Zacatecas,(10-08-2023).- Para ti un pedazo de cartón o una botella de plástico quizá no signifique nada, pero para José Juan y 29 de sus compañeros del departamento de limpia de la capital eso que desechas sirve para cambiarle la vida a quien más lo necesita.
Con parte de su salario (que está lejos de ser el mejor) y la basura que recogen todos los días, compran sillas de ruedas, andaderas, aparatos ortopédicos, medicinas contra el cáncer, pagan cirugías … todo para los más pobres entre los pobres.
Esta tarea la han hecho por más de una década, José Juan Díaz, quien trabaja en el departamento de aseo desde hace 38 años, calcula que han ayudado a por lo menos 400 personas.
«Desde hace 12 años hacemos esta actividad muy bonita, lo hacemos de todo corazón, a toda la gente que nos pide una ayuda se la damos», dice satisfecho, el líder del grupo e iniciador de este movimiento social único en el País, entre el millón 90 mil trabajadores de limpia que según el Gobierno de México laboran en el territorio nacional con datos del primer trimestre de 2023.
También puedes contribuir desde tu casa, negocio u oficina con esta noble labor de Los Buenos Samaritanos del Aseo Público si separas el pet, cartón, las latas de aluminio y las botellas de vidrio de la basura orgánica (tus desechos de comida). Así ayudas a ayudar.
«Aquí no pedimos papeles, nosotros vamos a ver al paciente y si corroboramos que necesita de nuestra solidaridad, de volada se la damos, no pedimos requisitos interminables como lo hace el gobierno, sólo decimos ¡vámonos recio!»
«A veces nos piden mil 2 mil pesos para una medicina, hablo yo con los compañeros, nos cooperamos entre todos y entregamos la medicina a la persona que de verdad lo necesita, que no tiene dinero», agrega José Juan Díaz, quien a sus 58 años ya ve cada vez más cerca su jubilación.
“Sigan ayudando a quienes más los necesitan, Dios los bendiga, les doy las gracias por esta gran ayuda que me dieron» «, dijo conmovido don Manuel García Ortiz, adulto mayor quien en 2019 recibió una andadera que le entregaron del departamento de aseo público de la capital en su labor.
Apenas hace un par de meses, también le entregaron una silla de ruedas al joven Manuel Sandoval en el municipio de Vetagrande.
¿Qué situación le ha impactado más?, le pregunto a José Juan
-La de muchacho muy joven al que fuimos a darle una silla baño, el estaba amarrado a una cadena y así se levantaba para hacer del baño. No podía pararse más que con la ayuda de una carrucha, se levantaba con la cadena, haga de cuenta como quien levanta un motor, el muchacho está muy joven eso me conmovió mucho- recuerda
El grupo de los 30 también suele hacer entrega de juguetes para las infancias en 2 fechas clave, el día del niño y la niña y navidad.
Gonzalo Ramos: crédito solidario de confianza
Han pasado 364 semanas desde la primera vez que José Juan Díaz se acercó a la farmacia Mariana para comprar dos sillas de ruedas que necesitaban personas que se acercaron a él en busca de auxilio, Gonzalo Ramos, dueño del negocio se sorprendió gratamente al darse cuenta del gesto humanitario.
Luego, José Juan volvió y le soltó al dueño de la farmacia que necesitaba su ayuda para seguir ayudando, fue entonces que le pidió le abriera una pequeña línea de crédito.
¿Cómo le pagarían?
José Juan le daría mes con mes lo que 29 de sus compañeros juntaran para ir pagando los insumos, las medicinas, los tanques de oxígeno, los baños portátiles y todo aquello que se fuera requiriendo.
«Cada mes José Juan me trae el dinero que juntan sus compañeros de sus propios recursos o de lo que obtienen de la venta de cartón, latas, plástico o vidrio que juntan, me enseña una lista de quiénes cooperan, unos con 20 pesos al mes, otros con 50 unos con 100 pesos, así le hacemos, en 3o 4 meses me pagan y les vuelvo a dar crédito, José Juan y sus compañeros son bien cumplidores, nunca me han fallado, nos tenemos mucha confianza, así hemos trabajado 7 años», dice don Gonzalo.
La manera en que don Gonzalo apoya a la causa de Los buenos samaritanos del aseo es rebajando los precios de los insumos, dándoles las medicinas, los implementos más baratos, con un buen descuento.
«Yo no los apoyo con dinero, pero si haciéndoles rebajas de las cosas que entregan a quien más lo necesita, la verdad me siento un privilegiado de hacer equipo con ellos y que podamos ayudar en algo a personas que lo requieren», admite contento.
Que este ejemplo de sororidad desde abajo se riegue en Zacatecas y el País como una flama que contagie y encienda más almas hacia el bien de quien sabe que no se puede ser feliz sólo sino siempre en comunidad.
«Yo me siento bien con Dios, sobre todo porque me da salud y licencia para seguir con esto, a veces quisiera zafarme porque más que dinero invertimos mucho tiempo, pero esto nos da felicidad», cierra José Juan Díaz , subiéndose a su camión ahí por la López Velarde y continuar su jornada de la bienaventuranza en comunidad.