«El Covid vino a trastocar la dinámica en todos los contextos», sostuvo Magda Lidiana Sánchez Aranda, miembro del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología AC, durante su conferencia magistral «Corresponsabilidad y retos ante más condiciones actuales de salud mental».
Durante su exposición, la también académica precisó cómo es que la pandemia por Coronavirus llegó a repercutir en todos los aspectos de la vida, pero enfatizó en cómo las mayores afectaciones se dieron tanto en la salud física como en la salud mental.
Sobre esta última, lamentó que recibió uno de los golpes más duros, siempre que afectó de manera personal, social, económica, familiar, en todo el mundo; esto derivó en que una cantidad importante de personas experimentara una gran cantidad de emociones en lo personal y en sus organismos.
En primer lugar, el entonces nuevo virus generó incertidumbre, porque no se podía entender, situación que a su vez llevaba al miedo y generaba culpa ante la posibilidad de contagiar a un ser querido. Las problemáticas precisadas, que en sí ya tenían un efecto negativo, agarraban consigo síntomas de angustia, soledad y tristeza, que podían desencadenar trastornos.
La promoción de la salud debería ser un proceso enfocado en fortalecer capacidades
de los individuos
Sin embargo, rescató Sánchez Aranda, la pandemia no fue negativa en su totalidad, considerando que introdujo cuestiones positivas para algunos, como la valorización de la interdependencia, reconocer que se necesita de otros como seres sociales; también dio pie a la reflexión, a la valorización del medio ambiente y, sobre todo, dejó claro que hay que hacer una revisión del sistema y, por consiguiente, un replanteamiento de políticas públicas.
En éste, se debe dar prioridad a la salud global, sostuvo, que es un estado de bienestar físico y mental, no sólo la ausencia de enfermedad; «esto no lo puede lograr uno solo, o cada quien por su lado», afirmó, sino que para lograrlo, «se necesita consolidar varios procesos», dijo.
«La salud no es un objetivo, es un transitar, ir haciendo cosas y recibir del contexto para tener condiciones que permitan tener salud», indicó; en este sentido la promoción de la salud debería tratarse de un proceso global enfocado en fortalecer capacidades y habilidades de los individuos.
Para llegar a este punto, señaló la experta, es necesario establecer políticas públicas que saquen a la comunidad de entornos violentos y se satisfagan sus necesidades, y entonces llegar a la salud plena.
Por el contrario, si se ignora algún aspecto, como la salud mental, las consecuencias pueden ser graves; reiterando que todo cuenta, Sánchez precisó que hay contextos que impactan en otros; si las condiciones del contexto son precarias, no se logrará la salud mental y por consiguiente, es posible que no se llegue a la salud física.
Es necesario atender ambas cuestiones y generar condiciones para que se alcance la salud global; de lo contrario, se genera violencia, baja productividad, entre otras problemáticas.
La académica concluyó, pues, que no se puede manejar este tema de manera aislada, «se tiene que hacer un compromiso para trabajar de forma conjunta» y, desde cada lugar, permitir crecer y desarrollarse, dijo.