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lunes, 12 mayo, 2025
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Devorar el futuro

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Por: RENÉ LARA RAMOS •

En últimas fechas y con respeto a su independencia, personal suscripción partidaria y actual desempeño, personal o de fracción, la mayoría de los diputados no muestra inclinación por cuidar a su país, ni velar por su estado y municipios, ni por su dignidad. Al contrario, por encima de todo eso, dan la impresión de cuidar, celosa, sumisa y obedientemente a sus bolsillos, aunque a la sombra quede su libertad de criterio y la banalidad muestre, sea igual si llegan a sus manos las percepciones ordinarias o eventualmente les caen monedas, cheques, Coñac, Whisky, tortas, enchiladas o boletos no institucionales para viajar al extranjero. Poco importa, si por encima de todo, hasta de la Constitución y sus electores, con lo que hacen u omiten, sirven a Peña Nieto, convirtiendo en jefe máximo a un fiel y diligente servidor del gran capital. Mandatario, ¿mandadero? o diligente y obsequioso operador de todo lo que signifique y sea rematar mediante reformas legales a favor del capital privado, nacional o extranjero, el exangüe patrimonio nacional al que quedaba el petróleo, aparte del territorio, como recurso estratégico para ayudar a paliar la pobreza y el hambre de millones de mexicanos, por un tiempo más. De sus reaccionarias reformas, la energética dejará a la mayoría de mexicanos sin la protección de un presupuesto que a medias les permitía paliar el hambre u otras necesidades básicas. Sin esa plataforma para incrementar el sustento, quedarán en el desamparo institucional, mientras se obsequia parte de las rentas, producidas por los energéticos, a los “pobres” millonarios nacionales o a aquellos que los vengan explotar para su privado beneficio.

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Qué visión de estado, qué gran estadista NO tiene México en Peña Nieto. El pueblo, con sus votos, le otorgó la primera minoría para ser investido como Presidente de la República. Paráfrasis ocasional: Tú, ¿votarías por él de nuevo o por primera vez? (Como candidato o por su partido político.) Por no ir muy lejos, desde Salinas, Zedillo y presidentes panistas, el PRI, con Peña Nieto en la Presidencia, traicionó su trayectoria, como Gobierno Federal y Legislatura. Contestar la pregunta, ¿con objetividad? impone increpar y neutralizar internamente a televisa para propiciar desplegar una subjetividad reflexiva y más libre de tonterías. Va de nuevo: tú, ¿votarías por Peña Nieto, de nuevo? Por supuesto: NO. Otra pregunta, ¿cuándo el actual IFE de Córdova Vianello, deliberará y aprobará la prohibición de usar los colores patrios como insignias y escudos partidarios o reglamentará su uso adecuado y nada ventajoso para algún partido político en particular?

¿El instinto puede alejar del peligro estratégico nacional, estatal, municipal, universitario y comunitario, de votar por personas como Peña Nieto? Aunque endeble, es un paraguas semántico, propicio para insistir en luchar por incrementar la democracia rumbo a la próxima elección y para quienes quieran estar como protagonistas en ella, cualquiera sea su interés, desde hoy desaparecen del calendario los días de descanso, los feriados, las vacaciones, los meses, los días y las horas, menos los sueños y metas que sean consistentes con la democracia, lo deseable. La lucha para sostener, enfrentar o neutralizar, el estatus neoliberal impuesto es y será permanente. No habrá pausa, sino un continuo pensar, andar, impulsar, ¿inquietar? Imaginar cómo fortalecer el estatus o cómo fisurarlo, es clave democrática cuando se busca agrietar y triturar la roca de una cotidianidad hecha de imágenes y significados, controlables muchos de ellos con oprimir el botón de: ¡OFF! y desconectarse para encontrarse con otros y juntos golpear la soledad con dinámicas de posible relación y consistente significatividad. Sin eso, se desperdicia el regalo de la vida y del espacio social / privado, asignado para vivir, trabajar, pasear, escribir.

Hacer La Jornada consiste en aprender a colaborar para impulsar el pensar el propio pensamiento y construir posibilidades que faciliten iniciar a trazar la diferencia en una cotidianidad que día a día se abate sobre los mexicanos como natural, al quedar oculto el por qué, el para qué y el de qué está hecha su trama y su operar. Y el neoliberalismo medre un tiempo más mediante la dinámica del circuito de pobreza y la explotación de una mayoría, cuya eventual espiral para el desarrollo se altera con la inmediata realidad de compartir el petróleo en mayor medida con explotadores particulares, sin estrategia nacional.

Además, cómo hacer que el exceso de gasto electoral no quede impune. ¿Cómo evitar ese exceso y esa impunidad en futuras elecciones? ¿Cuándo se exigirá y será depuesto el síndico, el presidente municipal, el diputado estatal o federal, el senador, el gobernador o el presidente de la República que rebase los límites impuestos a los gastos de campaña? ¿O en elecciones futuras será igual y mandará el dinero como medio de comunicación y valor supremo, por encima de la LEY? Si el obstáculo es el FUERO, como diría AMLO y sin que lo haya dicho, por supuesto: ¡AL DIABLO, CON EL FUERO! Y a aplicar la Ley. ■

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