De todas las frases icónicas en referencia al campo y la agricultura, una de las que más importancia y sentido tiene, es la frase que dice que “el campo son los pies que sostienen la nación”; su significado se queda corto al decir que sostiene la nación, yo más bien diría que el campo son los pies que sostienen el planeta. Para nadie es desconocido que gracias al campo y la agricultura la población del planeta entero tiene que comer. Es en el campo donde las actividades primarias dan paso a la elaboración de alimentos de primera necesidad. Es ahí en donde el campesino tienen en sus manos una de las bendiciones más grandes de la humanidad, la agricultura. En México, el campo y la agricultura tienen un capitulo muy especial en los libros de historia.
La posesión de la tierra, el trabajo en el campo, la agricultura, el campesino, en fin, todo lo que respecta a sembrar la tierra en nuestro país, tiene una historia muy particular. Se trata de una historia que no ha sido fácil para los propietarios de la tierra, es una historia de lucha, de combate, de derramamiento de sangre, de heroísmo y valentía. La repartición de las tierras fue una de las causas sociales más importantes que dieron inicio a la Revolución Mexicana de 1910. Hoy en día, las causas agrícolas siguen siendo bandera de lucha y sostén de organizaciones políticas, que muchas de las veces se aprovechan de más, de dicha causa.
Lamentablemente el campo zacatecano no está en las mejores condiciones; desde luego, son múltiples factores los que influyen la crisis del campo actual, pero sin duda, la causa que ahorita tiene a las y los campesinos preocupados y desanimados, es la falta de lluvia en las tierras zacatecanas. Casi un mes lleva de retraso el agua de temporal, las nubes se juntan, pero no precipitan. El campesino voltea al cielo con esperanza, a veces caen unas gotas de vital líquido, pero no lo suficiente para enverdecer los campos y preparar la tierra para iniciar o continuar la cosecha.
La falta de lluvia ha provocado que en muchos lugares, la mayoría, ni siquiera se haya sembrado aún, viéndose mermado entonces, la producción de frijol y maíz principalmente. Con lo anterior, lo que es el sustento de cientos de familias que viven del campo, se verá fuertemente afectado. En Zacatecas, aún hay muchas familias que viven única y exclusivamente de sus cosechas; esas familias han sabido lidiar con la falta de implementos, con el coyotaje del frijol, con los costos de producción, pero al final del día su trabajo da resultados, pero, con la falta de lluvia ¿Cómo se lidia?
Difícil y erróneamente se pudiera culpar a los gobiernos local y federal, de la falta de precipitación; aunque no faltará el “líder” agrícola o la organización que se valga de lo anterior para hacer “presión”; lo cierto es que ante la situación, definitivamente sí se amerita que las autoridades pongan cartas en el asunto, pues lamentablemente el campo sigue siendo un sector vulnerable. ¿Será tiempo y estaremos en condiciones para que se bombardeen las nubes y provocar la lluvia? Lo anterior, requiere sin duda de una opinión técnica que analice la situación de nuestro Estado.
Aunque la falta de lluvia sea el martirio de los campesinos esta temporada, al hablar de la crisis del campo, no podemos limitarnos a observar únicamente la falta de precipitación. Como lo dije más arriba, son varios los factores que influyen en que el campo aun no alcance su máximo potencial después de más de 100 años de haber culminado la revolución (fecha distinta en la que terminó el reparto de tierras). Parte del retraso en el campo tiene que ver con la mentalidad tanto de gobernantes como de campesinos. Definitivamente el campo es un sector vulnerable y las políticas del campo deben estar enfocadas a atender esa vulnerabilidad; pero sepamos que esa vulnerabilidad del campo, se debe a las condiciones del campesino y del campo en la época revolucionaria; el campo es un sector vulnerable debido a que el campo fue entregado a las personas más necesitadas que en su momento lo único que tenían eran sus manos para trabajar la tierra; pero la pregunta es ¿toda la vida el campo tiene que ser un sector vulnerable? ¿Las condiciones de pobreza, de falta de insumos y maquinaria, serán las mimas siempre para el campesino? ¿El campo post revolucionario será siempre el campo mexicano? Para los políticos y las organizaciones que se mantienen en el poder gracias a las causas del campo, desde luego que no les conviene que el campo alcance el potencial que podría alcanzar; pues sin la causa no hay “lucha o gestión” y sin “lucha o gestión” no hay cargos políticos.
Quitando las desfavorables condiciones climatológicas, el campo tiene todo para lograr un desarrollo importante en nuestro país. Las y los campesinos son personas que saben trabajar, que le ponen empeño y dedicación a su actividad. Mis mejores deseos para la gente campesina, ojala la madre naturaleza se apiade de la humanidad y mande lluvia pronto.
