Se dice gran politóloga, cáliz de la derecha librepensadora, con sus orgias verborreicas nerviosas, expone una y otra vez su visión comodina acerca de los cambios que presenta este viraje del régimen y que a ella le molesta “el talante autoritario”, de la presidenta Claudia.
No es fácil ser Denise Dresser, más cuando sus hijos están en la comodidad de los grandes colegios del mundo, cuando ella misma dice haber nacido con su nana que la protegía del cosmos alucinante y cuando acumuló una fortuna calculada en mas de 10 mil millones de pesos, cosa insignificante para ella, que conjuntamente con Jesús Silva Herzog Márquez o los otros comentócratas Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, Sergio Aguayo y un sinfín de notabilísimos buenos para nada, fueron y son financiados por altos intereses que no desean para nada se instale el humanismo mexicano, porque afecta directamente a sus intereses de sátrapas y saqueadores profesionales del erario público.
Ella misma sabe de cuantos memes es objeto su figura, diríase es una obsesión por la fama y no importa los inconvenientes que ello tenga, mientras la vida de lujos sigue comprando conciencias para abiertamente estar en defensa de expresidentes que ella misma trató con el linaje de ser “intelectual” y de esa mesa servida donde las opiniones forman ciudadanos y las querellas, sendos cheques para ser parte de “la resistencia” y seguir siendo “politóloga, columnista, académica y activista”. Ajá.
Estamos frente a un bien tramado plan de una derecha que usa la manipulación de las ideas y los acontecimientos y los enfrenta a su conveniencia y responsabiliza a los demás de todo los caos generados en automático por muchísimos años de la política del neoliberalismo criminal y que consistió en revender al mejor postor los bienes del estado y así enriquecerse y ser parte de ese tejido de corrupción, alebreste y licenciatura para solapar los procedimientos rapaces del soborno, la intriga, la alevosía del fraude electoral, lo que suena a metálico entre los hallazgos y procedimientos de la alta criminalidad ante una población indefensa y víctima de los artefactos y artimañas de los políticos enganchados en logias, partidos y canales televisivos.
Hallazgo fantástico para Denise Eugenia Dresser Guerra-22 de enero de 1963- que a sus 62 años el nuevo frente de beligerancia es atacar cualquier política del bienestar que el estado mexicano extienda y responder- como una de las supuestas mujeres más poderosas del país- ante el desvarío y descomposición del prianismo que ella asesoró abiertamente para influir en elecciones y ser su portavoz más fiel, aunque ella se diga analista para todos y contra todos.
Podrá tener posgrados y doctorados y distinciones, pero hay en el país miles de pordioseros, miles de sirvientas víctimas de los bajos salarios y maltratos en horarios esclavistas, podrá ser ella la muy consentida de Forbes y de las comisiones interamericanas de derechos y pero a su alrededor existen y coexisten quienes rompen los paradigmas del buen ciudadano con mítines y paros y votos masivos por alternativas que coinciden que por el bien de todos primero los más desarrapados, millones y millones, no se crea que por el mínimo alcanzable de 2476 días desde aquel 2018 y el triunfo de las fuerzas obradoristas, el país alcanzó ya el grado de excelencia.
Pero hay avances desde el primer día, la primera, semana, el primer sexenio del llamado humanismo obradorista mexicano. (aunque neta, en la llamada cuarta trasformación coinciden desde evangélicos, masones, ex trostkistas, comunistas, anarquistas, sindicalistas, empresarios honestos, la iglesia de la teología de la liberación, ex militantes en masa del ex PRD, PRI, PAN, partidos de provincia, ningún prófugo del ácido fólico).
Anomalía congénita de la derecha el arriesgarse por los lujos y las prebendas y el cobro infame por supuestas pláticas de una hora hasta 250 mil pesos de las arcas municipales o estatales, huesos de momias petrificadas como especímenes que disparan las alertas de que una contrarréplica ante las andanzas de los calderonistas peñanietistas siniestros, es segura y es letal y es convincente: obvias razones para catalogar a doña Denisse como la máscara sagrada del oportunismo, el aire de perdonavidas, la intromisión directa en los debates y parlamentos abiertos y que consagran a una nueva generación muy diferente a la suya y que no cobra por ser feliz.
La señora Denise Dresser sabe que acá están millones con la absoluta certeza de que la búsqueda encontró la ruta tan anhelada de proteger a millones de ciudadanos que durante centenas fueron desheredados del bienestar y la tranquilidad, que esta fuerza histórica no se pavonea ni consume las sustancias divinas de la vanidad, el espectáculo hiriente o el enriquecimiento ilícito que no encaja para nada con los anhelos de una juventud descrita como ansiosa, anhelante, llena de sueños y metas que ella – la señito Dresser-difícilmente comprenderá.
Será muy experta y ducha para hablar en público, pero se duda mucho de que pueda reconocer errores en su largo deambular como parlanchina y vociferante de una derecha claramente identificada contra los movimientos populares, será muy políglota y gran polemista estereotipada en ser promotora del discurso del odio, pero en el país hay mucha otras mujeres de verdad valientes y llenas de nuevos mensajes y claridades que le dan fuerza a ese movimiento de la llamada cuarta transformación que es de los más sorprendentes y único en el mundo.