Durante las ultimas horas tenía muchas ganas de escribir sobre Moctezuma Xocoyotzin y de Hernán Cortez Pizarro, estuve percibiendo de nuevo sus encuentros, sus regalos, lo que significó para la humanidad el fin de una era y el inicio de otra, quise de nuevo vislumbrar las ciudades flotantes indígenas, los palacios multicolores y de mármol de los emperadores guerreros aztecas, sus grandiosos artesanos del oro y del quetzal, así mismo, de la armadura de los conquistadores españoles, su ansia, lo asombrado que estaban por los adelantos de la metrópoli azteca.
Obvio que ya se habían impactado con los cholultecas o los tlaxcaltecas, en sus ciudades dominadas por los aztecas, bullían los mercados, las demostraciones eficaces de combates, la reprimenda, el ensayo fenomenal de asestar un golpe de estado, mediante el abuso de confianza, las alianzas estratégicas, el dejar que se confiaran alegremente los contrarios. Sabían que la ciudad flotante de los aztecas tenia fama de ser espectaculares, como sacada de un sueño: palacios inmensos con cientos de habitaciones, zoológicos únicos en el mundo, mercados de flores y de joyas, tianguis con pieles, plumas y animales vivos, miles de canoas, miles de especies, barberías, restaurants, baños públicos, tiendas, escuelas, prostitutas y hombres vestidos de mujer, una gran variedad de mariscos en platillos repletos de aguacate y jitomate y chile verde, mole, nieve con vainilla, miel y chocolate, es decir, el nuevo mundo paradisiaco y exuberante.
Así piensa la derecha mexicana. No desaprovechan ningún espacio para victimizarse y rezongar contra toda iniciativa que provenga del “oficialismo” y a sabiendas de que perderán en cualquier iniciativa tanto en la cámara de diputados o la de senadores, sus discursos y reprobaciones siempre rayan en la alevosía, la exageración y ahí están siempre Marko Cortés, Alejandro Moreno, Margarita Zavala, como estandarte de toda una maraña fundamental de reprobaciones y acusaciones certeras de que todos los males que tiene el país “los engendró AMLO” y los cobija la presidenta Claudia.
La derecha pareciera que apenas descubre al país que ellos mismos descompusieron, en masa, punza ver a tan activos politólogos y activistas condenar a morena prácticamente en todo lo que ofrezcan y a su vez, acusarlos burdamente de ser aliados y protectores del narco, desdeñar a las madres buscadoras y la opinión pública les sabe la medida: la derecha del PRI, PAN Y MC se cuelgan prácticamente de cualquier anomalía que supure de las mismas entrañas y patrañas que usan para ofertar nada, pues no tienen prácticamente ningún otro plan ni propuesta ante la ciudadanía. Mas que quedar como los tontos útiles.
La lista de los tontos de la derecha es amplia y muy comprometida con su imagen, es de mofa publica cómo en los programas de sus guías ideológicos solo les queda por ultimo estar burlándose de morenistas y petistas, su retahíla de repeticiones es por demás ya aburrida y exasperante pero el público le sabe su juego: repetir continuamente y bajo la consigna de que en el 27, las elecciones serán disputadas por una fuerza emergente que aun ni se ve ni se oye, así como anunciar el supuesto fraude de las elecciones del próximo junio donde jueces, magistrados y ministros, por primera vez en el mundo, serán votados.
Pero la derecha le apuesta a que “irán muy pocos”. Cada que veo sus programas o las mesas de debate en noticieros, pareciera ser que demuestran su intimidad postrada en silla de ruedas pero queriendo estar en las olimpiadas mundiales de la infamia, el golpeteo inútil, el acoso constante mediante la tergiversación de los hechos, la inculpación suprema acompañada de grandes tragedias reales pero cínicamente mostradas a su manera, es decir, que ellos -priistas, panistas y emecistas- son impolutos, sufren los embates de “la dictadura!” mientras prácticamente le mientan la madre a todo mundo y se dicen acosados porque” no hay libertad de prensa”.
Estamos dichosos. Es tal la cantidad de barbaridades que han fortalecido al movimiento a no repetir errores, a no confiarse demasiado, pues esperan un golpe de timón, el pleito entre los mismos morenistas, alguna desgracia en la cual colgarse de inmediato y que las grandes muchedumbres mexicanas cambien repentinamente y así voten diferente.
Durante 6 meses Hernán Cortes y sus soldados y capitanes estudiaron a los jerarcas aztecas hasta que aprendieron en su mismo palacio al Rey Azteca con sus 47 años, -Hernán de 32- durante esos 6 meses se dieron vida de reyes, manjares, esclavas, paseos, regalos, hasta que decidieron hacer lo impensable: un golpe de estado, la ira popular les provocó llanto, muerte, sustos, huidas y tropiezos, pero la persistencia y maldad natural -argucia política y militar de alianzas y prebendas- lograron tumbar y arruinar a un imperio que dominaba prácticamente a 20 millones de indígenas.
Así la derecha mexicana. Vislumbran cualquier modo.
(en 1990 entrevisté a la genealogista Matilde Cabrera Ypiña y quien trabajó en la radio berlinesa y trató con Hitler, con parientes en España, la mexicana- potosina me decía que muchos de la realeza española “se sentían orgullosos de llevar sangre entre sus venas de los reyes indígenas”).