento porque a mí me pasó muchos tips que cualquiera diría: esto yo me lo guardo porque soy maestro. Y es algo grande, el conocimiento que tenía, fácilmente lo compartía a cualquier persona sin afán de lucro sino por el puro placer de hacerlo”.
Segura Pérez, destacó del quehacer de Eduardo Román, el cuidado técnico expresado en su manejo de los procesos de revelado, por lo que además de destacar la composición artística y el mensaje de sus imágenes, lo subrayó como un excelente impresor.
Recordó sus fotografías de las etnias Cora y Wixárica, a las que visitó en repetidas ocasiones, pero también como una de sus líneas de interés, el desnudo, lo mismo que los paisajes urbanos y rurales.
De su época reciente, en la que trabajó también con tecnologías como el Photoshop, Carlos Segura hizo referencia a las composiciones logradas con la conjunción de la fotografía análoga y digital.
Remitió a su serie realizada en la vecindad de Jobito a la que añadió luego, mediante manipulaciones digitales, otros elementos, “incluyó por ahí algún desnudo, pero pensarías que ahí estaba la persona”.
Asimismo refirió su participación en el proyecto impulsado por el fotoperiodista Pedro Valtierra y el artista plástico Jesús Reyes Cordero, denominado Doble fantasía, en que las imágenes captadas por la lente fueron luego intervenidas por pintores, en el caso de las de Eduardo Román Quezada por Alfonso López Monreal.
Esta exposición que involucró la obra de 16 fotógrafos y sendos pintores, tuvo la participación del propio Pedro Valtierra, Sergio Mayorga, Carlos Segura, Cuauhtémoc Padilla, entre los primeros y Francisco Toledo, Juan Manuel de la Rosa, Gabriel Macotela e Ismael Guardado por los segundos, y fue expuesta en Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo de Oaxaca en 2009.
Las fotografías de Eduardo Román Quezada fueron publicadas en libros, revistas y periódicos de circulación local y nacional. En su trayectoria realizó 36 exposiciones colectivas y 24 individuales dentro y fuera del estado y el país.
El apodo por el que se le conocía, “El Torque”, procede de su faceta como actor de teatro, donde interpretó en alguna obra al inquisidor Tomás de Torquemada. En esta actividad se involucró dentro del grupo que convocara hace décadas el dramaturgo y escritor, Alberto Huerta.